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19/12/2025

Juan Manuel Fangio II corrió un clásico con su hija y analizó a Colapinto en la Fórmula 1: “En 2026 demostrará lo que realmente sabe”

Fuente: telam

El sobrino del Quíntuple forjó su campaña con nombre propio, compitió 14 años a nivel internacional y fue bicampeón en los Estados Unidos. Fue la figura excluyente en la última edición de las 1000 Millas Sport

>La participación de Juan Manuel Fangio II en la reciente edición de las 1000 Millas Sport, en Bariloche, marcó un hito personal al compartir la experiencia con su hija Justina esta clásica competencia de regularidad. El ex piloto y sobrino del quíntuple campeón de Fórmula 1 tiene un parecido físico impactante con su tío, pero forjó su campaña con nombre propio pese a las comparaciones con el Chueco y las presiones de correr con un apellido ilustre.

El balcarceño participó de la clásica carrera de regularidad a bordo de un Ford Mustang de 1969 junto a su hija de 17 años. La 50ª posición final entre más de cien binomios contó solo para la estadística. Juan Manuel vivió una experiencia muy especial. “El hecho era justamente poder compartirlo con ella, ya lo había compartido con mis otros 3 hijos. Faltaba hacerlo con ella, así que ha sido súper especial desde todo punto de vista. Es un sueño cumplido haberlo podido hacer con mi hija”, le afirma a Infobae.

Sobre esta carrera sostiene que “las 1000 millas Sport tienen varios condimentos que yo creo que son fundamentales. El primero, el marco, el Sur de nuestro país es extraordinario desde todo punto de vista, es maravilloso a nivel mundial y poder competir en ese escenario es una caricia al alma para quienes participan en esto. El segundo punto, es el grupo de gente que participa, con un mismo espíritu, que es el espíritu de poder competir, pero al mismo tiempo compartir. Y el tercer punto, es la organización, realmente el grupo de trabajo y la forma que está todo organizado, es maravilloso”.

Fiel a su estilo que lo marcó en su época profesional, destaca el trabajo en equipo: “En mi caso, para que yo participara no puedo dejar de mencionar a Osvaldo y Héctor Fliter que trabajaron en poner el auto con el cuál participé en perfecta condiciones, que no tenga ningún problema y que pueda estar presente en esta edición. Sin ellos, hubiera sido imposible”. Además, destaca que “el espíritu que hay es algo muy especial que hace que entres a una atmósfera muy diferente. Te vas cuatro días, pero parece que te fuiste tres meses a algún lugar. Tu mente se va totalmente a todo el resto de las cosas que hacés todos los días para sumergirte en este nivel de experiencia y es lo que hace este tipo de competencia algo realmente diferente a todo. Y el detalle de la regularidad. Con Justina estábamos permanentemente esperando las ‘mangueritas’ -que no sé qué nombre técnico tiene-, muy divertido, muy desafiante. Y como siempre querés mejorar, ves el defecto para poder corregirlo y ese condimento es muy particular”.

La prueba reunió a más de 100 coches clásicos y Fangio cuenta que “soy un apasionado del sentimiento que genera un auto, cuándo vos lo manejas, cuándo realmente empieza a darte lo que vos le pedís. Cuando yo veo los primeros 10 autos y veo la personalidad de los autos, siempre insisto que los autos tienen personalidad, y veo los que manejan estos autos, piloto y copiloto, entiendo el nivel de aventura que es y eso es lo que realmente me impacta. La aventura para todos aquellos que corren con estos autos, sin techo, de los años 30, son muchos kilómetros y muchas horas por día. Realmente, admirable”.

