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02/05/2025

Qué es un tsunami y por qué su alerta puede durar horas después de un sismo submarino

Fuente: telam

El movimiento telúrico que se produjo esta mañana en el sur de Chile obligó a mantener un alerta hasta cerca del mediodía por la posible subida del nivel del mar. Expertos del Conicet, explicaron a Infobae cómo se originan estas olas gigantes que pueden viajar a 800 kilómetros por hora y en minutos llegar a la costa

>Una alerta de De acuerdo con datos oficiales del Centro Sismológico Nacional (CSN) del país trasandino, el epicentro del sismoEsta llamada de emergencia puso nuevamente en primer plano el fenómeno de los tsunamis y el riesgo que representan, especialmente en países como Chile, expuestos a eventos sísmicos de gran magnitud.

Un tsunami es más que una ola gigante que azota la playa, como se muestra en las películas. “Se trata de una serie de olas poderosas que se propagan a través de cuerpos de agua como océanos o mares, y son originadas generalmente por un terremoto de gran magnitud en el fondo marino. A medida que estas olas se acercan a la costa, pueden aumentar significativamente de altura. De hecho, no se sabe qué altura puede tener. La ola que llega puede ser de 20 cm o de 5 metros. Puede llegar también más de un frente de ola, es decir 2 o 3 olas seguidas”, explicó a Infobae el geólogo Andrés Folguera, de la Universidad de Buenos Aires y experto del Conicet.

La placa de Scotia es una placa tectónica oceánica que se ubica en el extremo sur del océano Atlántico Sur, entre la placa Sudamericana al norte y la placa Antártica al sur y oeste. Es una placa menor que conecta los Andes australes con la Península Antártica y se encuentra bajo el Mar de Scotia. Allí sucedió el sismo que derivó en el alerta de tsunami de hoy.

“Lo peligroso es que la ola puede viajar a 800 o 1000 kilómetros por hora y llegar rápidamente a la costa, arrasando con todo a su paso. Por eso es importante realizar una evacuación eficaz, donde las personas se ubiquen a 10 metros por encima del nivel de mar. No sirve que estén lejos de la costa, pero a poca altura, ya que la ola gigante, eventualmente, puede llegar”, agregó Folguera.

El Sistema Nacional de Alarma de Maremotos de Chile (SNAM) alertó sobre la posibilidad de un tsunami en su costa y también en Argentina, mientras que se esperan nuevas réplicas del terremoto que podrían afectar nuevamente a la provincia de Tierra del Fuego. En las primeras horas de la tarde el alerta cesó, pero las autoridades continuaban llamando a la población a mantener la precaución.

El experto geólogo indicó que ante la rápida y eficaz alerta del SNAM e inclusive del pedido de evacuación del propio presidente de Chile, Gabriel Boric, “llama profundamente la atención” el nivel de respuesta del lado argentino. “No hubo una respuesta institucional o desde el gobierno provincial o nacional. No hay un protocolo de alerta de tsunami en Argentina. Y si lo hay no se cumple”, alertó Folbuera.

La palabra tsunami proviene del japonés y significa ola en puerto u ola escondida. Estas olas se propagan rápidamente. En términos generales, un tsunami no es una ola con la que se suele asociar las típicas olas de playa. Las olas de tsunami, que pueden tener alturas que varían entre 3 metros y hasta 30 metros, no rompen con la misma apariencia de las olas normales.

Chile, al estar situado en el “Cinturón de Fuego del Pacífico”, es particularmente vulnerable a estos desastres naturales. Esta región es conocida por su alta actividad sísmica, donde las placas tectónicas de la corteza terrestre se encuentran y generan terremotos frecuentes, muchos de los cuales tienen su epicentro en el mar. A lo largo de la extensa costa chilena, que supera los 4000 kilómetros, la amenaza de tsunamis es constante. Aunque estos fenómenos no ocurren todos los días, la posibilidad de que un terremoto subacuático cause un tsunami significativo es siempre un riesgo latente.

La doctora en Geología, Silvana Spagnotto, especialista del Conicet, explicó a Infobae que el sismo de 7.4 grados en la escala de Richter sucedido hoy no es algo fuera de lo común. “En 2003 hubo uno de 7.4 grados y en 2013 otro de 7.7. El de hoy fue muy fuerte y tuvo seis réplicas que superaron los 5 puntos. Inclusive una llegó a 5.7 grados. Y tras ello, se han reportado olas de tsunamis en la Antártida”, precisó Spagnotto.

La exposición de Chile a esta amenaza se debe no solo a su ubicación geográfica, sino también a la gran cantidad de poblaciones asentadas cerca de la costa. De acuerdo con el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), el protocolo de actuación ante un posible tsunami incluye monitoreo constante y evacuaciones preventivas, que son esenciales para reducir los riesgos. Las autoridades pueden emitir alertas de tsunami incluso si no hay indicios inmediatos de un tsunami, dado que las olas pueden tardar un tiempo en llegar, y la evacuación anticipada puede ser la diferencia entre una tragedia y un desastre controlable.

En el caso del sismo reciente, que se sintió en la zona sur de Chile y afectó parte del territorio argentino, el nivel de alerta de “tsunami menor” se mantuvo durante varias horas. Este tipo de advertencia es habitual en situaciones donde las olas generadas por el sismo no se prevé que alcancen alturas catastróficas, pero aun así pueden causar daños en las zonas cercanas a la costa.

Es importante destacar que, si bien los tsunamis son raros, las consecuencias de un evento de este tipo pueden ser devastadoras. Las olas que llegan a la costa pueden causar inundaciones repentinas y arrastrar vehículos, embarcaciones, e incluso edificaciones enteras.

Los daños materiales son solo una parte de los efectos, ya que la pérdida de vidas humanas en zonas de gran concentración de población puede ser el resultado más trágico. Por esta razón, la preparación y la educación de la población son aspectos claves en la gestión de riesgos ante desastres naturales.

En este contexto, las autoridades deben continuar con la sensibilización de la población sobre la importancia de estar alerta ante los signos de un posible tsunami y la necesidad de seguir las indicaciones de evacuación, especialmente en las zonas de mayor riesgo. Además, la tecnología y los sistemas de alerta temprana desempeñan un papel esencial para predecir, con cierta antelación, los movimientos sísmicos que podrían dar lugar a un tsunami, lo que permite una respuesta más rápida y organizada.

El caso reciente de Chile refleja tanto la amenaza constante que representa la actividad sísmica en la región, como la capacidad de las autoridades para gestionar situaciones de emergencia con eficacia.

Fuente: telam

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