20/12/2025
Dólar, exportaciones, superávit: por qué las modificaciones al sistema cambiario y el anuncio de compra de reservas redujeron el riesgo país
Fuente: telam
El nuevo esquema busca achicar la brecha de incumplimiento con el FMI, reducir el costo del crédito y afrontar un exigente calendario de vencimientos. Ventajas, limitaciones y contraindicaciones
>El anuncio de que a partir de enero las bandas cambiarias se ajustarán mensualmente por inflación y que el Banco Central (BCRA) iniciará un programa de compra de reservas, sumado a los datos de comercio exterior de noviembre, contribuyeron a una reducción del riesgo país, que se atenuó por los traspiés de dos iniciativas oficiales en el frente legislativo: el Presupuesto 2026 y el proyecto de modernización laboral.
Aquel saldo de hace casi 20 meses se debió a la fuerte caída de importaciones. Ahora hubo salto exportador, explicado por importaciones de China, que reorientó sus compras de poroto de soja de EEUU hacia la Argentina y Brasil. Si se amplía el foco, se observa que en los primeros once meses las exportaciones crecieron 9,5%, poco más de un tercio del 26,7% que aumentaron las importaciones.
De resultas, el superávit acumulado sumó USD 9.343 millones. La Cámara de Empresas Exportadoras de la Argentina (CERA), prevé que el saldo anual cerrará en USD 11.400 millones, 55% por debajo de lo que el BCRA en su ejercicio 2024-2030 proyectaba para este año: un superávit de USD 25.242 millones. He ahí una señal de que acumular reservas no será sencillo, aunque sea casi obligatorio. El Sería un esquema “compatible con la liquidez diaria del mercado de cambios”, en el que el Central participaría con un 5% del volumen y teniendo en cuenta que el volumen diario tiene grandes fluctuaciones. De hecho, en semanas recientes el volumen operado se redujo de un promedio diario de USD 600 a USD 200 millones, neto de operaciones de pase. El objetivo declarado es “acumular reservas sin generar distorsiones ni presiones sobre los precios, acompañando el proceso de estabilidad macroeconómica”. Fácil de enunciar, duro de concretar. Jorge Vasconcelos, economista jefe del Ieral de la Fundación Mediterránea, recordó al respecto que entre mayo y diciembre de 2024 el BCRA tuvo un saldo acumulado de compras de casi USD 7.000 millones (anualizado, poco más de USD 10.000 millones, similar al “escenario base” actual), pero en un contexto de fuerte remonetización, en que M3 (un agregado monetario más amplio que la base) creció 22% en ocho meses y en el que el BCRA compró en promedio USD 42 millones por día. Sucede que el desvío de la meta de acumulación de reservas con el FMI (y con la ansiedad del mercado), ya es muy grande. En su último informe mensual Miguel Ángel Broda lo calculó, para fines de este año, en USD 15.858 millones. El consultor hizo su propio ejercicio de “remonetización” (previo al anuncio del cambio del esquema de bandas y de compra de reservas): “si todo sale bien”, arrojó el cálculo, el gobierno podría comprar unos USD 7.700 millones en 2026 y USD 4.700 millones en 2027, apenas un cuarto de los casi USD 48.000 millones de capital e intereses que vencen en ese bienio, incluidos USD 15.500 millones de bonos en manos privadas, USD 12.600 millones al FMI y casi USD 5.400 millones en bopreales. Del total a afrontar en capital e intereses, poco más de USD 38.300 millones están en cabeza del Tesoro y unos USD 9.600 millones en la del BCRA.
De ahí la importancia de tres factores: confianza, para que aumente la “demanda de dinero” (que la gente no huya del peso); estabilidad, para que la indexación del dólar no impida reducir la tasa de inflación; y competitividad, para aumentar as exportaciones y el saldo comercial, que junto a la inversión privada proveen dólares con menos contraindicaciones queel endeudamiento, Son requisitos pesados, a juzgar por los resultados de la economía argentina en los últimos años. Al presentar una “Estrategia Nacional Exportadora”, un documento con 248 propuestas de impulso a las exportaciones, el presidente de CERA, Fernando Landa, subrayó que la exportación debe dejar de ser vista como un mero “aportante de divisas” y se asume como “una fuente vital de creación de empleo y desarrollo federal”, para lo cual son claves la confiabilidad y la competitividad, casilleros vacíos hace ya muchos años. Además, la exportación anual por habitante está debajo de los USD 1.500, mientras países como Estonia, Finlandia, Australia y Canadá superan los USD 14.000 y otros, como Chile y México, están entre USD 4.500-5.000 per cápita.
“Los países tienen la potestad de requerir a sus exportadores la repatriación de las divisas”, dice el documento, y aclara que los de la OCDE no exigen la repatriación, el FMI contabiliza alrededor de 46 países que lo requieren, unos 27 países exigen que sus exportadores liquiden y conviertan una parte de las divisas en moneda nacional y que la Argentina, Honduras y Pakistán son los únicos que exigen rendir el 100 por ciento. En América Latina, agrega, solo Honduras, Surinam y Venezuela lo demandan. Y en algunos casos, solo se lo exige a ciertos sectores o a empresas públicas.
Esos cinco productos son poroto de soja, trigo, petróleo, pellets de aceite de girasol y aceite de girasol. Y los cinco en que más creció en valor la exportación este año fueron poroto de soja, oro (por el precio), petróleo, aceite de girasol y aceite de soja.
Fuente: telam
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