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07/10/2025

El momento del litio en Bolivia: una historia de ciclos y decisiones

Fuente: telam

La segunda vuelta del 19 de octubre es más que una contienda entre Paz y Quiroga: es un referéndum sobre si Bolivia puede liberarse de su maldición histórica

>Las elecciones generales de Bolivia en 2025 pusieron fin a casi dos décadas de dominio del Movimiento al Socialismo (MAS) y abrieron paso a una segunda vuelta histórica entre el centrista Rodrigo Paz y el conservador Jorge “Tuto” Quiroga. Quien resulte vencedor heredará la crisis económica más aguda en una generación, así como una dotación de recursos que coloca a Bolivia en el centro de la carrera global por el litio. Este artículo sitúa el momento actual de Bolivia dentro de su larga historia de riqueza desaprovechada: la plata en la era colonial, el gas natural a inicios del siglo XXI y ahora el litio. La cuestión central es si Bolivia puede romper este ciclo trágico o si el litio se sumará a la lista de oportunidades perdidas.

Bolivia es un país sin salida al mar que durante mucho tiempo ha sido rico bajo su suelo y pobre sobre él. Desde las minas de plata de Potosí en el siglo XVI, que alimentaron la riqueza europea pero dejaron a las poblaciones indígenas en la miseria (Klein & Farthing, 2021), hasta el auge del gas natural en los años 2000, que redujo brevemente la pobreza antes de que las reservas disminuyeran (Madrid, 2012), la historia de Bolivia ha sido una de abundancia de recursos sin prosperidad duradera. Cada ciclo ha seguido el mismo patrón: promesa, extracción, crecimiento fugaz y colapso.

Las elecciones de agosto de 2025 rompieron el monopolio político del MAS que había perdurado desde 2006. La segunda vuelta del 19 de octubre determinará si Paz o Quiroga heredan un país que se derrumba económicamente y, al mismo tiempo, asciende geopolíticamente como custodio de los mayores depósitos de litio del mundo (Reuters, 2025a; USGS, 2024). La apuesta no podría ser mayor.

Durante dos décadas, el MAS encarnó una fusión de empoderamiento indígena, redistribución y nacionalismo de los recursos. Pero para 2025, sus fracturas internas, escándalos de corrupción y fracasos económicos llevaron a su colapso. Su candidato obtuvo apenas un 3 por ciento de los votos, el peor resultado de su historia (Reuters, 2025a). Morales tiene prohibido legalmente postularse, y la credibilidad de Arce está agotada.

La segunda vuelta enfrenta a Paz, un centrista que enfatiza reformas pragmáticas y estabilización, contra Quiroga, un conservador que aboga por una liberalización más profunda y una alineación más estrecha con Estados Unidos (El País, 2025; Bloomberg, 2025). El respaldo del empresario Samuel Doria Medina a Paz sugiere la formación de un bloque de centroderecha. Bolivia ha entrado en una etapa de pluralismo competitivo, pero la cuestión es si sus frágiles instituciones podrán sostenerlo sin caer en la parálisis o en la movilización violenta en las calles.

La economía boliviana se está desmoronando. Las reservas internacionales, que alguna vez alcanzaron casi 15.000 millones de dólares, cayeron por debajo de los 2.000 millones en enero de 2025 (U.S. Department of State, 2025). La inflación superó el 20 por ciento, mientras que la escasez de diésel y gasolina interrumpió la agricultura, el transporte y la vida diaria (El País, 2025). Los hidrocarburos, otrora salvavidas de Bolivia, están en declive estructural, con exportaciones en disminución y colapso de la inversión (International Monetary Fund [IMF], 2025).

Este colapso refleja ciclos anteriores. El auge del gas natural en los 2000 redujo la pobreza extrema a la mitad, pero dejó escasa reinversión en capacidad productiva (Madrid, 2012). A medida que se agotaron los ingresos del gas, el Estado careció de amortiguadores, viéndose obligado a endeudarse y devaluar. La próxima administración deberá negociar con el FMI para recibir apoyo de estabilización, pero la austeridad sin protección social corre el riesgo de encender disturbios.

El Salar de Uyuni contiene aproximadamente 23 millones de toneladas métricas de recursos de litio, el mayor depósito del planeta (USGS, 2024). En teoría, Bolivia podría abastecer una quinta parte de la demanda mundial de baterías para vehículos eléctricos hacia la década de 2030. En la práctica, el país produjo menos de 2.000 toneladas en 2024, muy por detrás de Chile y Argentina (Argus Media, 2025).

Los riesgos son evidentes. La extracción de litio amenaza frágiles ecosistemas de gran altitud, consumiendo enormes cantidades de agua y replicando potencialmente el daño ecológico visto en la cuenca del Atacama en Chile (Sovacool, 2022). Sin transparencia y Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI), Bolivia corre el riesgo de otro auge que enriquezca a foráneos y deje atrás a las comunidades.

Los gobiernos del MAS expulsaron al embajador estadounidense y a la DEA, mientras profundizaban sus lazos con China, Rusia e Irán (Stratfor, 2025). Tanto Paz como Quiroga ahora prometen restablecer relaciones con Washington tras 17 años de ruptura. Paz enfatiza la estabilización pragmática y la seguridad energética, mientras que Quiroga pide reformas audaces y una alineación más cercana con EE.UU. (Bloomberg, 2025; Reuters, 2025c).

La historia proyecta una larga sombra. La plata alimentó imperios, pero dejó a Bolivia empobrecida. El gas natural redujo la pobreza, pero terminó en agotamiento y deuda. Ahora, el litio, un recurso central para la transición energética global, ofrece a Bolivia quizás su última oportunidad de escapar del ciclo.

El desenlace dependerá de la gobernanza. Si la nueva administración adopta la estabilización con protección social, transparencia en la gestión del litio y asociaciones exteriores diversificadas, Bolivia podría finalmente transformar la riqueza de recursos en prosperidad sostenible. De lo contrario, el litio se convertirá en otra entrada trágica en una historia de siglos de riquezas desperdiciadas.

Las elecciones de 2025 abrieron una estrecha ventana en la que las decisiones de liderazgo y gobernanza repercutirán mucho más allá de La Paz. La segunda vuelta del 19 de octubre es más que una contienda entre Paz y Quiroga: es un referéndum sobre si Bolivia puede liberarse de su maldición histórica.

La elección es clara: el litio puede ser el puente de Bolivia hacia el futuro o un nuevo capítulo en su larga historia de promesas incumplidas.

Fuente: telam

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