13/12/2025
El drama de una chica que se operó para mejorar un calambre y ahora no puede caminar: denuncia mala praxis
Fuente: telam
La víctima tiene 22 años y a sus 20 perdió la sensibilidad de la cintura hasta los pies luego de una cirugía que, le prometieron, “no era riesgosa”. Su historia
>Antonella Giuliano (22) arrancó el 2024 esperanzada con que ese verano mejoraría su calidad de vida. Para el 19 de enero tenía programada una cirugía que -le habían prometido- iba a disminuirle unos pequeños espasmos que padecía desde chica en la pierna izquierda. Era un problema que anhelaba curar algún día, aunque que nunca le había generado restricciones físicas. “Simplemente, me molestaban”, aclaró en diálogo con este medio. Sin embargo, esa operación que iba a “dejarla al 100%”, según le aseguraron, la llevó a una pesadilla: al despertar de la anestesia, había perdido la sensibilidad de la cintura para abajo. Desde entonces, no puede caminar.
Todo ocurrió durante una rizotomía dorsal selectiva, una cirugía para reducir la espasticidad en las piernas. “Me recomendaron esta operación para liberarme totalmente de los ligeros espasmos en la pierna izquierda. Me dijeron que iba a ser algo muy muy puntual y que me iba a dejar al 100%. Pregunté muchas veces por los riesgos y me dijeron que no había nada de que preocuparme”, dijo la joven en entrevista con Infobae.
A Antonella le habían prometido que la intervención la iba a hacer “una eminencia”, pero la terminó ejecutando el doctor Alberto Yañez, que al momento de la cirugía estaba jubilado, aunque la paciente no lo sabía. Cuando la joven se despertó de la intervención sin sentir sus extremidades, fue él quien aseguró que “todo había salido bien” y que el problema era que su cuerpo estaba teniendo una reacción inesperada. La verdad no se supo hasta 45 días después, cuando, luego de mucha insistencia de parte de sus familiares, logró que le hicieran una resonancia. El estudio demoró porque, según quedó asentado en la denuncia que luego radicó su papá, el jefe del sector de Neurocirugía del Hospital de Clínicas no la pidió alegando que Yañez no la había requerido.“Si me hubieran hecho el estudio de forma inmediata y la descompresión a tiempo, mi lesión no sería tan grave”, dice la joven, recordando que estuvo más de un mes con la médula anclada. Hoy, a casi dos años del hecho, Antonella todavía no puede mover las piernas, no tiene sensibilidad al tacto y no puede ir al baño. “Hasta el día de hoy me realizo cateterismo intermitente porque no puedo orinar por mis medios”, cuenta.
“Cuando pasó esto, Yañez lo único que me decía era ‘no puedo creer que termine mi carrera así’”, recordó ella. El hombre y principal apuntado murió en mayo en un accidente de tránsito, según supo Infobae, por lo que el expediente continúa contra los otros dos médicos.
La causa fue archivada a los meses de iniciarse por “falta de pruebas”. No obstante, el abogado de la familia, Ignacio Fernández Camillo, tomó luego intervención y solicitó la revisión, alegando que todavía quedaban elementos técnicos y discrepancias médicas pendientes de evaluación.
El foco de la investigación penal apunta ahora sobre la eventual responsabilidad de los médicos mencionados anteriormente. “En el postoperatorio inmediato, Antonella Giuliano presentó una paraplejia completa, fláccida, arrefléxica, con incontinencia y distonía de emuntorios”, cita el informe judicial de la querella.
La fiscalía dispuso el resguardo oficial de la documentación secuestrada, mientras la investigación incorporaba la verificación de la habilitación profesional de los médicos intervinientes y la recolección de nuevos testimonios y peritajes.
La joven de 22 años todavía sufre las secuelas de la presunta mala praxis que será determinada o no por la Justicia. Apenas siente algo cuando la aprietan fuerte y solo pudo empezar a mover un poco su cadera tras casi 24 meses.
“Con respecto a cómo siento mi cuerpo, todavía no muevo, pero recuperé sensibilidad profundida. Es decir, que si me pasás la mano no siento, pero si me apretás un poco la pierna, sí. Eso ya es algo, quiere decir que hay un poquito de conexión. Después recuperé el movimiento de la cadera y cuando quiero mover el pie, hay como un mini temblor. Con una buena rehabilitación, puede ser que yo salga adelante”, explicó.
El papá de la joven se dedica a hacer piezas exclusivas en madera y así le fabricó varios artefactos que la ayudan a moverse de a poco.
Fuente: telam
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