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03/11/2025

Belén Longo: “La ciudad está agotada para la literatura”

Fuente: telam

La escritora Belén Longo dialogó con Infobae Cultura sobre su nueva novela, “Temporada de pejerreyes”, de lo rural como espacio para la ficción y la importancia de lo géneros, entre otros temas

>Un escenario: el Conurbano bonaerense. Un momento histórico: la pandemia. Los personajes: un herrero con ganas de hacer las cosas bien, Gregorio, y una mujer bien, Dolores, cuyo padre acaba de morir. En el medio, dos casas, la muerte. Ese es el esqueleto escueta de la nueva novela de Belén Longo, autora de En esta oportunidad regresa, editada por Promesa, una pequeña editorial de Merlo,con una novela polifónica en la que varios personajes, ópticas, capas, géneros, tonos y perspectivas confluyen para que los lectores y las lectoras se asomen a los hechos, que están atravesados por el duelo. Una casa en construcción es la metáfora del estar a medias –estar pero no estar– y la excusa para poner a vincular a los protagonistas.

Con una prosa amigable, que oscila entre la narrativa, la lírica y la ensoñación febril, la escritura de Longo conduce no solo por las calles de un conurbano casi desierto en pandemia, sino, sobre todo, por los sentires de sus protagonistas, que se mueven como animales heridos. Conformado por capítulos que oscilan entre la tercera y la primera persona, el relato demostrará que las aparentes diferencias de los personajes no son tales, porque los hermana el dolor.

—Temporada de pejerreyes es una novela polifónica. ¿Cómo se construyen varias voces narradoras?

—Vos mencionás que podrían haber sido cuentos. Si bien la estructura de los géneros es lo que marca la diferencia, ¿por qué tomás la decisión de que sea una novela y no cuentos?

—Lo que me pasó en el proceso de escritura fue la necesidad de salir del foco de la subjetividad pura de un personaje que narre un duelo. Me pareció muy necesario pensar en un colectivo. Si yo lo planteaba como cuentos separados, sentía que estaba rompiendo algo que quería que estuviera en la novela: una colectividad que se está moviendo todo el tiempo con sus conflictividades. En algún punto se tocan y les toca convivir con las mochilas de su propia historia y enfrentarse a las del otro. Y hay una convivencia. Por eso era importante que no se viera como cuentos separados, sino que hubiera una integración.

—En mi caso particular, sí era una necesidad, porque es algo que me atraviesa. La novela está temporalmente parada en pandemia, y en ese momento también fue muy marcado el éxodo o el exilio hacia un pedazo de verde. Y eso sí está, esa necesidad, ese planteo.

—Pienso en los relatos de Selva Almada, en Los Llanos de Falco. ¿Creés que hay una reivindicación o una necesidad de salir de lo urbano para trasladar las historias a un ámbito más rural?

Me parece que el cierre de lo urbano también está empezando a darse: ya hay una movida y una necesidad de mirar, sobre todo, lo interespecie.

Una de las cosas que a mí me marcó también en el momento en que estaba escribiendo esta novela fue leer a Donna Haraway. Ella habla de la necesidad de empezar a pensar la relación interespecie, que no somos solo los humanos, hay mundos enormes, infinitos, y la posibilidad de revisar nuestras utopías es un camino muy interesante. Es cercano, posible, no hay que irse muy lejos, sino a lo más chiquito, a una hormiguita... Hay pequeños mundos que hoy para narrar todavía son muy explotables.

—Estamos regidos por una cultura totalmente antropocéntrica.

—La cuarentena es el marco temporal de la novela. ¿Los sucesos tienen otra textura que si hubieran sido hoy o hace quince años?

—¿Fue contemporánea la escritura con los sucesos de la novela?

—Hay capítulos, como la parte del poema, que lo escribí el día que falleció mi papá. O sea, hay situaciones que marcadamente tienen que ver con hechos históricos, sí.

—¿Empezás a escribir la novela a partir de la muerte de tu padre o hay un giro en la novela?

—Justo te iba a preguntar cómo surgían las historias.

Hay partes de la novela que sí son del momento, de finales de 2020. Hay otros que fueron escritos en 2021, y otros, más cerca de 2022. En el medio estaba corrigiendo otra novela que había escrito antes, entonces, a Temporada.... la iba dejando descansar y me ponía con la otra. A veces hago eso para tomar distancia. Cuando una está muy metida, se piensa que todo está horrible o que todo está muy bien, y ninguno de esos momentos es real.

—A mí me pasó algo muy particular, porque si bien Donde mueren las mariposas ganó un premio, la novela salió en febrero de 2020, y en marzo fue la pandemia. Entonces, no tuvo tampoco un gran despliegue, porque se vio atrapada en ese contexto. Y yo tampoco me lo creí mucho. Lo tomé como un mimo y una caricia en la espalda que me decía “seguí por ahí”. Lo cierto es que siempre para mí la escritura fue un refugio.

—Ya tu premio está en escribir.

—¿Y qué se viene ahora?

—¿Los géneros es un tema que te interesa?

Fotos: gentileza prensa Temporada de pejerreyes y Belén Longo.

Fuente: telam

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