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16/11/2025

Cómo el régimen chino explotó a un político corrupto en Panamá para torcer el destino de una nación

Fuente: telam

La gestión de Juan Carlos Varela ilustra la anatomía de la captura hemisférica: cómo Beijing aprovecha la corrupción para diseñar realineamientos políticos y cómo la avaricia de un solo líder puede desviar el destino de una nación

>Este estudio de caso muestra cómo un líder corrupto, dispuesto a subastar la soberanía nacional por beneficios personales y políticos, puede colocar a su país en una espiral existencial de pérdida de soberanía y destino. En Panamá, los tratos clandestinos del expresidente Juan Carlos Varela con la República Popular China (RPC) ilustran la estrategia más amplia de Beijing de utilizar captura de élites, préstamos opacos y contratos de infraestructura para asegurar posiciones geopolíticas en todo el hemisferio (Atlantic Council, 2025; Expediente Abierto, 2025).

A finales de 2017, el presidente Varela recibió un mensaje confidencial instándolo a no mencionar la “donación” de ¥1.000 millones (≈ US $145 millones) de Beijing porque podría “parecer el precio por la ruptura con Taiwán”. Ese dinero nunca apareció en el tesoro panameño; ni el Ministerio de Educación ni el Ministerio de Economía y Finanzas pudieron localizarlo (Olaciregui, 2025, pp. 382–387). El episodio, documentado en Varelaleaks: Desclasificando a un Expresidente, reveló cómo Varela negoció en privado el realineamiento diplomático de Panamá mientras enriquecía a sí mismo y a su red.

En cuestión de meses, empresas estatales chinas obtuvieron acceso a puertos, puentes, redes de telecomunicaciones y sistemas de vigilancia adyacentes al Canal de Panamá. Washington reaccionó con alarma, colocando finalmente a Varela en lista negra en 2023 por “corrupción significativa” (Reuters, 2023). Este informe reconstruye cómo los métodos de Beijing , combinados con la venalidad de un líder político, remodelaron la trayectoria de Panamá y expusieron las vulnerabilidades de la gobernanza democrática en América Latina.

La ruptura con Taipéi de junio de 2017 se planificó en secreto. Los mensajes filtrados confirman que la “donación” de mil millones de yuanes nunca ingresó a las cuentas públicas (Olaciregui, 2025, pp. 382–399). Públicamente, la vicepresidenta Isabel de Saint Malo negó cualquier concesión; privadamente, la licorera familiar de Varela firmó un acuerdo de exportación de $38 millones con un importador chino solo semanas después del reconocimiento (pp. 433–446).

Estos intercambios ilustran una política en venta: reconocimiento extranjero a cambio de beneficio privado, alineándose con tácticas documentadas de la RPC para aprovechar el “capital corrosivo” y capturar élites en democracias frágiles (Expediente Abierto, 2025).

Entre 2016 y 2018, las empresas estatales chinas aseguraron proyectos estratégicos:

    El secretario Mike Pompeo advirtió posteriormente que los proyectos de la RPC en Panamá ejemplificaban prácticas económicas “depredadoras” (New York Times, 2018).

    El plan de Varela de otorgar a China cuatro hectáreas en la Calzada de Amador para una nueva embajada a la vista de los barcos que ingresan al Canal provocó una crisis diplomática. El embajador estadounidense John Feeley advirtió que cada marinero en tránsito vería “la prueba del ascenso del poder chino”. El magnate Stanley Motta advirtió a Varela “que no provocara al águila mientras bailaba con el oso”. Los autores presumen que Motta quiso decir el dragón.

    El funcionario de la Casa Blanca Juan Cruz describió la situación como “un campo minado”, enfatizando que Washington veía los movimientos de la RPC como una amenaza “para tomar el Canal”. Poco después, funcionarios estadounidenses amenazaron con revocar visas a figuras panameñas implicadas (Olaciregui, 2025, pp. 599–633). Varela capituló, reubicando el sitio en Clayton, lejos del Canal.

    Desafiando una promesa personal hecha al embajador Feeley, Varela sustituyó a General Dynamics por Huawei en el centro de seguridad C5 de Panamá. Huawei ofreció financiamiento y equipo “donado”, una jugada típica de la Franja y la Ruta (Atlantic Council, 2025). Feeley advirtió que para SOUTHCOM sería “el zorro en el gallinero”.

    Cuando la visita de Pompeo en 2018 generó titulares sobre China, Varela ordenó a sus aliados purgar la palabra “China” de la cobertura mediática y envió a su embajador a la televisión para negarlo (Olaciregui, 2025, pp. 800–821). Presionó a medios afines pertenecientes a grandes familias empresariales, ofreciendo incentivos publicitarios y contratos estatales (p. 350).

    La reacción de Washington combinó coerción y corrección: detener la embajada en Amador, desalentar a Huawei y reanclar a Panamá mediante iniciativas como Growth in the Americas (Américas Crece) (International Banker, 2025). Para 2019, el gobierno sucesor ralentizó o canceló varios proyectos de la RPC. En 2025, Panamá se retiró formalmente de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (Brownstein Hyatt Farber Schreck, 2025).

    Varela permanece en Panamá, dividiendo su tiempo entre su residencia en Altos del Golf en Ciudad de Panamá y la finca familiar en Penonomé, Coclé. No ha salido del país desde la sanción estadounidense y tiene prohibida la entrada a Estados Unidos bajo la designación del Departamento de Estado por corrupción significativa (Reuters, 2023). Aunque ocasionalmente emite declaraciones públicas—la más reciente defendiendo su decisión de 2017 de reconocer a Beijing (Newsroom Panama, 2025)—en general evita eventos públicos y se desplaza bajo medidas de seguridad discretas.

    La gestión de Varela ilustra la anatomía de la captura hemisférica: cómo Beijing aprovecha la corrupción para diseñar realineamientos políticos y cómo la avaricia de un solo líder puede desviar el destino de una nación. Las tácticas de la RPC—préstamos concesionales, “regalos” tecnológicos y cortejo de élites—encontraron terreno fértil en las instituciones débiles de Panamá. La respuesta estadounidense, aunque tardía, reafirmó que la transparencia y la integridad son la primera línea de defensa en la lucha por la soberanía en el hemisferio.

    Fuente: telam

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