23/10/2025
Las venas abiertas de Irlanda del Norte en una novela sobre familia y violencia política

Fuente: telam
En “Una a una en la oscuridad”, Deirdre Madden narra el reencuentro de tres hermanas en un pequeño pueblo donde las huellas de la guerra civil emergen en medio la rutina cotidiana
>El regreso de Cate a Irlanda, tras años de vida en Londres y una aparente distancia de los conflictos que marcaron su país natal, se convierte en el punto de inflexión de Una a una en la oscuridad, la novela de Deirdre Madden publicada originalmente en 1996. En este relato, la autora irlandesa explora cómo la memoria de la violencia política en Irlanda del Norte, lejos de disiparse, impregna cada aspecto de la existencia de quienes intentan dejarla atrás.
La novela, que vio la luz dos años después del primer alto el fuego y dos años antes del Acuerdo de Viernes Santo de 1998, se sitúa en un momento clave de la historia reciente de Irlanda del Norte.
Madden retrata el modo en que la guerra civil alteró de manera radical la vida de personas comunes, como las tres hermanas protagonistas, de quienes se afirma que “si no hubieran sido hermanas, jamás habrían sido amigas”. Helen ejerce como abogada especializada en terrorismo en la zona más peligrosa de Belfast, mientras que Sally trabaja como maestra en el colegio católico donde las monjas intentaron inculcar en ellas la piedad y la sumisión. Cate, por su parte, representa a quien logró escapar de ese entorno.La estructura narrativa alterna entre el presente —los paseos, conversaciones, risas y discusiones de las hermanas durante la semana que Cate pasa en el pueblo— y el pasado, evocando una vida anterior al conflicto cuyo impacto, según la autora, “era mínimo pero profundo”. Se describen visitas a la iglesia y a la tienda, excursiones a la feria anual y a lugares emblemáticos como la Cruz de Ardbee y el Pozo Sagrado, así como celebraciones familiares.Uno de los momentos más impactantes de la novela es el asesinato de Charlie Quinn, padre de Cate, Helen y Sally. Madden lo presenta no como un hecho aislado o decisivo, sino como parte de la secuencia de actos violentos que caracterizaron aquellos años. Aunque algunos lectores contemporáneos pudieron percibir cierto didactismo en la exposición del conflicto, la autora se distingue por su capacidad para abordar un asunto histórico complejo a través de la experiencia íntima de sus personajes, sin emitir juicios sobre ellos.
La sensibilidad de Madden se manifiesta en cada página, donde las descripciones y los retratos de los personajes adquieren una vitalidad particular. Su estilo la sitúa en la tradición de escritores como Frank O’Connor, Colm Tóibín y Edna O’Brien, logrando que “cada página de este libro parece florecer con cada nueva descripción, con cada nuevo retrato que compone la autora”.Fuente: telam
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