11/10/2025
Ciudad Bolívar, el singular barrio de Bogotá que se reinventa a través del arte

Fuente: telam
Con un corredor de arte urbano que involucra a la comunidad y resignifica su identidad, el colectivo Bogotá Colors impulsa una revolución artística en el sur de la capital colombiana
>Bogotá, la capital de Colombia, es una ciudad en la que se superponen visiones muy distintas: algunas, muestran la modernidad urbanística, otras descubren la tradición de una cultura con 500 años de historia, y están también las iniciativas que son fruto del esfuerzo y la solidaridad. Ciudad Bolívar pertenece a este último grupo: es una “ciudad autoconstruida” que nació de la necesidad y que, en estos últimos años, se convirtió en símbolo de resistencia y creatividad.
En las grandes ciudades latinoamericanas, las periferias populares comparten una marca común: la pobreza y el estigma. En Buenos Aires están las villas, en Río de Janeiro, las favelas; en Bogotá, barrios como Ciudad Bolívar: espacios nacidos de la urgencia, levantados con esfuerzo vecinal, y que se enfrentan a una mirada externa que suele equipararse con la inseguridad. Pero en los últimos años, una fuerza distinta comenzó a emerger: el arte como herramienta de transformación social.
Ubicada al sur de Bogotá, la zona de Ciudad Bolívar alberga a más de 700.000 habitantes. Sus orígenes se remontan a mediados del siglo XX, cuando migrantes internos y familias desplazadas levantaron viviendas con materiales precarios en terrenos de montaña. Durante décadas, la localidad fue sinónimo de carencias. Aunque también fue un laboratorio de creatividad popular: desde las primeras casas improvisadas hasta las actuales intervenciones artísticas, la historia de Ciudad Bolívar es la de un territorio que se inventa a sí mismo.
Ahora, antes de encarar cada obra, los artistas callejeros y graffiteros conversan con las familias: “Les preguntamos qué colores los identifican, qué símbolos representan sus historias, qué escenas desean ver en sus paredes”, cuenta Sabogal a Infobae.
El resultado son murales que embellecen las fachadas de las casas y condensan la memoria colectiva: retratos de abuelas, paisajes de montaña, referentes de la música popular o escenas de la vida cotidiana. Y los vecinos participan como coautores, guardianes y narradores de esas imágenes que ya forman parte del paisaje emocional del barrio.La Calle del Color, la que decoran, está ubicada en el barrio Mirador del Paraíso, cerca de la estación final del TransMiCable (teleférico). Allí, decenas de casas fueron transformadas en un corredor artístico único que el visitante descubre: un mosaico de colores callejeros que rompe con la idea de un barrio gris y marginal.En la actualidad, suman más de mil metros de arte intervenidos con arte urbano, invitan al público para que los conozca y también a artistas internacionales para que se sumen a la propuesta.
Los murales también generaron nuevas oportunidades económicas: a través de los Graffitours, visitantes nacionales y extranjeros conocen la localidad y consumen en los pequeños comercios, restaurantes familiares o talleres de arte que aparecen en el camino. Así, el turismo cultural alternativo dejó de ser una rareza para convertirse en un motor modesto pero constante de ingresos.
Lo mismo ocurre en villas argentinas, donde colectivos artísticos, como en la Villa 21-24 de Buenos Aires, organizan recorridos culturales y festivales que atraen visitantes y permiten visibilizar el talento local allí donde antes se veía solo precariedad, hoy el arte abre caminos para el orgullo comunitario y la sustentabilidad económica.La experiencia demuestra que un mural puede ser un acto de apropiación del territorio, una declaración de identidad, un puente hacia la inclusión. Y es, también, un ejemplo que inspira a otras periferias urbanas del continente.
En villas argentinas, las bibliotecas populares, los talleres de muralismo y los festivales barriales cumplen una función similar: convertir el arte en motor de cohesión social. El lenguaje visual trasciende fronteras y genera un código común entre comunidades que comparten desafíos semejantes.
Fuente: telam
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