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21/12/2025

Se cumplen dos meses de la desaparición de la yaguareté Acaí: ni una sola persona aportó datos, a pesar de la recompensa millonaria

Fuente: telam

El rastro del felino, que portaba un collar con señal de geolocalización, se perdió el 25 de octubre. Desde hace un mes el fiscal del caso espera que le envíen la información de los celulares secuestrados a pobladores sospechosos. El Ministerio de Justicia ofreció 250 millones de pesos por información, pero no hubo novedades

>Las esperanzas de encontrar con vida a la yaguareté Acaí se van, como queda atrás el año 2025. A dos meses de su desaparición en el Impenetrable chaqueño, la Justicia no logró avanzar en la investigación con un síntoma llamativo: se ofreció mucho dinero como recompensa por información a la población de la zona y sin embargo, el teléfono no sonó jamás.

El fiscal federal Carlos Amad no se resigna a la muerte. Es parte de su rol profesional no adelantarse a los hechos ni descartar hipótesis hasta no recolectar pruebas concluyentes. El problema es que las evidencias no aparecen.

Los habitantes del paraje Manantiales son sospechosos de haberlo asesinado para defender sus ranchos o sus animales. Pero también podría tratarse de un crimen motivado por el negocio clandestino de las pieles del yaguareté o incluso por el animal vivo.

Lo más llamativo -y a la vez decepcionante- es que fijar una recompensa para quien aporte datos fehacientes, la principal estrategia para conseguir información, no tuvo efecto.

“En cuanto empiece a correr el dato de la tremenda cantidad de dinero que se ofrece, confiamos en que vamos a tener información fidedigna”, le había comentado un investigador a este medio cuando se lanzó la oferta, el mes pasado.

Lo cierto es que el único rastro de Acaí es su collar, que el 25 de octubre emitió por última vez señal desde el fondo del cauce del Bermejo. A pesar de varios rastrillajes con buzos nunca pudieron encontrarlo. Es un río turbio y el suelo, en esa zona, es barroso, lo cual dificulta todavía más la situación.

El yaguareté es Monumento Natural Nacional, por lo que atentar contra la vida del animal sagrado es un delito tipificado en el Código Penal y tiene una pena de prisión en expectativa de hasta cinco años.

Desde Rewilding aclararon que “a pesar del duro golpe que significa la eliminación de un yaguareté silvestre, como Acaí, las organizaciones de gobierno y la Fundación se comprometieron a reforzar el proyecto de reintroducción, a la par de apoyar la búsqueda de los cazadores para que reciban el castigo que establece la ley”.

Los teléfonos secuestrados por Amad pertenecen a pobladores del Paraje Manantiales, una zona donde días antes del 25 de octubre, APN y el gobierno chaqueño habían alertado sobre la presencia del yaguareté a orillas del Bermejo.

Lo hicieron para tranquilizar a la población, explicar que el animal estaba monitoreado y advertir sobre las graves consecuencias penales que traería matarlo, tal vez, sospechando que podía existir un desenlace de este tipo. Algunas versiones de pobladores dicen que Acaí se comió el ternero de uno de ellos y que la situación derivó en su muerte.

Desde aquella alerta nadie sabe nada de Acaí. Hubo rumores de quién pudo haberla asesinado. Pero tampoco se avanzó en ese sentido. Aunque queda la esperanza de la información que pueda recabarse cuando se abran los teléfonos. ¿Será antes de 2026? Al año laboral le quedan pocos días y después el Poder Judicial entra en ferias.

Sebastián De Martino, director de Conservación de Rewilding, aclaró que prácticamente no hay registros en muchas décadas de ataques de yaguaretés a personas. Pero entre las poblaciones, las leyendas y mitologías convierten a este felino en un animal temido. Rewilding se encarga desde hace años de desestigmatizar al yaguareté. En algunas poblaciones de la zona consiguió el objetivo. En otras, no.

Amad tiene un trabajo difícil. Es una zona inmensa y despoblada a cientos de kilómetros a la redonda. La vegetación, el clima, los animales salvajes, todo complica la investigación.

Para entender la historia de Acaí hay que viajar de Chaco a Corrientes, donde desde 1953 hasta 2021, el yaguareté también estuvo extinto. Hace cuatro años comenzaron a liberarse los primeros individuos criados por Rewilding en el Parque Nacional Iberá y como resultado de este proyecto la especie ya se reproduce libremente, lo que aumentó de forma notable la cantidad de felinos en ese Parque Nacional.

Eso ocurrió con Acaí. Nació en Iberá y fue traslocada al Impenetrable, donde hayLa reintroducción de hembras resulta esencial para recuperar las poblaciones del principal depredador de Sudamérica en este bosque seco, uno de los ecosistemas más amenazados del mundo, cuya superficie se extiende por Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil. Aún desconocido y desprotegido, el Gran Chaco es el segundo bosque más importante de América del Sur después del Amazonas por su tamaño y asombrosa biodiversidad.

Ante la falta de hembras en la región, se lo cruzó con una hembra de cautiverio, lo que fue una acción nunca antes realizada en la historia. Desde entonces, Qaramta se apareó con hembras cautivas traídas desde el Parque Nacional Iberá y produjo cachorros para ser liberados en la naturaleza.

Más adelante, probablemente atraídos por la presencia de hembras, llegaron a la zona otros machos silvestres, pero sin registros de hembras silvestres no había posibilidad para la especie de recuperarse por sus propios medios.

En Argentina, la situación de los yaguaretés es crítica. La especie perdió más del 95% de su área de distribución original y se estima que quedan menos de 200 yaguaretés en poblaciones fragmentadas. Por eso, la preocupación por el destino de Acaí es total.

Fuente: telam

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