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16/11/2025

Qué son los bisfenoles y por qué podrían estar detrás de la obesidad y la diabetes

Fuente: telam

Un estudio de científicas de Polonia con apoyo de la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos, asoció a los compuestos químicos que están en objetos de uso cotidiano con más de 127 millones de casos nuevos de trastornos metabólicos. Qué opinan expertos en química ambiental y endocrinología consultados por Infobae

>Los envases de plástico que se utilizan cada día podrían afectar la salud humana. De acuerdo con un estudio científico, los La investigación, que fue publicada en la revista “Los compuestos de bisfenol representan una carga sustancial y creciente para la salud metabólica mundial”, subrayaron las autoras, las científicas Marta Jaskulak y Katarzyna Zorena.

Los bisfenoles se utilizan para fabricar plásticos duros y recubrimientos de latas. El más popular es el bisfenol A (BPA), presente en envases de comida, botellas y latas.

Las investigadoras abordaron el desafío de medir si esos químicos realmente impactan en enfermedades como la obesidad y la diabetes tipo 2.

La investigación relevó datos de veinte países de distintas regiones. Registró datos sobre niveles de BPA, BPS y BPF en personas de diferentes edades y condiciones de vida entre 2000 y 2024.

Luego, relacionaron los datos de salud con la cantidad de bisfenoles en el cuerpo y otros aspectos como ingresos y dieta. Las investigadoras comprobaron que el aumento en la exposición a bisfenoles coincide con más riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y problemas metabólicos.

“Las concentraciones de BPS y BPF en orina aumentaron un 47 % y 22 %, respectivamente, tras la regulación en Europa”, indicaron en el informe. Asia fue la región con mayor incremento de problemas ligados a bisfenoles, acumulando casi la mitad de los casos mundiales. América Latina mostró una tendencia creciente, aunque menor que en Asia o Europa.

En la parte económica, el análisis estima que “el costo global atribuible a los trastornos metabólicos inducidos por bisfenoles se estima en 1,1 billones de dólares en 2024”.

Al analizar distintas respuestas regulatorias, el grupo concluyó que reducir la exposición planetaria a bisfenoles a la mitad evitaría 49 millones de casos y ahorraría 420.000 millones de dólares por año.

“La acción regulatoria centrada solo en el BPA puede resultar, en algunos casos, contraproducente, al crear una falsa sensación de seguridad mientras persiste la amenaza toxicológica bajo la apariencia de análogos estructurales similares”, señalaron.

Igualmente las investigadoras reconocieron limitaciones del estudio: faltan datos de África y Oceanía y muchos análisis dependen de observaciones, no de experimentos. Aclararon que otras variables podrían influir, pero confirmaron la solidez de sus estimaciones.

“Este nuevo estudio aporta evidencia de que los diferentes bisfenoles podrían aumentar el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina, el síndrome metabólico y, más tarde, diabetes. Por eso, resulta difícil pensar que modificando parcialmente una molécula, como pasar de BPA a BPF o BPS, se logren evitar sustancialmente los efectos o que desaparezcan”, dijo a Infobae, el médico Osvaldo Ponzo, profesor titular de fisiología y biofísica y director del Laboratorio de endocrinología del Instituto de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.

“El bisfenol A ya tiene décadas de producción y circuitos industriales muy grandes que no son fáciles de sustituir, tanto en la aplicación industrial como en la adaptación de la sociedad al consumo de esos productos”, afirmó.

Además, “la industria deberá generar sustitutos realmente válidos y no pequeñas modificaciones de las moléculas que igualmente alteran la salud”, opinó el doctor Ponzo, quien es miembro de la Sociedad Argentina de Endocrinologia y Metabolismo (SAEM).

Por su parte, Enrique Luque, investigador superior jubilado en bisfenol A del Instituto de Salud y Ambiente (ISAL), que depende de la Universidad Nacional del Litoral y el Conicet, opinó al ser consultado por Infobae: ”Aun no está demostrado totalmente que los sustitutos del bisfenol A sean también disruptores endócrinos. Me parece que faltan más investigaciones originales con revisión de pares porque el trabajo publicado en The Science of Total Environment solo sugiere una asociación y no una relación de casualidad. Tampoco mencionan estudios originales que confirmen que los sustitutos sean disruptores“.

Fuente: telam

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