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12/10/2025

Julia Navarro y el niño enviado a la URSS para escapar de Franco: “Si yo salvara la vida de mi hijo separándome de él, lo haría”

Fuente: telam

La autora española planteó en “El niño que perdió la guerra” los paralelos entre los totalitarismos y contó sufrimientos históricos. Aquí la charla con Infobae en Buenos Aires

>Hay un momento terrible apenas arranca el libro, en la página 25: una madre corre por una calle de Madrid. Como loca corre y grita el nombre de su hijo: “Pablo, Pablo”. Se lo están llevando en un auto: no tiene ninguna posibilidad. Y lo peor: se lo está llevando un camarada, un compañero de su marido, por pedido del propio marido, que es el papá del nene. Por el bien del nene, dicen. El nene- la mamá lo sabe- irá con ese hombre a la Unión Soviética, tan tan lejos. Es España, 1938, plena Guerra Civil.

Seguramente a muchísimos les suena esta escena porque el libro donde está se llama El niño que perdió la guerra y es un best seller internacional. Su autora, Julia Navarro, nació en 1953 en Madrid y era una periodista política hasta que en 2004, casi jugando, empezó a escribir ficción. Le fue muy bien. Y con El niño... muy muy bien.

Por el título se entiende: es la historia de ese nene, uno de tantos hijos de republicanos enviados a Rusia para salvarse del franquismo. Pero, en realidad, no es eso, no es la historia de los republicanos. El niño que perdió la guerra transcurre, a la vez, en Madrid y en Moscú y muestra, en simetría, la represión en el comunismo y bajo Franco, la tortura en un lado y en otro, la cárcel, el silencio, la persecución a los artistas.

Navarro es amable, prolija, encantadora. Habla tranquila, lento, en un volumen bajo pero con firmeza. Conversamos en un breve paso de Navarro por Buenos Aires:

-La hipótesis es que son regímenes totalitarios, me da lo mismo que sea estalinismo o franquismo. Cualquier régimen totalitario en cualquier lugar del mundo, lo pintes de un color o lo pintes de otro, siempre tiene el mismo patrón de comportamiento. El primero es cercenar la libertad de los ciudadanos e, inmediatamente. instaurar la censura. Es un patrón tipo.

-Yo pensaba que entre el estalinismo y el franquismo se combatieron.

-¿Y para qué lo hacen?

-Hombre, el cercenar la libertad, los dictadores lo primero que hacen es tener el poder absoluto. Así convierten los países en sus fincas particulares. ¿Para qué? Eso tendrías que preguntárselo a los dictadores. No tengo vocación de eso.

-En la novela es desgarrador porque Agustín, el papá de Pablo, manda a su hijo a la Unión Soviética de buena fe.

-Pensé mucho en la figura bíblica de Moisés, al que dejan en el río para salvarlo... y lo pierden por muchos años.

-Agustín es comunista, piensa que ahí va a estar mejor.

-Pero como otros los mandan a Francia. Es decir, yo entiendo perfectamente la decisión de Agustín. Lo manda a la Unión Soviética con un amigo que se lo va a llevar y con la confianza de que el niño va a volver.

-Mientras leía, yo estaba corriendo con ella por la calle.

-En la novela también los hombres parecen muy intransigentes, ideologizados, y las mujeres más críticas...

-Como parte de toda esta reflujo de derecha, también hasta eso está siendo cuestionado.

-¿Cómo fue la investigación de esta novela, que habla mucho de la vida cotidiana en la Unión Soviética?

-¿Hablaste con chicos que estuvieron en Rusia, fuiste a Rusia?

-Me imagino que esos niños, en general, no ellos dos en particular, a esa altura son rusos.

-Pensaba en la soledad de esos chicos cuando llegan ahí...

-Y cuando vuelven a España también.

-Pablo tiene la suerte de tener dos madres. Vos, generosamente, le pusiste en Rusia un personaje tan lindo como Anya.

-¿Vos tenés hijos?

-¿Y te imaginaste una situación así?

-¿De mandar o de recibir un chico?

-Y después lo buscarías toda la vida.

-Vos creciste en el franquismo. ¿Te acordás de cómo era esa época?

-En la novela se ve la crueldad de la posguerra, que a los republicanos no les daban ni trabajo..

-¿Cuándo empezaste a sentir ese clima, que no era “lo normal”?

-Creímos, que los totalitarismos ya eran algo del pasado y, sin embargo... ahora vemos la democracia cuestionada.

-¿Cómo sería?

-Todos creemos que estamos del lado correcto.

-Pero me imagino que los otros también.

-En la novela se ve mucho también el lugar del arte, ¿no? Las dos mujeres, a su manera, son artistas. ¿Por qué las pusiste?

-¿Sos optimista?

Fuente: telam

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