12/12/2025
La derecha liberal sí existe: el libro que desafía mitos y propone una nueva forma de hacer política
Fuente: telam
Con una mezcla de historia y reflexión, el autor invita a repensar el rol de la centroderecha en Chile y América Latina, apostando por el pluralismo y el diálogo democrático
>El análisis de la centroderecha chilena y su papel en los recientes procesos políticos del país adquiere una nueva dimensión en el libro La derecha liberal sí existe (Ariel, 2025), escrito por Hernán Larraín. Esta obra, que combina relato personal y rigor documental, se convierte en una referencia para quienes buscan comprender cómo un país con tradición democrática y estabilidad relativa puede atravesar crisis profundas y, al mismo tiempo, avanzar hacia soluciones reformistas sin abandonar el pluralismo ni los valores liberales.
El texto de Larraín, según se desprende de su propia conclusión, sostiene que el itinerario constituyente chileno fue una respuesta política para evitar un desborde institucional, aunque finalmente el país no lograra consensuar un nuevo texto constitucional.En las páginas finales del libro, el autor enfatiza que el estallido social de octubre de 2019 representó, en palabras del intelectual de izquierda Rodrigo Karmy, un momento “destituyente”, que la política transformó en “constituyente” por necesidad. Larraín afirma: “Muchos estábamos conscientes de que el problema de Chile no era constitucional.El libro recorre los principales hitos de la historia reciente de Chile, desde el estallido social de 2019 hasta el proceso constituyente y las administraciones de Sebastián Piñera. Larraín ofrece una interpretación matizada de los hechos, reconociendo tanto los avances económicos y sociales de las últimas décadas como los malestares acumulados que se manifestaron de formas diversas, tanto pacíficas como violentas.
El autor identifica tres lecturas políticas sobre el estallido: una que lo atribuye a la reacción contra treinta años de neoliberalismo, otra que lo considera un fenómeno delictual impulsado por actores internos y externos, y una tercera, que él mismo suscribe, que reconoce el progreso del país junto con la existencia de malestares reales y la instrumentalización del descontento por parte de algunos sectores de izquierda. Larraín sostiene: “El país vivió treinta años de progreso sin precedentes en nuestra historia, pero también reconoce la acumulación de malestares reales y expresiones de descontento pacíficas, que fueron instrumentalizados por algunos grupos que desde la izquierda demostraron débil lealtad democrática”.El retrato de Sebastián Piñera (1949–2024) ocupa un lugar relevante en la obra. Larraín describe al expresidente como un líder que comprendió la diversidad social del país y la necesidad de gobernar con rumbo y valores democráticos. El autor destaca: “La historia recordará que la derecha en el poder, con Sebastián Piñera a la cabeza, en un momento crítico, no se decantó por la fuerza sino por la democracia.
Aun así, retratando su oportunismo y extravío político, la izquierda lo acusó constitucionalmente pocas semanas después del Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución. En este sentido, se puede decir que el gobierno de Piñera tuvo que enfrentar dos flancos: una izquierda oportunista que pedía su cabeza, y una derecha dura que desconfiaba de la salida democrática”.El surgimiento de Evópoli (Evolución Política) es otro de los ejes centrales del libro. Larraín narra cómo, junto a Felipe Kast, identificaron la necesidad de convocar a una generación que no participó en el plebiscito de 1988 por minoría de edad, una generación formada en un Chile más diverso y democrático. De esa convicción nació Evópoli, el primer partido de centroderecha creado tras la dictadura, con un ideario liberal y democrático.Larraín destaca la decisión de Evópoli de permanecer dentro de la coalición de derecha para renovarla desde adentro, en lugar de reemplazarla. El valor de la diversidad liberal y la influencia en todo el espectro político son elementos que, según el autor, fortalecen al partido: “La gran familia liberal es más poderosa cuando sus parientes están distribuidos e influyen en todo el espectro”.
Además, reconoce que la disputa interna entre conservadores y libertarios no debilita a Evópoli, sino que constituye la fuente de su dinamismo: “Tironeado entre conservadores y libertarios, pero siempre dentro de ciertos márgenes, el perfil ideológico de Evópoli siempre ha estado en disputa. Esto no es necesariamente un problema, en la medida en que habla de un partido vivo, abierto al debate y a la deliberación.El valor del relato de Larraín trasciende el caso chileno y ofrece lecciones para toda América Latina. El autor subraya la importancia de recuperar la radicalidad del liberalismo, entendida como la capacidad de construir con el adversario ideológico y no contra él: “Radicalidad para construir con, y no contra, el adversario ideológico”. La experiencia de Evópoli y de la derecha liberal chilena demuestra que es posible desarrollar proyectos políticos responsables, abiertos al cambio y centrados en la ciudadanía, incluso en contextos de polarización y presiones populistas.
Fuente: telam
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