23/12/2025
Hungría convocó a un bioeticista argentino para capacitar a investigadores y funcionarios en educación y desarrollo
Fuente: telam
El avance de la IA y la biotecnología en salud e investigación médica, junto con sus dilemas éticos, obligó a gobiernos y centros estratégicos a replantear cómo se toman decisiones sensibles. En ese contexto, el rabino Fishel Szlajen fue designado investigador visitante del Mathias Corvinus Collegium de Hungría, desde donde formará a tomadores de decisión en bioética y ética en políticas públicas
>En un contexto global marcado por la aceleración de la lA, la biotecnología en salud, los nuevos tratamientos y la investigación médica, la bioética se ha convertido en un componente central de la toma de decisiones públicas. Cada vez más Estados y centros de pensamiento estratégico advierten que regular estas biotecnologías sin formación ética especializada puede derivar en conflictos jurídicos, crisis institucionales y pérdida de legitimidad democrática.
La designación resulta inédita para un académico latinoamericano y refleja una demanda concreta de conocimiento especializado en un momento en el que los dilemas bioéticos dejaron de ser hipotéticos para convertirse en decisiones inmediatas de política pública.
Fishel Szlajen es máster y doctor en filosofía, realizó un posdoctorado en bioética y otro en religión y estado de derecho en la Universidad de Oxford, y cuenta con más de 350 publicaciones entre artículos académicos, columnas especializadas y libros. Es miembro titular de la Pontificia Academia para la Vida en el Vaticano, el máximo organismo bioético a nivel mundial. Su trabajo, reconocido y premiado nacional e internacionalmente, se ha concentrado en áreas especialmente sensibles para la agenda contemporánea, como la edición genética, inicio y final de vida, reproducción humana asistida, IA aplicada a la investigación y la medicina, más el impacto de las biotecnologías convergentes y el transhumanismo sobre la noción de dignidad humana.
A lo largo de su trayectoria, Fishel Szlajen ha participado en espacios de deliberación ética compleja a nivel nacional e internacional, que exigen equilibrio, prudencia y capacidad de diálogo entre tradiciones filosóficas, culturales, religiosas y jurídicas diversas. Su experiencia incluye intervenciones y trabajos en ámbitos multilaterales como la OEA, el G20 y foros internacionales dedicados a la relación entre religión, derecho y políticas públicas.
Consultado por Infobae, Szlajen afirmó que “en esos espacios, la bioética y la tecnología se discuten en contextos de alta sensibilidad institucional, lo cual me condujo a desarrollar modelos de asesoramiento bioético orientados específicamente al Estado, donde la función del especialista no es imponer convicciones personales, sino ofrecer marcos de análisis rigurosos, pluralistas y operativos para la toma de decisiones públicas”.La experiencia europea muestra una tendencia creciente donde la bioética comienza a ser incorporada como parte estructural del proceso decisorio estatal. Países de Europa Central y Oriental, con Hungría entre los casos más visibles, vienen fortaleciendo la formación ética de sus cuadros dirigentes frente a debates sensibles como el uso de inteligencia artificial en los sistemas de salud, la regulación de la biotecnología reproductiva, la edición genética y los límites de la intervención médica sobre la vida humana.El Mathias Corvinus Collegium se ha consolidado como un actor clave en esa estrategia, articulando universidad, Estado y pensamiento estratégico. La convocatoria de Fishel Szlajen se inscribe en ese marco donde resulta esencial formar decisores capaces de comprender las implicancias éticas profundas de las tecnologías que regulan.
La diferencia no parece residir en la falta de expertos, sino en la prioridad institucional que se asigna a la formación ética de quienes gobiernan. En un mundo donde la innovación biotecnológica avanza más rápido que la regulación, anticipar dilemas es una forma básica de responsabilidad política.
Al respecto, Szlajen concluyó que “la inteligencia artificial en medicina, edición genética, nanotecnología, robótica, mejoras cibernéticas y otras biotecnologías convergentes aplicadas a la salud ya forman parte de la agenda pública global. La cuestión no es si los Estados deberán enfrentarlas, sino con qué nivel de preparación bioética lo harán”.
Fuente: telam
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