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17/11/2025

Cómo es el proyecto que aspira a construir el nuevo avión más grande del mundo

Fuente: telam

Una empresa busca transformar la logística energética global con una aeronave monumental, orientada a superar los límites actuales del transporte de componentes industriales

>La industria energética enfrenta un desafío logístico que limita su avance: el transporte de gigantescas palas de turbinas eólicas a destinos remotos. Frente a esta problemática, Radia, una compañía con sede en Colorado, impulsa WindRunner, un avión de dimensiones sin precedentes que podría modificar radicalmente la movilidad de piezas XXL para parques eólicos y abrir una nueva etapa en el desarrollo de energías limpias.

Según describe el propio Lundstrom, “la energía eólica está limitada, a menos que descubramos cómo transportar estos objetos gigantes por aire.” Su equipo determinó que la solución técnica más viable consistía en “un avión capaz de despegar y aterrizar en condiciones adversas, en pistas improvisadas, y que pudiera operar cerca de los proyectos eólicos”. Esto impulsó el diseño del WindRunner, pensado para transportar en su bodega interna piezas de hasta 105 metros, como una pala de turbina completa, o bien dos de 95 metros, o tres de 80 metros. Su alcance sería de 2.000 kilómetros, con una capacidad máxima de 72.500 kilogramos.

La operación del WindRunner evitaría las restricciones logísticas impuestas por infraestructura tradicional. Desde Radia sostienen que un desarrollo de este tipo posibilitaría llevar tecnología eólica de última generación a zonas alejadas, donde trasladar componentes voluminosos por ruta o ferrocarril no resulta viable o multiplica los costos. El avión ha sido diseñado para poder descender en pistas de tierra compactada de sólo 1,8 kilómetros de longitud. Esta característica representa, según la empresa, una diferencia sustancial frente al resto de los cargueros gigantes, cuyo tamaño exige pistas asfaltadas y de extensión considerable.

El diseño definitivo del WindRunner surgió luego de analizar alternativas históricas y modernas para el desplazamiento de cargas extragrandes. Los técnicos descartaron tanto la adaptación de aviones de carga en existencia, por insuficiente espacio y capacidad, como otras soluciones, entre ellas los dirigibles —con problemas de sustentación, velocidad reducida y áreas de aterrizaje enormes— y los helicópteros, que no pueden transportar cargas tan voluminosas y presentan riesgos por ráfagas de viento.

El WindRunner, comparado con otros grandes aviones como el Antonov An-225, ofrece un espacio interno seis veces mayor, aunque conservando la capacidad para operar desde pistas cortas no pavimentadas. Puede transportar cargas sobredimensionadas como tres palas de 80 metros, que equivalen a las dimensiones requeridas para turbinas terrestres de última generación. En cuanto a la velocidad, la aeronave podría alcanzar Mach 0.6 (aproximadamente 740 km/h), gracias a dos motores avanzados.

Referentes de la industria aérea admiten incertidumbre sobre los plazos de ejecución, la obtención de certificación y los requisitos de financiamiento, que demandarán miles de millones de dólares según los planes de la empresa. El debut comercial del WindRunner está proyectado para después de 2030, aunque la meta de realizar su primer vuelo apunta a finales de 2029. Programas de apoyo gubernamental aparecen como piezas clave en el esquema de financiamiento que baraja la empresa.

El WindRunner mantiene la autonomía y flexibilidad como atributos centrales frente a otras soluciones tradicionales de transporte. Su autonomía de 2.000 kilómetros lo ubica en el rango adecuado para misiones regionales en América, Europa o partes de Sudamérica. El CEO de Radia abrió la posibilidad de que el avión se utilice en operaciones militares de carga pesada, lo que ampliaría su atractivo e incluiría aplicaciones vinculadas a la defensa.

Entre los asesores del proyecto se encuentran figuras como el exsecretario de Energía de Estados Unidos Ernest Moniz y el exprimer ministro australiano Malcolm Turnbull. La compañía aseguró gran parte de sus proveedores clave y ya concretó acuerdos para el suministro y desarrollo de subsistemas.

En declaraciones recientes, Lundstrom aseguró que “el objetivo no es solo volar más alto o más lejos, sino permitir que la energía eólica llegue a nuevos lugares y escale a un nivel verdaderamente global.”

Fuente: telam

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