23/12/2025
La impensada pelea de Juan Grabois y Mayra Mendoza volvió a poner bajo la lupa el liderazgo de Cristina Kirchner
Fuente: telam
El enfrentamiento por una ordenanza de Quilmes para regular el estacionamiento medido desató un cruce furioso entre La Cámpora y el Movimiento de Trabajadores Excluidos
>El peronismo no tiene paz. Los conflictos internos se multiplican en forma inesperada y aparece, día a día, vinculados a distintas disputas. El enfrentamiento de ayer entre Juan Grabois y Mayra Mendoza volvió a sacudir al kirchnerismo, la vertiente justicialista que durante los dos últimos años ha tenido más cortocircuitos internos.
El enfrentamiento del lunes se generó por una ordenanza municipal que se estaba tratando en el Concejo Deliberante de Quilmes - y finalmente se aprobó - para regular el sistema de estacionamiento medido, desarmar el trabajo de los “trapitos” tal como está planteado ahora y abrir una licitación para ordenar el nuevo esquema de trabajo.
En ese sentido, también remarcaron que el sector de Grabois está pidiendo “una adjudicación directa en beneficio del MTE” y porque quieren “una cooperativa sea la que se encargue de ese trabajo directamente”. “Eso no va a pasar”, afirmaron, al tiempo que agregaron: “Nosotros llamamos a una licitación pública y cualquiera puede presentarse”.
De esa forma, apuntó contra el gobierno camporista que gestiona Quilmes. Además, aseguró que la gestión que políticamente lidera Mendoza “cortó abruptamente” el diálogo con los cuidacoches y resaltó que existen otras ordenanzas en municipios como Luján, Paraná o Bariloche donde los “trapitos” pudieron ser absorbidos dentro del esquema laboral.
En ese cruce de versiones y reproches se metió el diputado provincial Facundo Tignanelli, muy cercano a la jefa política de Quilmes. “Poner en duda la empatía que tienen Mayra y Eva con quienes más lo necesitan es lo más lejano a la realidad que existe. Muchos ceden ante extorsiones, bravuconadas o las amenazas de ir a los medios. Se toparon con una compañera que prioriza representar a su pueblo y que no va a ceder al capricho de algunos dirigentes que luego de un tiempo se les pasa y piden disculpas privadas de lo dicho en público”, escribió en sus redes sociales.
“Juan vive de hacer quilombo. Es el lugar en el que se siente cómodo. Pero hay veces que se pasa de rosca”, expresó un dirigente camporista de largo recorrido. Otro, de la misma agrupación, se manifestó en la misma línea pero fue aún más duro:“Ellos hacen negocios con la marginalidad. Nunca se sabe para quién juega Juan”. Frases que exponen, con claridad, el malestar que hay en la organización ultra K.
Los conflictos dentro del kirchnerismo son permanentes y son, además, cada vez más de nicho. “Es una pelea del cristinismo”, aseguró un kirchnerista histórico. Es una realidad innegable. La pelea es cada vez más concentrada. No hay acuerdo ni en los núcleos duros, lo que también muestra la debilidad estructural que genera la falta de conducción.
Fuente: telam
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