05/11/2025
Jorge Newbery: hazañas en globo, la tragedia del “Pampero” y la misteriosa desaparición de su hermano
Fuente: telam
Antes de que se impusieran los aviones, la sensación era volar en globo. Cuando vinieron los primeros al país comenzaron los desafíos, los récords y así llenar las páginas de historia de los inicios de la aviación en el país
>Un periodista definió a Jorge Newbery como alguien que hacía doler las retinas con las sorpresas de sus hazañas en el aire y en la práctica de cualquier deporte. Porque hacía de todo: boxeo, esgrima, remo, rugby, fútbol, automovilismo, atletismo, pero, por sobre todo, lo había encandilado algo más peligroso: volar.
Su papá Ralph, un dentista neoyorquino que se había establecido en la Argentina en 1872, tenía consultorio sobre la calle Florida, y moriría de pulmonía en Tierra del Fuego, en 1906.
A Jorge lo nombraron a cargo de la “Compañía Luz y Tracción del Río de la Plata” y en 1897 ingresó en la Armada Argentina como ingeniero electricista y profesor de natación en la Escuela Naval. Allí tomó conciencia de que muchos marineros no sabían nadar.En 1900 renunció a la Armada, con el grado de capitán de fragata, para asumir como director general de Instalaciones Eléctricas, Mecánicas y Alumbrado de la Municipalidad de Buenos Aires, cargo que mantendría hasta su muerte. Además, fue profesor en la escuela técnica que más tarde llevaría el nombre de Otto Krause.En la mañana de ese miércoles 25 de diciembre de 1907 todo era expectativa y entusiasmo en el campo de la Sociedad Sportiva Argentina, actualmente Campo Argentino de Polo. La gran atracción era un globo de 1200 metros cúbicos, hecho de algodón, que el millonario Aarón Félix Martín de Anchorena Castellanos, de 30 años, había comprado en Francia. Se proponía la locura de cruzar el Río de la Plata.
Su papá Nicolás Hugo Anchorena Arana había fallecido en 1884 y la fortuna familiar era inteligentemente administrada por su madre María Mercedes Castellanos de la Iglesia, quien se oponía a que su hijo volase. Le dijo que si dejaba de lado ese loco berretín, le regalaría una estancia.Aarón preguntó, a viva voz, si alguien deseaba acompañarlo en el globo “Pampero”. Alguien aceptó: Jorge Newbery, entonces de 32 años.
Eran las 12:45 cuando los dos hombres, ubicados en la canasta del globo, dieron la orden de soltar las sogas. El globo comenzó a elevarse y gracias al viento que soplaba a veinte kilómetros del sudoeste encaró hacia Uruguay. Por precaución, una lancha seguía el trayecto.Así llegaron a tierra uruguaya, en un campo de la estancia Bell, cercano a Conchillas, al oeste del departamento de Colonia. Tamaña sorpresa se llevaron los pobladores que vieron que de un globo que perdía altura, colgaban dos hombres que movían frenéticamente sus piernas para amortiguar el aterrizaje.
Para Aarón de Anchorena, fiel a la promesa que le había hecho a su madre, fue el final de su carrera en el aire, a pesar de que sería uno de los fundadores del Aero Club, conformado entonces por 41 socios. A esa entidad cedió el “Pampero”. En cambio, para Newbery fue el inicio de años de conquistar los cielos. A esa altura era un verdadero ídolo popular. En 1909 batió el récord sudamericano de distancia y suspensión a bordo del globo Huracán, partiendo del barrio Belgrano de Buenos Aires hasta la ciudad brasileña de Bagé y el 5 de noviembre de 1912 llegó a los 5.100 metros a bordo del globo Buenos Aires. También tenía el récord de haber volado 550 kilómetros en 13 horas.El globo “Pampero”, con el que había cruzado el Río de la Plata, tuvo un triste y misterioso final. Eduardo, el hermano de Jorge Newbery, se propuso unir Buenos Aires y Mendoza. Este odontólogo de 30 años estaba casado con Ana Cristina Maranesi, y tenían dos hijos. Como su hermano, era un fanático de los deportes y fue uno de los fundadores del Club Náutico Belgrano.
Eduardo Newbery iría acompañado por su amigo Thomas Walter Owen, el primer traductor al inglés del Martín Fierro, y con la intención de dejar una marca en los arriesgados vuelos en globo, hacerlo de noche. Sería el décimo viaje del “Pampero”.Romero revistaba en la Estación Central de Palomas -que se encontraba sobre Cabildo donde tiempo después funcionó la Escuela Superior Técnica del Ejército- y era habitual que esta dependencia proveyera de estos animales en los vuelos organizados por el Aero Club, así los tripulantes no perdían la comunicación con tierra.
Se congregó mucha gente en el predio y su hermano Jorge lo fue a despedir, vestido de frac y galera porque esa noche sus amigos le habían preparado una despedida de soltero en el Jockey Club. Se casaría con Sara Escalante, de 19 años, el 23 de noviembre.Lo último que les quedó grabado a los que presenciaron el ascenso fue el sonido de la corneta con pera de goma que Eduardo acostumbraba a hacer sonar.
Fue una noche sin luna y por datos del servicio meteorológico, después de las 22 horas arreciaron vientos huracanados desde el noroeste. Newbery y algunos socios del Aero Club, luego de hacer algunos cálculos, temieron lo peor: que los vientos hayan llevado al globo mar adentro.
Ese fue el inicio del misterio y los familiares, desesperados por la falta de noticias, comenzaron a recibir las más disímiles versiones. Que indígenas que tenían sus tolderías en los alrededores de Toay, en La Pampa, lo habían visto precipitarse a tierra; que en Montevideo aparecieron vestigios o que pasaron por Sierra de la Ventana.
En tres años había hecho 40 ascensiones y a todos los que pretendían pilotear aviones, les recomendaba que primero lo hicieran en globo. Luego de su trágica muerte en Los Tamarindos el 1 de marzo de 1914 a los 38 años, este globo fue usado el 24 de junio de 1916 por Ángel María Zuloaga y Eduardo Bradley para cruzar la cordillera desde Chile a Argentina, otra hazaña en los comienzos de la aeronáutica nacional, donde la aventura de volar ofrecía un desafío distinto cada día.
Fuente: telam
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