04/05/2025
Pases de facturas, tensiones acumuladas y un objetivo común en el Triángulo de Hierro

Fuente: telam
Los últimos días visibilizaron los desacuerdos en los márgenes de la cúpula del poder. La denuncia del PAMI y la reunión previa. El rol de los Menem. Diferencia de estilos y la elección de CABA
>Era cuestión de tiempo para que en la cúpula del poder empezaran a crujir los cimientos. Nada que, por el momento, vaya a hacer tambalear la estructura, pero a medida que avanza el calendario electoral y la gestión empieza a mostrar signos evidentes de desgaste, propios de cualquier proyecto de construcción de poder, esas fallas empiezan a ser cada vez más notorias.
“¿Internas? Ya dejaron de ser internas, ahora son cuestiones externas, públicas, a la luz del día“, ironizó este fin de semana una fuente del gobierno.
No se trata de ninguna novedad. La comunicación hizo hincapié en los “abusos heredados de gestiones anteriores” pero, puertas adentro, se promocionó como una denuncia al entorno de la hermana presidencial. En particular, a Eduardo “Lule” Menem y Sebastián Pareja, dos de los principales armadores políticos de la funcionaria, en el segundo caso en la provincia de Buenos Aires, un distrito clave por su peso electoral y porque se acumularon en los últimos tiempos tensiones internas por la estrategia electoral, el control del territorio, la confección de las listas, el financiamiento de la política y las negociaciones con el PRO.
En el seno del Ejecutivo aseguran que, por ahora, el vínculo entre ambos no corre riesgos. Pero sí es cada vez más notoria la tensión in crescendo entre el consultor y los Menem. La denuncia del PAMI debe leerse en ese contexto. Como parte de una serie de desacuerdos en los más altos niveles jerárquicos de un proyecto de poder que se tuvo que edificar a las apuradas cuando Milei ganó las elecciones sin una estructura sólida a su alrededor.
En ese contexto, “El Jefe”, como llama el mandatario a su hermana, se rodeó entonces de dirigentes como “Lule” o Martín Menem, o Pareja. Desconfiada, la secretaria General delegó en ellos buena parte de la gestión política. Adrián Menem también colabora activamente pero de manera externa: ayuda en el armado de la capital, acerca dirigentes y coopera en territorio bonaerense, y abre cada tanto el quincho de su casa en la zona norte del Gran Buenos Aires para tertulias hasta altas horas.Cuando el Gobierno empezó a legislar vía DNU y necesitó de ese sector para construir mayorías parlamentarias, el asesor presidencial se transformó en uno de los principales interlocutores con ese espacio. Y esas negociaciones incluyeron, entre otros pedidos, oficinas y delegaciones en el Estado. Por ejemplo, en el PAMI. Pero algunos de esos pedidos se habrían trabado en despachos vinculados a la hermana presidencial. “Toda negociación política tiene un precio. Incluso para aquellos que dicen que lo hacen por el bien de la patria”, explicó una fuente libertaria que conoce bien cómo funcionan esos mecanismos de gestión y las negociaciones políticas.
Un año y medio después de desembarcar en el gobierno, en plena campaña electoral, Milei se enfrenta a un desafío clave: la sostenibilidad a futuro de su proyecto y la satisfacción de las demandas frente a una sociedad que, en buena medida, todavía lo percibe como un elemento nuevo del sistema, ante una dirigencia política gastada y fragmentada. Frente a ese desafío, el Presidente debería diferenciarse de un sistema y algunas prácticas que amenazan con volverse recurrentes. El del PAMI es solo un ejemplo.Se repartieron así la administración del gobierno. Con roles bien definidos. En Casa Rosada aseguran que la interna no es entre el consultor y la hermanísima presidencial, pero que los desacuerdos sí se hicieron cada vez más evidentes entre el asesor y los Menem. “Esto no es entre Santiago y Karina, si no entre el entorno de Karina y Santiago”, admitió un funcionario que vio brotar en la superficie en los últimos tiempos cada vez mayores pases de facturas.
Existe, además, diferencia de estilos. Karina Milei es muchísimo más implacable que el asesor. Un largo listado de dirigentes es testigo de esa condición. Por ejemplo, Ramiro Marra, que el martes se trenzó en un abrazo con Caputo en la previa del debate porteño. El consultor conoció a Milei por el legislador.La denuncia del PAMI fue, por ahora, la muestra más ruidosa de una batería de desencuentros en los márgenes del triángulo de hierro, desde la fallida elección en Santa Fe, cuya estrategia fue criticada puertas adentro por Caputo, hasta el futuro del acuerdo con el PRO en la provincia de Buenos Aires. No así la elección de la capital, en la que se consensuó un objetivo común que se repite en las dos reuniones semanales de campaña: tratar de vencer al macrismo con nitidez para empezar a hacerse fuerte en ese territorio y que Milei sea el único referente de la derecha. En el Gobierno creen que no hay espacio para dos. Macri lo sabe bien.
Fuente: telam
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