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28/04/2025

Eduardo Sacheri: “Me molesta cuando todos van para el mismo lado”

Fuente: telam

El escritor presentó su primera novela sobre Malvinas, “Demasiado lejos”, junto a Jorge Fernández Díaz. Cuándo sale la segunda parte

>“Durante casi tres meses no hablamos de otra cosa y después del 14 de junio de 1982 hablamos de todo menos eso”, va a decir Eduardo Sacheri, en la Feria del Libro, apenas empiece la charla con Jorge Fernández Díaz. “Eso” de lo que primero habló y después no habló es -la fecha lo dice- la Guerra de Malvinas. Y la entrevista arranca por ahí porque de eso se trata Demasiado lejos, la última novela de Sacheri. Pero también, como dijo Fernández Díaz, en la presentación, porque esa “es la guerra de mi generación”.

Sala grande, sillas llenas, público que asiente, aplaude, y se ve que conoce los libros de Sacheri. Conoce este, en el que el autor de La pregunta de sus ojos -luego, El secreto de sus ojos- hablará de ese tiempo pero no desde el frente de batalla, sino desde la vida cotidiana de quienes se quedaron en Buenos Aires -“demasiado lejos”- a merced de la propaganda, sumidos en la incertidumbre. O, como dirá el autor, “en un cumpleaños”, en otra cosa.

Pronto sabremos, sin embargo, que esta es sólo la primera parte de esa novela, aunque el autor no lo planificó así. Iba a ser un solo libro, que transcurriera alternativamente en el continente y en la islas pero, mientras lo escribía, a Sacheri la estructura no le cerró y por eso decidió hacer uno que narra lo que pasó en Buenos Aires y el siguiente, que saldrá en noviembre, con la gesta en las islas. Qué quedará de nosotros, se titula.

Pero hay más y hacia ahí va. Le interesa la realidad y, además, “cuando hay un silencio demasiado blindado, me molesta”. Porque -ahora lo dice- “me molesta cuando todos van para el mismo ”. Entonces: “me da la sensación de que escribir una novela es una manera de tocarle el hombro al lector y decirle ‘pensá un poco más en esto. Yo no sé para dónde tenés que pensar, pero pensalo un poco más’”. La realidad es compleja , nuestras vidas son complejas. Eso es lo que Sacheri sale a buscar.

Sacheri tenía 14 años aquel famoso 2 de abril, se acuerda bien de la guerra. Pero, le dice a Fernández Díaz, “la memoria no es la Historia”. Tuvo que leer, pensar todo de nuevo, estudiar.

-La causa era buena, los jefes eran malos los héroes eran invisibles- propone Fernández Díaz.

La gente común, nosotros, a quienes quizás la guerra no nos tocó o quizás tuvimos un hermano que justo era del 62 y lo volvieron a llamar al regimiento aunque ya había terminado el Servicio Militar y fue a parar a las islas y entonces vivimos con el corazón en la boca y pendientes de las noticias.

“Personitas”, dice Sacheri, que le interesa contar lo que nos pasa a las personitas. “Los otros también son personitas pero como están dentro de personajes tan célebres y tan grandes, no la ves a la personita. En cambio, en la gente de a pie, si la ves.”

Sacheri, que viene escribiendo también libros de Historia, dice esto desde una convicción teórica: “Para mí, la Historia también es la de los ciudadano de a pie. La Historia nos sucede a nosotros. Todos los que tenemos arriba de 55 años, sabemos dónde estábamos el 2 de abril de 1982, haciendo qué. Y cómo nos enteramos de que Argentina había desembarcado en las Malvinas.”

Le pasó algo a Sacheri con Demasiado lejos. Él que, lo cuenta, suele planificar las novelas como un arquitecto planifica una casa, aquí se quedó varado cuando los soldados tienen que ir a las islas.

Fernández Díaz, en entrevistador experimentado, quiso saber si escribir la novela le había hecho revisar “lugares comunes”. Claro que sí, claro que sí. Para empezar, que se rindieron “a los primeros dos tiros”.

Sacheri encontró diferencias: “En algunos lugares, los soldados se rinden y tiene toda la lógica del mundo. Y hay lugares donde no se rinden. Lugares donde pelean cuatro horas, cinco, seis horas. Y cuando empezás a indagar, son lugares donde los oficiales los trataban bien. Donde practicaron tiro durante esas semanas. Donde generaron un espíritu diferente entre ellos. Es una experiencia absolutamente humana. Yo no soy nadie para decir si estuvo bien o estuvo mal. Porque, ojo, así como le digo esto, les digo que donde pelearon más fue donde más muertos hubo”.

En el camino de contar una guerra, y una guerra dirigida por los mismos militares que sostenían una dictadura asesina, Sacheri encontró matices, contradicciones. “Nosotros podríamos escribir una literatura de buenos, buenos, buenos y malos, malos, malos, de puros, puros, puros e impuros, impuros e impuros, enormemente tranquilizadora. Y nos putearían bastante menos”, le dice a Fernández Díaz. “Pero no tiene sentido”.

Queda mucho por hablar esta noche en la Feria del Libro de Buenos Aires. Fernández Díaz le preguntará por sus hábitos de escritura y este hombre que se define como aburrido y metódico dirá que sí o sí corta a las 8 de la noche porque su mujer termina de trabajar y que “si algo hice bien, cuando mis chicos eran chicos fue nunca quedarme escribiendo si los tenía que llevar a algún lado”. Porque “¿Lo iba a llevar a Fran a fútbol? Es la hora de fútbol, listo, me voy. ¿La voy a llevar a Clarita a inglés? Listo. Si está bueno lo que estoy haciendo, después me lo voy a acordar >También contó que el mundo del cine -Sacheri es guionista- le impuso la humildad: es trabajo en equipo y a veces sus ideas no se imponen ni aunque se trate de una novela de él.

A esta altura, el público está entregado y la charla se relajó. podría seguir y seguir pero Fernández Díaz le pregunta por escritores y Sacheri nombra a Sabato y el autor de El puñal vuelve a preguntar: ¿lo defiende aunque hoy es “vilipendiado”. Sí, por favor. Sacheri no duda: “Me parece que vivimos en una sociedad enferma de literalidad, no de literatura. Y parte de esta literalidad es pretender de los creadores que sean santos”.

Fuente: telam

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