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08/11/2025

Cumbre climática global en la Amazonía: cuáles son los ejes centrales que se discutirán en la COP30 de Brasil

Fuente: telam

Belém do Pará, en el corazón de la selva, será el punto de reunión para que 197 mandatarios debatan sobre el futuro del planeta ante el avance del calentamiento global. La transición ecológica y el rol estratégico de los bosques tropicales

>La ciudad de Belém do Pará se prepara para recibir a una de las conferencias climáticas más decisivas del último tiempo: la Desde el 10 al 21 de noviembre, cerca de 50.000 representantes de gobiernos, organizaciones científicas, pueblos indígenas, universidades, empresas y organismos internacionales se reunirán allí para discutir los pasos siguientes en la lucha contra elLa elección de esta sede no fue casual: Belém se encuentra en la entrada del mayor bosque tropical del planeta. La decisión de situar la COP30 en la selva apuntó a desplazar el eje de la conversación climática desde los centros de poder financiero hacia los territorios donde el El presidente brasileño Durante los últimos años, el país pasó por etapas contradictorias en materia ambiental, pero en esta oportunidad intenta mostrarse como promotor de soluciones concretas, mayor inclusión de actores locales y una agenda que reconoce el rol histórico de los bosques en el equilibrio climático planetario.

“Esto significa que, más allá de promesas, se buscará acelerar la ejecución concreta de acciones climáticas, incluir y dar voz a actores no tradicionales (gobiernos locales, comunidades indígenas, jóvenes) e incentivar soluciones innovadoras”, sostuvo. También añadió que Brasil propuso el concepto de un “Mutirão Global”, entendido como un esfuerzo colectivo que involucra a todos los sectores sociales, estatales y económicos.

La COP30 se desarrollará 10 años después del Cada país debe presentar compromisos nacionales de reducción de emisiones, llamados NDC (Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional). El problema es que, con los compromisos actuales, el mundo se dirige hacia un incremento de entre 2,1°C y 2,6°C. La distancia entre metas y realidad se ensancha.

Eduardo Piacentini, licenciado en Ciencias de la Atmósfera y Matemático de la Universidad de Buenos Aire (UBA), recordó a Infobae que Argentina fue país anfitrión en el 1998 y en el 2004. Y que esta Cumbre Mundial del Clima es la oportunidad para que los países miembros de la ONU envíen sus propuestas, conflictos y necesidades concernientes a las actividades relacionadas al problema del cambio climático.

“Los negociadores buscarán el espacio para que todos se comprometan a desarrollar, cumplir y hacer cumplir a los efectos negativos del cambio climático. Y también de mitigar las consecuencias derivadas de fenómenos climáticos cada vez más severos y más frecuentes con los resultados a la vista”, precisó a Infobae el ex director del Departamento de Cambio Global del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

La especialista indicó que la creación de la La entidad entiende que a pesar de ser una región rica en diversidad biológica y cultural, América Latina y el Caribe (ALC) presenta altos niveles de desigualdad y pobreza, lo que la hace más vulnerable al cambio climático.

Así, diferentes enfoques, como la salud pública, la salud ambiental, la salud planetaria, la salud mental, la medicina familiar y la pediatría son claves.

La presidencia brasileña propuso seis ejes para ordenar las negociaciones:

    Detrás de estas categorías se encuentra una disputa mayor: cómo financiar la transición ecológica. Durante la COP de 2023 se aprobó el Fondo de Pérdidas y Daños, destinado a compensar a los países más vulnerables por impactos climáticos ya inevitables. Pero ese fondo no recibió aún los aportes suficientes. También existe una meta, aún incumplida, de movilizar 100.000 millones de dólares anuales en financiamiento climático hacia países en desarrollo. Brasil y Azerbaiyán deberán presentar ahora una propuesta que muestre un camino para alcanzar 1,3 billones de dólares por año. El número expresa la magnitud de la transformación requerida.

    Entre las propuestas más concretas de Brasil se destaca el Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF). Este mecanismo apunta a premiar a los países que preserven sus selvas en lugar de estimular su explotación extractiva. A diferencia de programas anteriores, que asignaron fondos según la reducción de deforestación año tras año, el TFFF busca garantizar ingresos estables incluso cuando un país llegue a cero deforestación. La idea consiste en convertir la conservación en una actividad económicamente sostenible.

    La Amazonía cumple un rol que no puede reemplazarse. Sus bosques absorben cerca del 15% del dióxido de carbono emitido en el mundo y regulan lluvias y temperaturas en toda Sudamérica.

    Sin embargo, enfrenta presiones intensas: incendios, deforestación ilegal, expansión de fronteras agrícolas y actividades económicas que avanzan sobre territorios indígenas.

    Los pueblos originarios aparecen como actores fundamentales en esta perspectiva. Son ellos quienes sostuvieron prácticas de cuidado territorial durante siglos.

    La cumbre también abordará la transición energética. Brasil planea promover un acuerdo para cuadruplicar la producción de biocombustibles hacia 2035. Este impulso se vincula con otra discusión relevante: cómo “alejarse” de los combustibles fósiles, compromiso asumido por los países en la COP anterior. Aunque no se planteó todavía un calendario común para abandonar petróleo, gas y carbón, el debate promete ocupar espacio central.

    La Unión Europea llega a Belém con un mensaje ambicioso: reducir 90% de sus emisiones para 2040 respecto de 1990. Este objetivo busca mostrar liderazgo global. Sin embargo, organizaciones ambientalistas cuestionaron la flexibilidad otorgada a ciertos países miembros.

    La Unión Europea destacó que destinó 31.700 millones de euros en 2024, pero las exigencias globales superan ampliamente estas cifras. La COP30 se convierte entonces en tablero de negociación sobre cómo distribuir responsabilidades y capacidades.

    La Amazonía se transforma en símbolo y territorio activo. Allí se encuentran comunidades que viven las consecuencias del cambio climático, científicos que estudian sus dinámicas ecológicas y gobiernos que deben coordinar políticas de largo plazo.

    Fuente: telam

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