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06/04/2025

La macabra historia del primer asesino serial de la Argentina que mataba a sus hijos recién nacidos: su condena y ejecución

Fuente: telam

A 125 años de su ejecución, el nombre de Cayetano Domingo Grossi sigue resonando en los archivos del crimen argentino como el primer asesino serial documentado del país. Su historia siniestra es una pieza clave para entender la evolución de la criminología y la justicia en Argentina

>El 6 de abril de 1900, en la ciudad de Buenos Aires, Cayetano Domingo Grossi se convirtió en el primer asesino en serie documentado de la historia argentina en ser ejecutado. Su caso estremeció a la sociedad de la época y sentó un precedente en la criminología del país. Pero, ¿quién era este hombre y qué lo llevó a cometer crímenes tan atroces?

El concepto de “asesino en serie” aún no existía formalmente en la criminología, y la ciencia forense estaba en sus primeras etapas. Los crímenes de Grossi fueron atroces y también evidenciaron la falta de herramientas de la policía para detectar patrones en homicidios repetidos. En aquel tiempo, el país no contaba con una fuerza policial moderna ni con un sistema de justicia penal que pudiera investigar estos casos con la profundidad que hoy conocemos.

Cayetano Domingo Grossi era un inmigrante italiano, nacido en 1854 en Bonifati, en la provincia de Cosenza, Calabria, que había llegado a la Argentina en busca de oportunidades, como tantos otros europeos de la época. Trabajaba como zapatero y llevaba una vida aparentemente normal en Buenos Aires. Sin embargo, detrás de su imagen de hombre trabajador se escondía un asesino despiadado.

Grossi mantenía una relación con una mujer con la que tuvo varios hijos fuera del matrimonio. Para ocultar la existencia de ellos y evitar la responsabilidad de criarlos, decidió eliminarlos uno por uno. La frialdad con la que cometió estos asesinatos y su capacidad para engañar a su entorno lo convierten en un caso singular dentro de la historia criminal argentina.

Los testimonios de vecinos fueron fundamentales para la investigación. Muchas personas comenzaron a notar que, a pesar de que la pareja de Grossi quedaba embarazada repetidamente, nunca se veía a ningún niño en la casa. Algunos vecinos incluso escucharon llantos de bebés que, misteriosamente, cesaban de un momento a otro. Fue esta sospecha colectiva la que llevó a que las autoridades comenzaran a investigar más a fondo.

En un allanamiento policial, los agentes descubrieron los cuerpos de al menos cinco bebés enterrados en el patio de la casa de Grossi. Los cadáveres estaban en diferentes estados de descomposición, lo que indicaba que los asesinatos habían ocurrido en distintos momentos y de manera sistemática. La escena impactó profundamente a los investigadores y a la sociedad de la época.

El arresto de Grossi generó un gran revuelo en Buenos Aires. La noticia de un hombre que mataba a sus propios hijos causó indignación y horror en la sociedad. La prensa cubrió el caso con detalles escalofriantes, alimentando la conmoción pública.

El juicio de Grossi fue breve, ya que las pruebas en su contra eran irrefutables. Los forenses confirmaron que los bebés habían muerto por asfixia y traumatismos severos. No había dudas de que Grossi era el responsable. A pesar de que intentó minimizar sus acciones, su comportamiento frío y calculador lo delató. Fue condenado a muerte y su ejecución se llevó a cabo el 6 de abril de 1900 en la Penitenciaría Nacional, ubicada en el barrio de Palermo, donde actualmente se encuentra el Parque Las Heras.

El caso de Grossi fue clave en la evolución de la criminología argentina. A fines del siglo XIX, las ideas del criminólogo italiano Cesare Lombroso estaban en auge. Lombroso postulaba que ciertos rasgos físicos podían determinar la tendencia criminal de una persona. Grossi fue analizado desde esta perspectiva y catalogado como un “criminal nato”. Se lo estudió en un intento de encontrar signos físicos que explicaran su conducta homicida, aunque con el tiempo esta teoría fue descartada por la ciencia moderna.

Este caso también tuvo repercusiones en el sistema judicial argentino. La brutalidad de sus crímenes llevó a las autoridades a replantearse la necesidad de mejorar los mecanismos de control social y la asistencia a mujeres en riesgo. Se empezaron a discutir leyes de protección infantil y se reforzó el papel del Estado en la supervisión de nacimientos y registros de menores.

Si bien su caso es menos conocido que el de otros asesinos seriales en la Argentina como Carlos Robledo Puch o Ricardo Barreda, Cayetano Domingo Grossi es una de las primeras figuras documentadas en la historia del crimen local, ya que su caso marcó un antes y un después en la forma en que se investigaban. En retrospectiva, la historia de Grossi es una muestra de cómo el crimen puede ser un reflejo de las condiciones sociales de una época. La pobreza, la falta de educación y el desamparo de ciertos sectores de la sociedad contribuyeron a la impunidad con la que Grossi actuó durante años.

Fuente: telam

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