Lunes 17 de Marzo de 2025

Hoy es Lunes 17 de Marzo de 2025 y son las 11:42 ULTIMOS TITULOS:

17/03/2025

100 años de “The New Yorker”, la revista que transformó la narrativa periodística

Fuente: telam

Con 1,3 millones de suscriptores y más de 5 mil ediciones, la publicación es un pilar de la vida literaria y cultural estadounidense

>La revista The New Yorker, un pilar de la vida literaria y cultural estadounidense definida por sus distintivas portadas, periodismo de largo alcance, ingeniosas caricaturas y gramática particular, celebra 100 años en los quioscos.

A pesar de su historia legendaria, The New Yorker a menudo pone un espejo frente a los acontecimientos actuales. Tres padres fundadores aparecieron en una reciente ilustración de portada siendo escoltados fuera de sus oficinas, cargando sus pertenencias en cajas de cartón como un comentario satírico sobre el ataque al statu quo del presidente estadounidense Donald Trump.

Mouly ha sido una de las conductoras de la orquesta de The New Yorker desde 1993, seleccionando la portada que, semana tras semana, otorga a la revista su identidad única.

Un ejemplo de arte de portada expuesto muestra una escena de hora pico en el metro donde todos los pasajeros son animales, mientras que otro diseño realizado por el esposo de Mouly, Art Spiegelman, muestra a una mujer negra besándose con un hombre jasídico.

Ese diseño de 1993, que siguió a enfrentamientos entre las dos comunidades en un barrio de Brooklyn, generó controversia en su momento y sigue siendo una de las portadas más discutidas de la publicación.

Con más de 5.000 ediciones en el último siglo, la revista ha publicado grandes obras literarias como “A sangre fría” de Truman Capote en 1965, y también ha dado espacio a escritores como James Baldwin para discutir sobre las relaciones raciales.

Ernest Hemingway, Susan Sontag y JD Salinger están entre los autores que han adornado las páginas de la revista, que combina actualidad, análisis, ficción, reseñas, crítica, poesía y, por supuesto, sus legendarias caricaturas.

En 1961, Hannah Arendt cubrió el juicio del criminal de guerra nazi Adolf Eichmann, reportaje en el cual acuñó la frase “la banalidad del mal.”

En años recientes, la revista ganó un Premio Pulitzer por la investigación de Ronan Farrow sobre el depredador director de cine Harvey Weinstein, impulsando el movimiento “MeToo.”

Fundada el 21 de febrero de 1925, The New Yorker no siempre tuvo tan altas aspiraciones.

En el apogeo de la era del jazz, entre la euforia de la posguerra y el período anterior a la Gran Depresión, los fundadores Harold Ross y Jane Grant se propusieron crear “una revista de ingenio y cosmopolitismo, una revista urbana, pero no una que se tomara demasiado en serio.”

Cien años después, cuenta con 1,3 millones de suscriptores, la mayoría de los cuales tienen suscripción tanto en formatos impresos como digitales. Es una joya de la corona del grupo mediático Condé Nast, que también publica Vogue, Vanity Fair y GQ, habiendo adquirido The New Yorker en 1985.

“The New Yorker es mucho más que esas páginas que la gente recibe por correo”, dijo Golia. “Es un sitio web, son pódcast, es un festival, es una marca (y) como marca, es increíblemente exitosa.”

Desde el primer número hace cien años, hasta el que siguió a los ataques del 11 de septiembre de 2001, muchas portadas del semanario The New Yorker han hecho historia.

El primer número de The New Yorker, publicado el 21 de febrero de 1925 con un precio de 15 céntimos, inauguró la tradición de sus portadas de diseño con la caricatura de un dandy, inspirado en el Conde de Orsay, observando una mariposa a través de un monóculo. Creado por el artista Rea Irvin, este personaje ficticio llamado Eustace Tilley, se convirtió en el talismán del periódico y año tras año, con humor, encarnó diversos personajes, como un hípster o llevando una máscarilla anticovid. El smartphone ha sustituido al monóculo.

Hiroshima

El 11 de septiembre de 2001

La polémica sobre Obama

Fuente: AFP

Fuente: telam

Compartir

Comentarios

Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!