30/09/2025
¿El cinturón de asteroides está desapareciendo? Qué reveló un estudio

Fuente: telam
Una investigación liderada por expertos de Uruguay planteó que la región situada entre Marte y Júpiter, formada por millones de fragmentos rocosos, se encuentra en un proceso de pérdida sostenida de material
>Un reciente e innovador estudio científico reveló que elSituada en una región del espacio que durante siglos fue vista como un misterio y que, en buena medida, sigue siéndolo, constituye un registro fósil de los primeros instantes del Sistema Solar. Su existencia permitió a la ciencia obtener pistas sobre cómo se formaron los planetas, pero un nuevo estudio advierte que este cinturón no es una estructura estática y permanente, sino un sistema en declive.
La La cifra parece minúscula, pero cuando se proyecta a la escala de miles de millones de años, revela un proceso de desgaste constante que, poco a poco, está borrando una de las regiones más emblemáticas del espacio.El cinturón de asteroides ocupa un espacio comprendido entre las 2,1 y 3,4 unidades astronómicas del Sol, es decir, entre unos 314 y 508 millones de kilómetros de distancia de la estrella. Aunque las ilustraciones suelen mostrarlo como una nube compacta y peligrosa, la realidad es muy distinta: los cuerpos están separados por enormes distancias, tanto que una nave podría cruzar la región sin encontrar ninguno.Las resonancias gravitacionales, es decir, las interacciones periódicas de los asteroides con los tiempos orbitales de Júpiter, Saturno e incluso Marte, siguen actuando como un mecanismo de dispersión. Estas fuerzas empujan a muchos cuerpos fuera de la región, lanzándolos hacia el Sistema Solar interior —donde se encuentra la Tierra— o expulsándolos hacia las inmediaciones de la órbita de Júpiter.
El proceso tiene consecuencias. Alrededor del 20% de la masa perdida se convierte en fragmentos que cruzan en algún momento la órbita terrestre, con la posibilidad de ingresar a la atmósfera como meteoros.Los objetos más grandes, como Ceres, Vesta, Pallas, Higia o Juno, quedaron fuera del estudio. Su tamaño y estabilidad les permitieron resistir durante miles de millones de años, por lo que ya no forman parte activa del proceso de desgaste. Pero el resto de los millones de cuerpos que orbitan en el cinturón sigue sometido a un destino marcado por choques y expulsiones.
El cinturón de asteroides es mucho más que un cúmulo de rocas flotando en el espacio. Es un archivo natural que conserva la memoria de cómo se formaron los planetas. Los asteroides están clasificados en tres grandes familias: los carbonáceos, ricos en carbono; los de silicatos, formados por materiales rocosos; y los metálicos, compuestos en gran medida de hierro y níquel. Entre ellos se encuentran cuerpos de tamaños muy diversos, desde pequeñas rocas hasta planetas enanos como La teoría más aceptada señala que el cinturón representa la materia original de la nebulosa protosolar que no logró unirse en un planeta, debido a la interferencia gravitacional de Júpiter. Otra idea, menos respaldada, sugiere que podría haber existido un planeta que se desintegró, pero la escasa masa actual del cinturón hace improbable que un mundo de ese tamaño hubiera estallado sin dejar rastros más significativos.Las capas de esferulitas de vidrio, formadas por antiguos impactos de meteoritos, confirman que nuestro planeta vivió un pasado mucho más violento. A medida que el cinturón fue perdiendo masa, el bombardeo cósmico disminuyó, hasta llegar al goteo relativamente estable que experimentamos hoy.
Comprender cómo el cinturón pierde masa no es un ejercicio académico aislado. Tiene implicaciones directas para nuestro planeta. Los fragmentos que escapan de la región pueden convertirse en asteroides cercanos a la Tierra, y algunos eventualmente impactan contra la superficie. Estudiar el ritmo de este proceso ayuda a modelar mejor los riesgos futuros.
Al mismo tiempo, ofrece una ventana hacia el pasado. La Tierra primitiva experimentó intensos bombardeos que modificaron su superficie, influyeron en la evolución atmosférica e incluso pudieron desempeñar un papel en el origen de la vida, al traer agua y compuestos orgánicos. La disminución gradual de ese bombardeo estuvo ligada a la pérdida de masa en el cinturón.En este contexto, el cinturón de asteroides deja de ser un simple escenario del cosmos para convertirse en un protagonista activo en la evolución planetaria. Sus fragmentos llegan hasta nosotros como meteoros que iluminan el cielo nocturno o, en casos excepcionales, como meteoritos que impactan en la superficie y se convierten en piezas de museo y laboratorio.
El estudio revela que el cinturón está condenado a un declive progresivo. Aunque los tiempos son inmensos y el proceso no representa una desaparición inmediata, la conclusión es clara: el cinturón de asteroides no es eterno.Este descubrimiento también obliga a repensar cómo se explican los registros geológicos de la Tierra y la Luna. La correlación entre la pérdida de masa del cinturón y la disminución del bombardeo cósmico es una pieza más en el rompecabezas de la historia del Sistema Solar.
Fuente: telam
Compartir
Comentarios
Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!