22/09/2025
Revolución, violencia y familia en la nueva epopeya de Paul Thomas Anderson

Fuente: telam
“Una batalla tras otra”, inspirada en ‘Vineland’ de Pynchon, combina acción, drama y crítica social, mostrando a un padre y su hija enfrentando un entorno hostil marcado por el supremacismo y la represión estatal
>En la montaña rusa caótica y desenfrenada de Paul Thomas Anderson a través de la América contemporánea, los objetos que desaparecen del retrovisor dejan de verse, pero no se esfuman.
Pero “Una batalla tras otra” también puede describirse como una entrañable historia sobre un padre enfrentando la realidad de que su hija adolescente tiene un teléfono celular. Es un ejemplo de cómo la aproximación desestabilizadora de Anderson a temas complejos puede volverse emotiva y reveladora. Normalmente, una epopeya de casi tres horas y varias generaciones se consideraría “monumental”, pero Anderson trabaja con un estilo más áspero y compasivo que penetra, de forma extraña pero aguda, la psique estadounidense.
“Una batalla tras otra” llega tras meses de especulación y cierto escepticismo, ya que es, con diferencia, la película de mayor presupuesto y escala de Anderson. Pero la escala adquiere otros matices en su cine. Magnolia es modesta en muchos sentidos, pero resulta difícil encontrar una película más ambiciosa. “Petróleo sangriento” no incluyó mucho espectáculo más allá de precarias torres de petróleo, pero se siente tan grande como el imponente Daniel Plainview de Daniel Day-Lewis, es decir, aterradoramente enorme.Del mismo modo, “Una batalla tras otra”, filmada en VistaVision, es grande y extensa, pero transmite cercanía y ritmo ágil. Esto se debe, en parte, al impulso de su prólogo inicial y a la energía arrolladora de Teyana Taylor, una presencia potente en pantalla. Su Perfidia Beverly Hills protagoniza el inicio de la película, dejando una huella tan poderosa que la historia tarda media hora en recomponerse tras su partida.Ellos y sus cómplices rápidamente exponen sus intenciones, liberando a los inmigrantes, inmovilizando a los guardias militares y declarándose como el grupo radical French 75. Según Perfidia, esto es el principio de una revolución. La causa es justa, pero la motivación es visceral y sexual. La fabricación de explosivos y el sexo van de la mano. Bob sigue a Perfidia, enamorado y fascinado. La madre de Perfidia no cree en la relación: “Ella es una corredora y tú una roca”, le dice.
En paralelo, Perfidia se cruza con el Coronel Lockjaw (Sean Penn), militar de mandíbula rígida que también cae rendido ante Perfidia. En su primer encuentro, ella le apunta con un arma y le ordena “Get it up”, sin referirse a las manos. Estas escenas intensas, seguidas por el embarazo de Perfidia y nuevos problemas policiales para French 75, preparan el drama que avanza dieciséis años después, con una erupción frenética de poder negro y femenino.French 75 prácticamente ha desaparecido. Bob permanece solo con la hija de ambos, ahora de dieciséis años. Se ha desconectado del mundo: llama “Homie” al amigo de su hija, se pierde con los pronombres y suele tener un cigarrillo de marihuana en la mano. DiCaprio ofrece su interpretación más cercana al “Dude” de El gran Lebowski, en línea con su inclinación reciente por personajes menos pulidos y propensos al error (“Los asesinos de la luna de las flores”, “Había una vez en Hollywood”).
A Willa le atribuyen el coraje de su madre. Infiniti, debutante, transmite una fortaleza interior inconfundible. Cuando Lockjaw va tras Willa, estalla un nuevo ciclo de violencia estatal.La película abunda en convoyes policiales y maniobras militares que convierten la América actual en un campo de batalla. Inspirada en “Vineland” de Thomas Pynchon, comparte algunos choques culturales con la anterior adaptación de Anderson, “Vicio propio”. Sin embargo, “Una batalla tras otra”, con una partitura envolvente de Johnny Greenwood que aporta un matiz épico, resulta ferozmente actual y moralmente motivada.
Eso hace de “Una batalla tras otra”, con su retrato directo del racismo, la xenofobia y el vigilantismo, una excepción en casi todos los sentidos para el Hollywood actual. Seguramente generará debate, como todas las buenas películas. Algunos considerarán su retrato de Estados Unidos como confuso o caótico. Pero esos elementos también tienen un aire de verdad, al igual que el espíritu combativo que atraviesa la historia.Fuente: AP
Fuente: telam
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