02/10/2025
Un estudio de la NASA afirma que la Tierra se volvió más oscura en el hemisferio norte

Fuente: telam
Científicos aseguran que en los últimos 20 años nuestro planeta perdió simetría en su reflejo solar y se oscurece más rápido en la región boreal. El cambio climático es la principal razón del desequilibrio
>Durante décadas, los científicos asumieron que la Esa simetría, conocida como ‘albedo hemisférico’, era considerada un rasgo fundamental del sistema climático terrestre.
Sin embargo, una investigación reciente reveló que ese balance está desapareciendo. El planeta refleja cada vez menos luz y lo hace de manera desigual: el hemisferio norte se oscureció con mayor rapidez que el sur en los últimos años.Lo que descubrieron pone en cuestión algunos supuestos básicos sobre cómo funciona el clima planetario y, sobre todo, obliga a revisar los modelos que anticipan el futuro del El estudio señala que “la simetría hemisférica en el albedo terrestre está desapareciendo, principalmente por cambios en aerosoles, superficie y vapor de agua en el NH, sin que las nubes compensen este desequilibrio”.
Detrás de esa afirmación se esconden múltiples procesos físicos y sociales que impactan de manera directa en la temperatura, la circulación de vientos y la distribución de las lluvias.La investigación mostró que el hemisferio norte reflejó menos luz solar que el sur en las últimas dos décadas. Aunque el consumo promedio de energía proveniente de la radiación solar se mantiene entre 240 y 243 vatios por metro cuadrado, la divergencia detectada de 0,34 vatios por metro cuadrado por década resultó estadísticamente significativa. Puede parecer un valor pequeño, pero en el contexto del sistema climático global representa una diferencia lo suficientemente marcada como para tener efectos acumulativos en el tiempo.Un dato clave es que en los primeros años del periodo analizado, entre 2001 y 2005, el hemisferio sur absorbía más energía que el norte, con una diferencia de 0,20 W/m². Esa tendencia se invirtió de manera notable: entre 2020 y 2024, el hemisferio norte absorbía más que el sur, alcanzando 0,54 W/m². La mayor parte de ese incremento se concentró en la franja subtropical, entre los 20° y 42° de latitud norte, lo que muestra que no se trata de un fenómeno uniforme sino localizado en regiones con gran impacto climático.
Los cambios en la reflectividad terrestre tienen varias causas. Entre ellas, el retroceso del hielo marino y de la capa de nieve en el norte. Hielos y nieves son superficies que devuelven gran parte de la radiación solar hacia el espacio. Su reducción expone agua u otras superficies más oscuras que absorben más calor. Esa disminución del albedo superficial contribuyó al oscurecimiento. Además, el aumento de vapor de agua en la atmósfera refuerza la capacidad del hemisferio norte de absorber energía solar.Al reflejar radiación solar, funcionan como una especie de escudo que incrementa el albedo. Sin embargo, su distribución en el planeta cambió de manera desigual.
En el hemisferio norte, la reducción de la contaminación industrial desde comienzos de los 2000 produjo una caída notable de aerosoles. Normativas ambientales más estrictas en Europa, Estados Unidos y China redujeron las emisiones de partículas finas. Esa mejora en la calidad del aire, celebrada por motivos de salud pública, tuvo un efecto inesperado en el balance climático: menos aerosoles implicaron menos reflexión solar y, por lo tanto, un hemisferio más oscuro.En contraste, el hemisferio sur experimentó episodios que incrementaron temporalmente la cantidad de partículas en el aire. Los incendios forestales en Australia durante 2019 y 2020 liberaron enormes volúmenes de humo y aerosoles, que elevaron la capacidad de reflejo de la atmósfera en esa región. Poco después, en 2021 y 2022, la erupción del volcán Hunga Tonga inyectó materiales a la atmósfera del Pacífico sur. Ambos eventos aportaron al incremento de aerosoles en el sur, aunque sus efectos fueron transitorios y no compensaron la tendencia global.Los investigadores señalaron que “el papel de las nubes en el mantenimiento de la simetría hemisférica podría ser limitado”. Eso implica que no se puede confiar en un reequilibrio automático a través de este mecanismo, algo que los modelos climáticos habían supuesto durante años.
Las consecuencias de este cambio no se limitan a la radiación solar absorbida. El hemisferio norte experimenta un calentamiento más acelerado que el sur, con una diferencia de tendencia de 0,16 °C por década. Esa disparidad influye en múltiples procesos, desde el derretimiento de glaciares hasta la frecuencia de olas de calor en continentes densamente poblados.En los trópicos, el estudio observó que la cobertura nubosa y la precipitación disminuyeron en el hemisferio sur en comparación con el norte. En cambio, en las latitudes extratropicales, las nubes del hemisferio norte reflejaron menos radiación que las del sur. Esa diferencia refuerza la idea de que el planeta no se comporta de manera simétrica y que los ajustes regionales no logran compensar las disparidades globales.
Los cambios en la radiación también están vinculados con la dinámica de las tormentas. Si la tendencia se mantiene, podrían alterarse los patrones de circulación atmosférica que determinan la ubicación e intensidad de los sistemas de tormenta en ambos hemisferios. Esto tiene implicaciones en la seguridad alimentaria, la gestión del agua y la resiliencia de comunidades que dependen de un clima estable.De hecho, las simulaciones climáticas actuales muestran discrepancias de hasta ±5 W/m² en la diferencia de albedo entre hemisferios. Ese margen de error es demasiado amplio y limita la capacidad de prever cómo evolucionará el sistema. El trabajo advierte que, si la tendencia continúa, la diferencia hemisférica en albedo podría aumentar aún más, con consecuencias directas en la circulación global y el clima regional.
Los investigadores no descartan que en escalas temporales más largas las nubes puedan compensar parte de la asimetría. Pero en la escala de dos décadas, los datos satelitales son claros: la simetría se está rompiendo y nada indica que el sistema climático restaure por sí mismo ese equilibrio en el corto plazo.El oscurecimiento más rápido del hemisferio norte es una señal de advertencia sobre la velocidad con la que el sistema climático puede desviarse de supuestos históricos. Si el norte absorbe más energía que el sur, el calentamiento global podría intensificarse en regiones donde vive la mayor parte de la población mundial.
Comprender la magnitud y la persistencia de estas diferencias será clave para anticipar impactos. La pérdida de hielo marino en el Ártico, los cambios en la circulación atmosférica y los desplazamientos de lluvias ya están modificando los paisajes y las economías. Si la tendencia se acelera, los desafíos se multiplicarán.Lo que parece positivo en un aspecto —menos partículas contaminantes en el aire— puede transformarse en un factor que acelera el calentamiento global.
Fuente: telam
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