17/10/2025
“No quiero robar, quiero trabajar y estar bien”: un detenido se trepó a la antena de una comisaría y pidió ayuda para superar su adicción

Fuente: telam
Sucedió en Tucumán, en un destacamento de la localidad de El Manantial. El hombre pidió ayuda para tratar sus problemas de consumo mientras su madre relataba su historia
>Momentos de tensión se vivieron este jueves en la comisaría de El Manantial, en la provincia de A medida que pasaban las horas, la imagen del joven colgado de la estructura metálica se volvió el centro de la jornada. Desde lo alto, gritaba su pedido frente a las cámaras: “No quiero robar, quiero trabajar y estar bien”. Abajo, efectivos de rescate intentaban ganar su confianza, hablándole con calma y buscando evitar un desenlace que mantuvo en vilo a todo el barrio. La estructura, sin embargo, complicaba la tarea: la antena era débil y cualquier movimiento brusco podía poner en riesgo la operación.
Entre quienes aguardaban en el lugar estaba su madre, que siguió cada instante con la mirada fija en la torre. “Ha estado internado en Córdoba, en varios lugares. Yo hice todo lo que pude, pero ya no tengo los medios”, dijo entre lágrimas a La Gaceta, mientras explicaba que el consumo problemático de drogas de su hijo comenzó cuando tenía 14 años. Su testimonio sumó un trasfondo que conmovió a quienes escuchaban: “Él necesita un tratamiento y un trabajo que lo tenga ocupado todo el día. Cuando está lejos de acá, anda bien. Pero vuelve y recaen las adicciones”, relató con la voz entrecortada.La escena, mientras tanto, se desarrollaba frente a la plaza principal de El Manantial. Varias personas observaban desde la vereda, algunas grabando con sus teléfonos, otras gritando palabras que la policía intentó acallar para evitar que el joven se alterara aún más. La tensión era visible. “Por no tener plata estoy acá”, alcanzó a gritar desde la altura. “No he robado, no he matado, no he pegado a nadie. Quiero una vida para mí, que mi mamá pueda sentirse orgullosa”.
Finalmente, tras varias horas de diálogo y negociaciones, el joven aceptó descender con ayuda del personal especializado. Un vecino se acercó para hablarle y recordarle que podía confiar en quienes estaban intentando ayudarlo. Esa breve conversación pareció ser el punto de inflexión. Con movimientos lentos, el joven comenzó a bajar, guiado por los rescatistas que le indicaban paso a paso cómo hacerlo.
Cuando por fin llegó al suelo recibió una botella de agua para hidratarse. Todavía tenía lágrimas en los ojos. A su alrededor, el operativo se desarmaba en silencio mientras los vecinos se dispersaban poco a poco, dejando atrás una tarde marcada por el dramatismo y la exposición de un conflicto que va más allá de un hecho policial.Fuente: telam
Compartir
Comentarios
Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!