15/12/2025
Marcela Cabutti reúne a Sudamérica y África, a través del arte, la geología y la memoria
Fuente: telam
La artista argentina se presenta en Sudáfrica con “Nuestros Continentes Errantes”, una muestra que invita a reflexionar sobre la separación y el reencuentro de dos continentes
>Un gesto para unir dos continentes, dos mundos, que alguna vez fueron uno. Un gesto, a través del cual la artista argentina Marcela Cabutti se erige como un puente entre la ciencia y el arte, utilizando la memoria geológica y la creatividad, para reflexionar sobre la separación y la posibilidad de reencuentro entre territorios y culturas que alguna vez compartieron un mismo suelo.
El proyecto, curado por Clarisa Appendino y Tammy Hodgsfiiss, se inspira en la hipótesis de la deriva continental, una teoría que sostiene que los continentes actuales estuvieron alguna vez unidos en un solo supercontinente.
“Siguiendo los pasos de los geólogos que dataron las piedras y que confirmaron toda esta unión ígnea entre América del Sur y África, me asesoré con la gente de la Universidad de Uruguay y armé un recorrido geológico por Namibia, particularmente”, dijo Cabutti a Infobae Cultura, en una conversación más allá del mar.
“En la década del 80, todo un grupo de geólogos argentinos estuvo trabajando y viviendo en Namibia durante muchísimos años. Porque realmente en ese momento es que se confirma qué sitios en Argentina fueron los que originaron todo este proceso tectónico de Pangea, de Gondwana”, dijo.
El viaje, lejos de ser solo un desplazamiento físico, se transformó en una búsqueda de conexiones profundas entre continentes. “Me paro en una costa y saludo haciendo como una triangulación de saludos, como si mi cuerpo pudiera unir los territorios”, relató, sobre esta acción performática que entiende como un gesto de unión simbólica, reforzado por la elección de vestimenta y objetos que remiten a la historia compartida de ambos continentes.Esto puede observarse en la serie De los Saludos. (El mismo Horizonte) (2025), que consiste en fotografías tomadas desde las costas de Argentina, Uruguay y Namibia, lugares donde el horizonte coincide entre los dos continentes.Cabutti recorrió Namibia junto a un guía, “cuyo nombre significaba el que traía los dioses”, a partir del cual no sólo recorrió formaciones, sino que pudo adentrarse en una historia que fue reconfigurando su trabajo: “Namibia fue hasta hace cuarenta años colonia de Sudáfrica y se independizaron con movimientos revolucionarios, que tuvo el apoyo de China, Rusia, estuvo Fidel, el Che, cuando anduvo por Angola, y se armaban como esa formación de grupos revolucionarios”.
Entre las piezas presentadas destaca Sombras de agua (2025), una instalación de siluetas en madera recortadas digitalmente que representan la dorsal del océano Atlántico y la plataforma continental argentina, cubiertas con tierras de Sudamérica y África y realzadas por la luz de seis linternas.
En Ejercicios de acercamiento (Pangea/Gondwana: América del Sur/África) (2024-2025), une piedras cortadas del Cratón del Río de La Plata y del Cratón de Kalahari mediante elásticos de colores, simbolizando la antigua unión y la actual distancia entre ambos continentes.En Latido de Piedras III SONOCARDIOGRAMAS (2025) utiliza tecnología desarrollada por el grupo de Sistemas Complejos bajo la dirección de la doctora Isabel Irurzun del Centro de Simulaciones Computacionales para Aplicaciones Tecnológicas del Conicet, a partir de una grabación realizada en una cantera de Balcarce, en la que se obtuvieron imágenes digitales que reflejan el “latido” de la tierra.Por otro lado, un homenaje a Joaquín Torres García se materializa en Nuestro Norte es nuestro Sur (2025), una serie de fotografías de esferas de cristal que invierten los paisajes costeros.
La fragancia combina especies endémicas de América, como Colletia Paradoxa y flores patagónicas, con la africana Protea Cynaroides, unidas por notas marinas de algas acuáticas que simbolizan el océano Atlántico: “El perfume es parte, es un elemento importante de la muestra, porque la idea es que cuando vos te lo ponés en la piel, unís de alguna manera los continentes”.
“Hay todo un movimiento en África, para que los mapas realmente representen se verdadero tamaño, ya que siempre la hicieron chiquitita. Todo este movimiento, que se llaman mapas igualitarios, tiene que ver con que los chicos se sientan identificados, que entiendan como identidad, que en su país entra Japón, Estados Unidos, etcétera”, relató.
Durante su recorrido por Namibia, la artista descubrió los primeros mapas grabados en piedra por los pueblos originarios, que sin dudas abrirá nuevos acercamientos en este trabajo con la piedra y la historia: “Tuve la suerte de ir a un par de sitios en Namibia, donde aparecen esas representaciones. Esos mapas servían para volver a los lugares, para avisarles a los que venían que había peligro o qué animales había para cazar. Y fundamentalmente dónde estaban los pozos de agua”.
Y en la escultura Flores de bosta (2025) utiliza un caballito fundido en plomo y flores en níquel plateado y dorado para aludir a los recursos mineros explotados por las colonias y al plomo de las municiones utilizadas en las Guerras Bóer.
El proyecto, finalmente, incorpora referencias al arte correo, una práctica iniciada en los años 60 que promueve el intercambio de objetos entre artistas de todo el mundo. En La Plata, la figura de Edgardo Vigo fue fundamental para el desarrollo de esta manifestación, y la artista recupera este modo de comunicación a distancia en su colaboración con el Origins Centre.
Fuente: telam
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