23/04/2025
Construyó su casa en un pueblo de Santa Fe y la trasladó 500 kilómetros al lugar de sus sueños: “Esta locura tuvo muchas trabas”

Fuente: telam
Pablo Rovedatti, tiene 46 años, 4 hijos y es de Lehmann, un pueblo de Santa Fe. “Le dedicaba todo el tiempo al trabajo y nada a vivir”, admitió antes de tomar la drástica decisión de mudarse de provincia y volver a empezar
>Cuando Pablo Rovedatti decidió que su vida necesitaba un giro radical, no solo vendió sus negocios, su auto y su camioneta. También decidió trasladar su propia casa al lugar de sus sueños; a unos 500 kilómetros de distancia de Lehmann, el pueblo santafesino donde se crió. Esa drástica decisión la tomó luego de una serie de reveses financieros, frustraciones laborales y una necesidad urgente de reencontrarse con una forma de vida más simple.
“Me fundí trabajando. Me fue mal con la mueblería, con los bancos, con el sistema”, explicó a Infobae. La AFIP le impuso una multa millonaria por excederse en las facturaciones, lo que derivó en embargos y el cierre de sus cuentas.
“Nos cortaron las piernas”, resumió Pablo al reconocer que estuvo mal asesorado en materia impositiva. Y tras años intentando sostener el negocio en medio de crisis económicas y cambios normativos, decidió cerrarlo por completo.La idea de mudarse venía flotando hace tiempo, pero parecía “algo soñado, totalmente desproporcionado a la realidad”, dijo. Sin embargo, tras la pandemia comprendió que no estaba satisfecho. “Cerré porque no estaba haciendo lo que me gustaba. Le dedicaba todo el tiempo al trabajo y nada a vivir”, remarcó.Sin terreno ni certeza de futuro, Pablo decidió empezar por la casa. La construyó en un galpón, con estructura de acero, revestida en fibrocemento por fuera y durlock por dentro. Tenía en mente las casas de una empresa cordobesa, pero los precios eran inaccesibles. En cambio, optó por hacerla él mismo.
Armó tres módulos -cada uno de 6 por 3 metros- y los completó en tres meses y medio. “La vivienda pesa más de ocho toneladas y media y la armé en tiempo récord”, se enorgulleció. Al finalizarla, se enfrentó al desafío de encontrar un terreno en Villa Yacanto. El que le había gustado a toda la familia estaba a dos kilómetros del pueblo, en medio de la montaña.La casa modular fue cargada en dos camiones desde Lehmann, y enviada a Córdoba en agosto de 2022. “Salimos a las 4 de la mañana y llegamos a la noche. Montar la estructura en el centro fue un despiole. El municipio se acercó y me dijo: ’Esto no se puede hacer así‘. Tuve que presentar los planos, que ya tenía porque me traje la casa con permisos de Vialidad Nacional, para poder hacer todo legalmente”, explicó.
Posteriormente, en diciembre de 2022, Pablo trasladó la casa por segunda vez, esta vez a su lote definitivo en el barrio Villa Vinito, dentro de Yacanto. La mudanza se realizó el 24 de diciembre, justo antes de la Navidad, y coincidió con su cumpleaños número 46.La primera noche en su nuevo hogar fue extrema: llovieron 120 milímetros en 43 minutos. “Estábamos en una isla del Pacífico. No sabíamos si reír o llorar. Pero la casa resistió. Era un pantano de verdad”, recordó.
Durante meses, Pablo trabajó para convertir ese terreno en un lugar habitable. “Rellenamos con 81 camiones de tierra y escombros, y elevamos la casa un metro. El agua seguía pasando, pero al menos ya no nos invadía”, remarcó.Con el tiempo agregó un deck, una parrilla, una pequeña pileta, una salamandra para calefaccionar en invierno, y una huerta donde cosecha tomates, calabazas, zapallos, rúcula, albahaca y frutillas.
Por el momento, Pablo reside solo en Yacanto de Calamuchita. La mudanza de su mujer y sus cuatro hijos aún no pudo concretarse debido a compromisos educativos, laborales y logísticos que los retienen en Santa Fe.Su esposa y su hijo menor, Vittorio, de 8 años, todavía viven en la casa familiar de Lehmann. “Estamos en un período de transición. Fue todo tan rápido y abrupto que todavía no logramos resolver a tiempo todos los aspectos necesarios para vivir juntos”, precisó.En las sierras cordobesas Pablo reconvirtió su oficio. Ahora fabrica casas modulares y realiza también construcciones tradicionales. “Lo que aprendí fue trabajando. Hablé con ingenieros, fui a fábricas en Córdoba y Mendoza, hice cursos, me interioricé”, explicó. Su propia casa se volvió su carta de presentación y su sustento. Para ello creó Diseño R Constructora.
En paralelo, junto a su esposa proyectan otros emprendimientos, como un pequeño negocio de viandas, cría de gallinas ponedoras y venta de huevos, cuando ella finalmente se instale en el pueblo cordobés.
Fuente: telam
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