El recordado Quíntuple siempre lo acompañó en sus inicios. Fueron aquellos años en los que corrió a nivel local en la Fórmula 4 y Fórmula 2 Nacional y también estuvo en el primer año de la Fórmula 2 Codasur, donde fue ganador en Las Vizcachas, Chile, en 1983. Al año siguiente emigró a Europa y comenzó con una campaña internacional de 14 temporadas. Compitió sin suerte en la Fórmula 3000 (actual Fórmula 2). Luego se fue a los Estados Unidos y tras su etapa por la Indy Lights tuvo su mejor época en la mencionada etapa de IMSA. Una vez que regresó al país fue uno de los nombre rutilantes del Campeonato Sudamericano de Autos de Turismo, también conocido como la Copa de las Naciones, con máquinas importadas del Campeonato Británico de Autos de Turismo (BTCC por su sigla en inglés). En 1999 también corrió las 12 Horas de Sebring, válido por la American Le Mans Series. Juan plantea que a su tío estuviera le gustaría poder estar en las 1000 Millas Sport porque “seguramente haría lo mismo que estamos haciendo nosotros: es disfrutar la gente, el entorno, los lugares y este sur, que es maravilloso”.

Al ser consultado por Franco Colapinto y su labor en la Fórmula 1, analiza que “yo divido lo de Franco en dos partes. Primero vamos a reconocer que es un piloto tremendamente talentoso, pero lógicamente siempre creo que a nivel equipo se necesita contención. No creo que él esté teniendo la misma contención que tuvo en Williams, en dónde los resultados que tuvo el año pasado llegaron inmediatamente y en este año le costó un poco más y que el auto de pronto nunca llegó a estar a la altura del anterior”. Además resalta la mayor exigencia que suelen tener los pilotos de nuestra región algo que él vivió por experiencia propia: “Es una cosa que nos pasa, a todos los que alguna vez salimos del país a competir, es que de alguna manera, y sobre todos los sudamericanos, es que tenemos que demostrar. Y eso lógicamente te exige en los momentos en dónde tenés que poner un tiempo, no en el caso de la carrera, que implica otros factores, porque podés regular por la cantidad de vueltas y eso es una presión extra. Todo eso, lógicamente, lleva tiempo y hay que adaptarse”. Y explica por qué lo que viene para el pilarense puede se mejor: “Es importante ensamblarse con el equipo para el que estás corriendo. En todo sentido. Porque no le pasa solo al piloto. Le pasa a los mecánicos, a los ingenieros y a todos. Para amalgamar un equipo yo creo que es fundamental el reconocimiento hacia el otro, la contención, la concentración en el área que te corresponde. Y eso lleva tiempo. Me parece que el hecho de tener un año por delante, eso le va a dar mucha tranquilidad y poder demostrar lo que realmente sabe”.

Las 1000 Millas Sport es un evento organizado por el Club de Automóviles Sport (CAS), reunió a más de cien vehículos clásicos y deportivos, y se desarrolló entre el 26 y el 29 de noviembre, recorriendo paisajes emblemáticos de la Patagonia argentina y consolidando su prestigio como una de las citas más relevantes del automovilismo sport en el país.

Esta edición, a su vez, contó con la presencia de auténticas joyas del automovilismo, como un Bugatti Type 37 de 1926, un Amílcar GCSs de 1927, el legendario FIAT 1500 S OSCA de 1959 —presente en todas las ediciones desde 1992—, una Ferrari Daytona 365 GTB/4, un Shelby Cobra 289 y modelos emblemáticos de marcas como Alfa Romeo, MG, Bentley, Aston Martin, Austin Healey, Jaguar, Lotus, Mercedes Benz, Lamborghini, Porsche, BMW, Lancia, Volvo y Maserati. El recorrido incluyó etapas con inicio y cierre en el Hotel Llao Llao y atravesó localidades como Villa La Angostura, el Camino de los 7 Lagos, San Martín de los Andes, Junín de los Andes, Dina Huapi, Cerro Catedral, Villa Mascardi y El Bolsón.

La organización, a cargo de Fernando Briones -presidente del Club de Automóviles Sport y director general de las 1000 Millas Sport- y Daniel Claramunt, director ejecutivo, destacó la calidad de la competencia y la diversidad de participantes: “Hemos tenido una excelente competencia este año, enmarcada en paisajes únicos que nos brinda la Patagonia argentina, con gran afluencia de participantes de diferentes países de Latinoamérica y Europa que nos han acompañado durante estos tres días en un ambiente de camaradería y verdadera pasión por el deporte, que habla de lo que representa el automovilismo sport para los argentinos”.

Agradecimiento: Aldana Gómez – Capri Agencia

Fuente: telam

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