19/04/2025
Walter Bulacio, la víctima que no encontró justicia: una cachiporra, un comisario preso por dos horas y una abuela incansable

Fuente: telam
En 1991, el joven fue detenido ilegalmente en las inmediaciones de Obras, donde tocaban Los Redondos. El juicio oral se hizo veinte años después, pero no se condenó la tortura seguida de muerte
>Walter Bulacio tenía 17 años la noche en que su nombre empezó a convertirse en Llegó allí el 19 de abril de 1991 en medio de una razzia policial y murió una semana después en la cama del sanatorio al que había ingresado después de que el comisario de esa dependencia lo golpeara en la cabeza hasta provocarle un aneurisma. Del crimen pasaron 34 años, el doble de los que Walter vivió. En ese tiempo, Miguel Ángel Espósito, el comisario de la 35ª, pasó dos horas preso por el crimen.
Walter tenía dos pasiones, un sueño, una costumbre amorosa y un trabajo para juntar plata para el viaje de egresados que planificaba junto a sus compañeros del Colegio Nacional Rivadavia. Era, además de fanático de Patricio Rey, un hincha absoluto de San Lorenzo. Se proyectaba como un estudiante de Abogacía: anhelaba hacer su camino universitario hasta convertirse en profesional. Ahorraba cada peso que ganaba como caddie en un campo de golf y se ocupaba de alimentar a los perros callejeros que iban y venían por la cuadra de su casa.Ese viernes las inmediaciones de Obras empezaron a agitarse desde temprano. Los primeros en entrar al estadio no se enteraron de lo que pasaba en la calle hasta salir, pero afuera, sobre la Avenida Del Libertador, la Policía Federal corría y golpeaba a cientos de seguidores de la banda, tiraba gases lacrimógenos, y subía de a decenas de personas a patrulleros y hasta micros celulares que había apostado en la zona. Walter Bulacio fue la víctima fatal de una razzia que implicó al menos 73 detenciones y traslados irregulares por parte de las fuerzas de seguridad: once de esas personas eran menores de edad.
Miguel Ángel Espósito, el comisario a cargo del operativo en las inmediaciones del show, “descargó la bronca de una noche descontrolada tomando la cachiporra de uno de sus compañeros y golpeando en la cabeza a Bulacio”. Lo dijo Fabián Silwa, un policía que declaró en la causa judicial que se abrió cuando Walter, ya grave, aún vivía. Pero el testimonio luego fue impugnado a pedido de la defensa del comisario.Las pericias médicas lograron demostrar que los golpes que Bulacio había recibido en la cabeza le habían provocado el aneurisma que lo descompuso gravemente en la 35ª. La atención que le brindaron en esa dependencia no fue suficiente: lo trasladaron primero al Hospital Pirovano, después al Fernández, y finalmente al Sanatorio Mitre. Murió el 26 de abril, una semana después de la razzia y la descarga salvaje de violencia cometida por el comisario.Antes de entrar en coma, Walter llegó a responderle al médico que le preguntó quién lo había golpeado: “La yuta”, le dijo, tal como constó en las pruebas presentadas por la querella en la primera causa judicial que investigó el caso. Pasó poco tiempo hasta que los seguidores de Los Redondos y de tantas otras bandas de rock empezaron a cantar eso de “yo sabía / yo sabía / que a Bulacio / lo mató la Policía” y lo de “matar a un rati para vengar a Walter”.Las alusiones a Bulacio por parte de la banda no abundaron, pero en 2001, cuando se cumplieron diez años de su muerte, Los Redondos le dedicaron ese himno que es “Juguetes perdidos” en una de sus últimas presentaciones en vivo: fue en el Estadio Centenario, en Montevideo.
En 2017, aplastado por una avalancha, un hombre llamado La primera causa judicial no determinó responsables por la muerte de Walter Bulacio. Pero en septiembre de 2003 la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dio por probados los hechos denunciados por la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI): acompañando a la familia, esa organización acusaba a Espósito de la detención ilegal de Walter, seguida de la tortura que, a la vez, desencadenó su fallecimiento.Recién en 2011, a veinte años de los hechos, empezó el juicio oral de una investigación que ya había pasado por juzgados de primera instancia, cámaras de apelaciones e incluso la Corte Suprema de Justicia de la Nación. María Ramona, esa abuela que luchó incansablemente para obtener justicia por su nieto, fue la cara visible de una familia quebrada por el dolor y la impunidad desde el primer momento.
En el segundo juicio, que terminó en 2013, el ya ex comisario Espósito fue condenado. Pero sólo por privación ilegítima de la libertad. En ningún momento se lo imputó por tortura seguida de muerte, tal como exigía la familia de Walter y la CORREPI. En ese sentido, la Justicia condenó el hecho de que Bulacio fuera trasladado en medio de una razzia desde las inmediaciones de Obras hasta la comisaría 35ª.La Justicia nunca señaló quién es responsable de la muerte de Walter Bulacio. Los Fabulosos Cadillacs aludieron al caso en la letra de “Arde Buenos Aires”, una canción de su disco El León. Fito Páez compuso “Ayer soñé con Walter”, más interpretada por Fabiana Cantilo que por él. La banda Resistencia Suburbana compuso “Walter” y los chilenos de Los Miserables editaron “Venganza (a Walter Bulacio)”.
Fuente: telam
Compartir
Comentarios
Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!