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27/09/2025

Crecen las críticas a Marcelo Gallardo en River: millones de dólares en refuerzos para un ciclo que solo suma fracasos

Fuente: telam

El Muñeco volvió a sufrir un nuevo golpe como director técnico del Millonario al quedar afuera de la Copa Libertadores. Tras más de un año en el cargo, sigue sin ganar títulos y su figura empieza a ser cuestionada

>Los resultados de este segundo ciclo de Marcelo Gallardo en River Plate están siendo inversamente opuestos a la ilusión que había generado su vuelta entre los hinchas del club cuando tomó las riendas del equipo a inicios de agosto de 2024 para reemplazar a Martín Demichelis.

Tras el partido en Brasil, el DT de 49 años se defendió en la conferencia de prensa ensayando algo de autocrítica, pero argumentando que River es El contrapeso puede verse en otro símbolo de Núñez como el Negro Astrada, quien En su análisis sobre el preocupante presente de River, Astrada resumió las inquietudes que bajan desde las tribunas: “A los futbolistas los trae Marcelo y deben mejorar. Pero hay ciclos terminados. River es una presión constante”.

Este segundo ciclo se inició con Gallardo como protagonista central de la película, llamado a dar un golpe de efecto ante la salida de un Demichelis en baja. En La Liga Profesional 2024, y tras un debut con empate 1-1 ante Huracán, el equipo no entró en esa dinámica positiva que se buscaba y quedó en la quinta ubicación con 43 puntos, a ocho del campeón Vélez Sarsfield.

La cosecha de Micho en el banco había dejado a River como el mejor de la primera fase de la Copa Libertadores el año pasado, y Gallardo tomó el mando ya para los “mata-mata”. Dejó afuera a Talleres de Córdoba en octavos de final y eliminó a Colo Colo de Chile en cuartos, pero llegó el primer gran cachetazo: Atlético Mineiro lo goleó 3-0 en la ida de las semifinales y el Millonario no fue aquel equipo de las hazañas de la primera parte de Gallardo. Lo que vino marcó un declive en el juego, pero también en ese espíritu guerrero que había tenido como sello distintivo el primer ciclo. En marzo pasado, Talleres le ganó en los penales la Supercopa Internacional en Asunción y Platense lo dejó afuera en cuartos de final del Apertura dos meses más tarde. “Más que preocupación, lo que tenemos es frustración”, Los resultados que vinieron ya le dieron paso indiscutidamente a la preocupación: el Mundial de Clubes de mitad de año apareció como el escenario ideal para una recuperación. La inyección anímica. El combustible para volver a “creer”. Sufrió más de la cuenta para vencer al River desembocó en el segundo semestre con deudas deportivas que fueron creciendo, poniendo la lupa cada vez más en las inertes decisiones que tomó el técnico para buscar la reacción. La clasificación por penales ante Libertad en octavos de la Libertadores dejó al equipo trastabillando y anunciando la caída final contra Palmeiras en cuartos. Este marco, para colmo, le colocó una corona de inusitada presión al Torneo Clausura y a la Copa Argentina.

Los números resumen también el raquítico rendimiento: tras el empate 1-1 contra Huracán en el Monumental el 10 de agosto de 2024, el Muñeco se calzó el buzo de entrenador en 67 encuentros, en los que cosechó 32 victorias, 25 empates y 10 derrotas. Es decir, cosechó el 60.19 por ciento de los puntos.

Estos números distan demasiado de lo acontecido en su primera etapa, en la que se convirtió en el técnico más ganador de la historia de la institución (tres Copas Argentina, tres Recopas Sudamericana, dos Copas Libertadores, dos Supercopas Argentina, una Copa Sudamericana, una Suruga Bank, una Liga Profesional y un Trofeo de Campeones) y fue reconocido con una inmensa estatua al lado de la de Ángel Labruna en el Monumental.

Pero esos números tienen un contexto que le agregan mayor responsabilidad a la actualidad de River: los millones que desembolsó el club para cumplir sus deseos en cada mercado de pases desde su regreso. Apenas retornó, tuvo el respaldo todopoderoso que le habían dado sus éxitos del primer ciclo. Dejó de lado a los nombres que había requerido Demichelis en esa misma ventana de pases (Jeremías Ledesma, Adam Bareiro, Federico Gattoni, Franco Carboni y Felipe Peña Biafore) y desembolsó más de 10 millones de dólares para que se sumen Germán Pezzella, Fabricio Bustos, Maxi Meza y Marcos Acuña.

Con la intención de dar pelea en todos los frentes y ser protagonista en el Mundial de Clubes, el Millonario volvió a poner en el inicio de este 2025 mucho dinero sobre la mesa para ir en busca de un salto de calidad. En esta ventana, el club volvió a apostar por nombres de peso, repatriar viejas glorias y contratar a campeones del mundo o jugadores de selección.

Esa ventana de transferencias de principio de año dejó en evidencia el problema estructural que tiene River. Primero, con las salidas en el siguiente mercado de Tapia (cedido al San Pablo) y Rojas (libre a los Portland Timbers), pero principalmente con los cerca de 14 millones de dólares que debió poner el club para cumplir el deseo de traer al colombiano Castaño desde Krasnodar de Rusia. El mediocampista colombiano de 24 años, que tuvo en sus pies una chance inmejorable ante Palmeiras en Brasil, es un reflejo del reclamo que tienen los hinchas: su irregular nivel no logra justificar esa enorme erogación de dólares que se hizo en marzo pasado y es un ejemplo simbólico del “equipo en construcción”.

Hace más de tres meses, Gallardo otra vez tuvo la lapicera en su mano para revertir la situación en el mercado de pases. Con la salida de Franco Mastantuono al Real Madrid consumada, nuevamente jugó con fuerza en la ventana de fichajes: En total, el segundo ciclo de Gallardo tuvo un desembolso del Millonario cercano a los 78 millones de dólares según las cifras estimativas del sitio especializado Transfermarket con Castaño (14 millones), Driussi (11 millones), Salas (9 millones) y Martínez Quarta (8 millones) como los apellidos que más costo significaron para las arcas del club. Galarza, Portillo, Pezzella, Bustos y Montiel obligaron a invertir unos cinco millones de dólares por cada uno, pero además River pagó por los arribos de Quinteros (2.5 millones), Acuña (2 millones), Meza (2 millones) y Tapia (1 millón). El caso de Galoppo suma una particularidad: llegó a préstamo con una obligación de compra por 3.2 millones de dólares que seguramente será ejecutada.

Además, sus métodos imperativos (para algunos, hasta autoritarios) de dirección empiezan a entrar en contradicción con los magros resultados. Y el horizonte sólo le pone por delante la chance de reponerse con dos torneos que hoy suenan en los altoparlantes con melodías taciturnas.

Fuente: telam

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