05/11/2025
El hombre detrás de Johny Tolengo, Aníbal y El Contra: Juan Carlos Calabró, sus frases inolvidables y la distinción que hizo justicia
Fuente: telam
El 5 de noviembre de 2013 murió el humorista Juan Carlos Calabró, uno de los grandes cómicos de la Argentina. Sus personajes fueron exitosos, marcaron generaciones y son recordados a pesar del paso del tiempo
>“Aquí yace alguien que alguna vez hizo reír a un niño”. Así reza su lápida. Él solicitó que eso dijera y su familia cumplió. El pedido se hizo cuando su enfermedad avanzaba allá por 2013. Finalmente, el que hizo reír no solo a un niño, Juan Carlos Calabró, murió el 5 de noviembre, hace doce años.
Su última aparición pública ocurrió el 5 de agosto de 2013, cuando, acompañado por sus hijas Iliana y Marina, recibió un homenaje en el Teatro Colón durante la ceremonia de los Martín Fierro, mientras su esposa Coca observaba desde uno de los palcos. En esa ocasión, rodeado por referentes del ambiente artístico nacional, fue distinguido por la Asociación de Periodistas de la Televisión y la Radiofonía Argentinas (APTRA) por su carrera, dejando entrever su proximidad al retiro al confesar, con ironía: “Después de acompañarlos 50 años en sus hogares, hoy se hizo justicia”. Las palabras surgieron dificultosamente, a causa de los problemas de salud que ya enfrentaba y de la emoción provocada por el reconocimiento.
Nacido el 3 de febrero de 1934, y famoso por ser actor y humorista, en la adolescencia también se orientó al deporte. Demostró condiciones destacadas para el ciclismo, siendo federado rápidamente y obteniendo premios que luego exhibía en su hogar. Sin embargo, el cigarrillo lo forzó a abandonar la alta competición y buscar otros horizontes. Decidido a mantener una conexión con el público, inició sus estudios de locución en el ISER, enfrentando la timidez mediante la práctica en la lectura de publicidades en la radio, experiencia que le permitió perder el miedo escénico.
Entre sus creaciones más celebradas se destaca el personaje de Johny Tolengo, un extravagante cantante pop vestido con trajes blancos y tapados de piel, siempre utilizando anteojos oscuros y desplazándose con un característico paso lateral. Ese personaje, que acaparó la admiración de los niños de la época, condensó el concepto de humor familiar que Calabró encarnó en su carrera. Sus canciones y ocurrencias trascendieron la pantalla, y es posible evidenciar la popularidad de Tolengo en los cantitos de las hinchadas de fútbol en Argentina que repetían el “Estás para ganar” que caracterizaba al personaje. La masividad de Tolengo se reflejó también en discos, películas y presentaciones que abarcaron públicos de todas las edades.
Otro personaje inolvidable fue Aníbal, un pelotazo en contra, un galán de barrio que, con pretensiones de sofisticación, se autodenominaba el “namber uan” e intentaba seducir utilizando frases en inglés y conduciendo su auto Topolino. La figura de Aníbal se caracterizó además por su camiseta blanca y su saludo singular con la mano sobre la cabeza, además de haber dejado frases recordadas como “Tu ruta es mi ruta” o “Cuidado con el Bobero”. La popularidad alcanzada por Aníbal derivó en tres recordadas películas junto a otro de los grandes del espectáculo, Juan Carlos Altavista: “Mingo y Aníbal, dos pelotazos en contra”, “Mingo y Aníbal contra los fantasmas” y “Mingo y Aníbal en la mansión embrujada”.El esquema era simple. Había un conocido que oficiaba de presentador (entre ellos Marcos Zucker, Gerardo Sofovich, Fernando Bravo y especialmente Antonio Carrizo) que estaba en la barra de un bar a la espera de alguien famoso al que debía entrevistar. Y entonces aparecía Renato, un vecino de Banfield despistado y testarudo que desconocía y confundía a las celebridades argentinas, por más que fueren Diego Maradona o Susana Giménez. Eso generaba situaciones de incomodidad y enredos forzados, además de desconcierto tanto en el anfitrión como en el invitado.
Un detalle interesante del proceso creativo dentro de sketch fue el surgimiento de Pedro, el mozo, personaje que nació cuando Calabró olvidó su libreto e improvisó pidiendo ayuda a un camarero ficticio, gesto que se incorporó definitivamente al programa y acabó generando la frase: “Pedro, mirá quién vino”, que el público adoptó espontáneamente como muletilla para saludar a recién llegados.Esos aportes ejemplificaron cómo el trabajo de Calabró trascendió el ámbito televisivo y artístico para convertirse en parte integral de la cultura argentina, influyendo incluso en el lenguaje y la interacción cotidiana. Sus personajes, lejos de limitarse a la ficción, lograron insertarse en la realidad a través de las frases, gestos y canciones repetidas por diversas generaciones.Si bien la carrera de Calabró se sostuvo principalmente en la televisión, su presencia en radio y cine también fue relevante. Su capacidad para articular el humor visual, la actuación y los elementos sonoros hizo que, en todas las plataformas, su trabajo tuviera igual repercusión. No solo abordó el humor en clave familiar, sino que exploró también la ironía y la autorreflexión, como lo expresó en su despedida de los Martín Fierro.
La pulcritud en el lenguaje y el porte de algunos personajes, como el célebre Antonio Carrizo en Toda estrella tiene contra , establecieron contrapuntos en el humor que potenciaban la comicidad del formato y evidenciaban la atención que Calabró prestaba a los matices escénicos y actorales. De modo similar, la convivencia entre la ingenuidad de algunos personajes y las alusiones más sofisticadas posibilitó captar audiencias diversas.
A lo largo de su camino, Calabró cosechó el reconocimiento tanto dentro como fuera del escenario. La reinvención constante de su labor, la ductilidad para explorar formas inéditas de hacer reír y la generosidad hacia colegas, amigos y su familia le otorgaron una posición singular en la historia de los espectáculos en Argentina.Lejos de circunscribirse a una época, los personajes de Juan Carlos Calabró continuaron vigentes, con frases y expresiones que todavía circulan en ámbitos públicos y privados, desde escuelas y hogares hasta canchas de fútbol y escenarios teatrales.
Fuente: telam
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