21/09/2025
Cómo se celebraba el Día del Estudiante y la Primavera en el siglo XX

Fuente: telam
Desde carrozas y picnics hasta multitudes en plazas, el 21 de septiembre en Argentina reunía a la juventud en festejos que marcaron toda una época
>Cada 21 de septiembre, el Hemisferio Sur recibe la La tradición comenzó a consolidarse a mediados del siglo XX, cuando en Buenos Aires y en distintas provincias se impulsaron celebraciones colectivas con carrozas, espectáculos y propuestas culturales que transformaron la jornada en un ritual social que aún perdura.
De acuerdo con Billiken, el Día del Estudiante se instituyó en Argentina en 1902, inspirado en la figura de Domingo Faustino Sarmiento, cuyos restos llegaron al país el 21 de septiembre de 1888. Salvador Lorenzo Debenedetti, estudiante y presidente del centro de estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras, propuso ese mismo día para rendir homenaje al prócer mediante una jornada dedicada a los estudiantes, llamada el “Padre del Aula”. