21/04/2025
Papa Francisco en Ecuador: de la visita histórica de 2015 al encuentro con Daniel Noboa en 2024
Fuente: telam
Durante su paso por la nación latinoamericana, el pontífice pidió unidad y justicia social, y fortaleció la esperanza en tiempos de división. Su voz acompañó al país en tragedias y desafíos hasta su fallecimiento en 2025
>La visita del Papa Francisco a Ecuador en julio de 2015 marcó un hito espiritual y social que aún resuena en el país. Millones de fieles se volcaron a las calles para recibir al primer pontífice latinoamericano, en un momento de tensiones políticas y demandas de diálogo. Su mensaje de unidad, justicia social y cuidado de los más vulnerables dejó una huella imborrable. A lo largo de los años, Francisco continuó mostrando su cercanía con el pueblo ecuatoriano en momentos de crisis.
Entre el 5 y el 8 de julio de 2015, el papa Francisco realizó su primera visita a Ecuador (segunda de un pontífice al país desde Juan Pablo II en 1985). El arribo ocurrió la tarde del 5 de julio en el aeropuerto Mariscal Sucre de Quito, donde fue recibido con honores por el entonces presidente Rafael Correa, autoridades y una multitud entusiasta. En medio de un clima político tenso por protestas contra el gobierno, Francisco pidió “compromiso y cooperación” para que el Estado garantice el “progreso y desarrollo para todos”, instando a atender “a los más vulnerables” porque “Latinoamérica todavía tiene una deuda con los pobres”. Estas palabras iniciales fueron interpretadas como un espaldarazo a las políticas sociales de Correa, que afrontaba manifestaciones desde semanas atrás y dieron un tono esperanzador al inicio de la visita.
En su homilía, el Papa centró el mensaje en la familia como “núcleo clave” de la sociedad, exhortando a “encontrar soluciones y ayudas concretas para muchas dificultades e importantes desafíos que la familia hoy debe afrontar”. Francisco definió a la familia como “la gran riqueza que otras instituciones no pueden sustituir”, señalando que los servicios sociales “no son limosna, sino una deuda social” hacia el bienestar familiar. Sus palabras, interrumpidas por aplausos, conmovieron a los presentes, muchos de los cuales habían acampado la noche anterior para ver al Pontífice. Al finalizar la misa, recorrió el parque en el papamóvil entre cánticos y banderas de Ecuador y el Vaticano ondeando con júbilo.
La frase “solo con diálogo se podrá encontrar –espero que pronto– la paz social”, pronunciada ante la multitud, resonó fuertemente en la sociedad. No pocos asistentes interpretaron estas palabras como un llamado tanto al gobierno como a la oposición: un suave recordatorio de respetar las voces discordantes y buscar la reconciliación nacional. Paradójicamente, en ese mismo acto se evidenció una tregua tácita: Correa asistió a la misa entre la multitud y “no se escucharon abucheos ni se vieron carteles de desaprobación” en su contra, un contraste notable con las protestas de días previos.
Tras la misa en Quito, el Papa continuó su agenda con un encuentro masivo con educadores y estudiantes en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, donde enfatizó la necesidad de una formación en valores humanos y cuidado del medioambiente, eco del documento papal Laudato Si’. Por la tarde, en la emblemática Iglesia de San Francisco, recibió de manos del alcalde de Quito las Llaves de la Ciudad como símbolo de amistad.Después de 2015, la conexión entre Francisco y el pueblo ecuatoriano no se diluyó, sino que se reforzó a distancia. El Papa ha demostrado reiteradamente su cercanía en momentos difíciles para el país, enviando mensajes de aliento, oraciones y llamamientos a la paz.
Cuando un devastador terremoto de magnitud 7,8 sacudió a Manabí, en la costa ecuatoriana, en abril de 2016, provocando cientos de fallecidos y enorme destrucción, Francisco reaccionó de inmediato. “Oremos por los pueblos de Ecuador y Japón que han sufrido violentos terremotos. Que Dios y los hermanos les ayuden, fortalezcan y consuelen”, publicó en un emotivo tuit apenas dos días después del sismo. Sus palabras de consuelo trascendieron las redes: fueron leídas en misas y vigilias, y muchos ecuatorianos las sintieron como un abrazo a la distancia. Del mismo modo, tras otro fuerte temblor en marzo de 2023 que afectó el sur del país, el Papa manifestó su solidaridad pública.Asimismo, en junio de 2022, en plena oleada de protestas indígenas y paro nacional contra el gobierno del ex presidente Guillermo Lasso, Francisco dedicó unas palabras al país durante el Ángelus. “Pido a todas las partes que se abandone la violencia y las posiciones extremas. Solo con el diálogo se puede conseguir, espero que pronto, la paz social”, instó el Papa con preocupación desde Roma . Añadió que seguía de cerca la situación y aseguró su oración por Ecuador. Este mensaje papal, difundido mientras las tensiones llegaban a su pico, fue bien recibido tanto por autoridades como por manifestantes, e incluso sirvió de base para que la Iglesia local mediara en la búsqueda de una solución pacífica .
El vínculo entre Ecuador y el Papa Francisco alcanzó un nuevo hito el 13 de mayo de 2024, cuando el pontífice recibió en audiencia privada al joven presidente ecuatoriano Daniel Noboa, de 35 años, en la Ciudad del Vaticano. Se trató del primer encuentro cara a cara entre Francisco y Noboa, quien acababa de asumir la presidencia en noviembre de 2023. La reunión, de aproximadamente 30 minutos, se llevó a cabo en el Palacio Apostólico en un ambiente cordial y protocolar. El mandatario acudió acompañado de su esposa, Lavinia Valbonesi, y una pequeña comitiva oficial. Para Noboa –católico confeso–, estrechar la mano del líder de la Iglesia significó no solo un honor, sino también la oportunidad de presentarle la realidad nacional y pedirle su bendición para el pueblo ecuatoriano.El encuentro estuvo cargado de simbolismo. En el tradicional intercambio de regalos, Francisco obsequió al presidente varios documentos pontificios (incluido el Mensaje por la Paz de ese año) y una escultura de bronce de una paloma con un olivo, inscripta con la frase bíblica “Sed mensajeros de la paz”. Por su parte, Noboa entregó al Pontífice un regalo muy representativo de la fe popular ecuatoriana: una imagen de la Virgen del Cisne, patrona de la provincia de Loja, elaborada por artesanos ecuatorianos. El Papa observó con agrado la pequeña escultura mariana –a la que calificó de “bellísima”– mientras Noboa le explicaba que “la gente es muy devota en el sur” del Ecuador a esta advocación religiosa.
Fuente: telam
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