12/10/2025
El mundo del trabajo que viene: 7 consejos de un experto de Goldman Sachs para usar la IA

Fuente: telam
Marcos Argenti, jefe de Tecnología del banco de inversión y los enfoques para lograr los mejores resultados junto al nuevo recurso. Claridad de lenguaje y objetivos son clave
>El surgimiento de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito laboral está impulsando transformaciones profundas en todo el mundo.Según Marcos Argenti, Director de Tecnología (Chief Information Officer) de Goldman Sachs, la llegada de agentes autónomos capaces de realizar tareas antes reservadas a los humanos obliga a repensar no solo el modo de trabajar, sino también los roles, habilidades y estrategias de los profesionales.
“En esta nueva fuerza laboral híbrida, donde el juicio humano se ve amplificado por colaboradores de inteligencia artificial, es necesario un cambio fundamental en nuestras mentalidades, habilidades y estrategias”, escribió Argenti en una nota publicada en la revista Time y distribuida en el más reciente BriefinGS semanal del banco de inversión. La clave, dice, es asumir a la IA como aliada, no como amenaza, y desarrollar una mentalidad organizativa para aprovechar su colaboración.1-Pasar de la ejecución al liderazgo: dirigir equipos híbridos
Esta transición obliga a que los líderes extiendan su sentido de la responsabilidad más allá de las actividades personales y asuman como propia la supervisión de todo el proceso, incluyendo las acciones delegadas a la IA. Así como se guía a un nuevo integrante humano en el equipo, ahora se requiere orientar y supervisar a los agentes inteligentes, definiendo objetivos claros y verificando sus contribuciones en cada proyecto.
2-Reconocer la IA como socio creativoSu propuesta se basa en la convicción de que la innovación disruptiva surge de preguntas nuevas, no de respuestas predecibles. Por eso destaca: “No se trata de pedirle creatividad a la IA, sino de usar nuestra propia curiosidad para proponer preguntas provocativas y poco obvias que obliguen a la IA a recorrer su base de conocimientos de maneras inéditas, revelando conexiones inesperadas y generando nuevas posibilidades”. Así, el verdadero potencial emerge cuando el usuario humano estimula al sistema con interrogantes originales.
3-Mantener la curiosidad y la actualización constanteArgenti argumenta que enfocarse únicamente en las características de cada tecnología puede llevar a una obsolescencia rápida. Lo fundamental es desarrollar competencias críticas y un enfoque que priorice el propósito. Según él, “las habilidades más duraderas y valiosas no son el ‘qué’, sino el ‘por qué’: la capacidad de evaluar críticamente las nuevas tecnologías en función de la tarea a realizar, de partir de las necesidades del cliente y de renovar los procesos de manera constante”.
Este enfoque promueve una cultura orientada a la mejora permanente. Así, la inteligencia artificial se incorpora a los procesos como una oportunidad para acelerar el aprendizaje y la adaptación, no como un obstáculo ante el que resignarse.4-Desarrollar alfabetización en IA y procesos estructurados para delegarAdemás, recomienda diseñar el trabajo propio para que resulte accesible y manejable por sistemas automatizados. Documentación ordenada, códigos limpios y flujos de tareas bien estructurados permiten que la IA sume valor real. Un entorno desorganizado reduce el alcance de las acciones del agente digital y limita la posibilidad de delegar con eficacia.
Para sobresalir en la economía digital, Argenti sugiere que los usuarios sean capaces de combinar diferentes soluciones tecnológicas según los desafíos puntuales que enfrenten. La especialización de los sistemas lleva a que no exista una herramienta única dominante, sino una serie de agentes enfocados en áreas específicas, como el análisis de datos, la programación o la generación de contenido.
El Chief Information Officer de Goldman Sachs destaca: “El trabajo más valioso provendrá de la capacidad de coordinar flujos de trabajo compuestos por múltiples agentes y modelos, sintetizando las respuestas de herramientas especializadas para formar un conjunto coherente y superior”. La habilidad para integrar las aportaciones de distintos sistemas y conformar resultados complejos será un diferencial competitivo.El despliegue de la inteligencia artificial debe acompañarse siempre de una actitud vigilante respecto a la fiabilidad y relevancia de sus resultados. Argenti advierte que, aunque la IA puede potenciar la productividad, aún requiere supervisión humana, sobre todo en contextos críticos donde los errores pueden tener consecuencias significativas.
Para el directivo, “la IA no reemplaza la experiencia, la exige. La verificación es una habilidad activa y cognitiva, que exige preguntarse siempre: ¿esto tiene sentido?, ¿cuáles son los casos límite?, ¿qué supuestos está haciendo la IA?”. Ser el responsable último de los resultados implica revisar, probar y asumir la plena responsabilidad sobre los productos derivados del trabajo conjunto con sistemas inteligentes.Este principio es especialmente relevante en áreas como las finanzas, la salud o la gestión pública, donde la confianza y la precisión de los resultados son innegociables. Gestionar estos riesgos obliga a los profesionales a potenciar su formación y sentido crítico frente a la automatización.El uso correcto de la inteligencia artificial permite al equipo humano redirigir su energía a tareas de mayor valor estratégico, delegando en algoritmos los procesos rutinarios y repetitivos. De esta forma, la innovación y el pensamiento crítico adquieren un peso mayor dentro de los equipos. El líder tecnológico de Goldman Sachs lo resume así: “En última instancia, este cambio no es una historia sobre tecnología, sino sobre humanidad. Al automatizar el ‘cómo’, la IA libera nuestros talentos más valiosos y exclusivos para centrarse en el ‘por qué’. Amplifica el valor de nuestro juicio, nuestro conocimiento de negocios y nuestro trabajo guiado por el propósito”.
A lo largo de su análisis, Goldman Sachs afirma que la adaptación a la IA define el futuro del trabajo, y que las organizaciones dispuestas a transformar sus estructuras y capacidades serán las que destaquen dentro de un mercado cada vez más competitivo. La responsabilidad de aprovechar esta oportunidad recae tanto en individuos como en empresas, aumentando la exigencia sobre la formación, la ética y la visión a largo plazo.
Fuente: telam
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