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04/05/2025

“Entregaron a mi padre desmembrado y mutilado”: la denuncia de una familia nicaragüense migrante contra un hospital en EEUU

Fuente: telam

Primero no encontraban su cuerpo, y cuando lo hallaron estaba en un centro de donación de órganos, sin consentimiento, registrado como “desconocido” a pesar de que falleció al lado de sus hijos y plenamente identificado

>Fernando Molina, un trabajador nicaragüense de 67 años, falleció el 18 de marzo en el University Medical Center de Nueva Orleans, Estados Unidos. A pesar de morir acompañado de sus hijos y con documentos que acreditaban su identidad, su cuerpo fue registrado por el hospital como “desconocido” y donado a un centro de trasplantes. Su familia lo encontró tres días después, mutilado y sin explicaciones claras.

Fernando Molina emigró a Estados Unidos desde Nicaragua a mediados de los años 90 del siglo pasado. Hasta el día de su muerte se ganaba la vida pintando casas en Nueva Orleans. Fue precisamente en la empresa en que trabajaba donde se desmayó ese 18 de marzo y ahí comenzó su rara historia.

“En un documento que me entregó el hospital dice que mi papá se desmayó a las 9:30 de la mañana. Y que del trabajo llamaron a las 10:30 al (teléfono de emergencias) 911. El 911 se presentó a las 10:40. O sea, que mi papá permaneció sin recibir atención médica una hora y 10 minutos”, añade.

Según Molina, la empresa dejó pasar una hora antes de llamar al 911 “porque en ese lugar hay varios indocumentados y tenían miedo de que llegaran a investigar. Mi papá murió porque no recibió a tiempo respiración y entonces, después de la insuficiencia respiratoria, a él le da el ataque cardíaco”.

El señor Molina muere en el University Medical Center de New Orleans acompañado de dos hijos. Ellos hacen una videollamada a su madre porque los médicos, presentes en ese momento, quieren saber si van a donar el cuerpo para trasplante órganos.

“Por las tradiciones de allá en Nicaragua, mi mamá dijo que no y yo le dije a mi hermano que había que respetar la decisión de mi mamá. Entonces el hospital dijo que teníamos tres días para retirar el cadáver. Pero, cuando la funeraria llegó al hospital a retirar el cadáver le dijeron que el cuerpo no estaba ahí. Tampoco estaba en la morgue y solo al tercer día supimos que habían donado su cuerpo como desconocido, como un vagabundo”, dice Molina.

Luego de reclamos y acreditaciones para demostrar sus parentescos, el hospital reconoció que había cometido un error y donó el cuerpo a un centro LOPA (Louisiana Organ Procurement Agency), una organización dedicada a la donación de órganos y tejidos, con quien el Universty Medical Center mantiene una relación de colaboración.

“Para mi mamá y para nosotros fue otro gran dolor porque es como que te maten por segunda vez. Fuimos a LOPA y comenzamos una gran batalla para que nos entregaran el cuerpo. No querían entregarlo. Escribimos muchos correos a varios lugares pidiendo una respuesta. Fuimos al hospital. El hospital aceptó que fue un error, pero dijeron que pusiéramos una queja. Pusimos la queja, pero nunca se nos dio respuesta. Nuestra meta era recuperar el cadáver”, dice.

“El cuerpo fue entregado cuando se demostró que el reglamento interno no podía estar por sobre la ley federal que nos respaldaba y que, si no nos daban el cuerpo, nosotros íbamos a proceder con una demanda. Entonces, la funeraria lo fue a retirar”, señala la abogada.

Según el informe que LOPA entregó a la familia, al cuerpo de Fernando Molina se le extrajeron huesos y tejidos. “Le exigimos a LOPA que nos entregara el documento, que tampoco lo querían entregar. Decía que era información privilegiada, pero, al fin y al cabo, como nosotros somos los familiares y mi mamá, la esposa, pues lo tuvieron que entregar”, señala la hija.

Infobae pidió a LOPA su versión sobre este caso a través de su página, sin embargo, hasta el momento de la publicación no hubo respuesta.

Dice que, aunque los abogados les han recomendado que hagan una demanda, no la harán porque sería un desgaste físico y emocional grande. “Una demanda no me va a regresar a mi papá y creo que eso mantendría abierto el dolor”, apunta.

Debido a sus posiciones críticas salió de Nicaragua y pidió asilo político en Estados Unidos. Dice que iniciar una demanda la desviaría de sus propósitos. “Sería dejar atrás lo que realmente a mí me interesa que es seguir denunciando a la dictadura y ahí es donde yo estoy gastando toda mi energía”.

“Hago denuncia pública”, concluye, “porque puede servir como experiencia para otras situaciones similares y tal vez en algún momento esta denuncia llega a un tomador de decisión y cambien los procedimientos en el hospital, que se cercioren bien antes de proceder a algo tan delicado como es la donación de un cuerpo, la donación de órganos”.

Fuente: telam

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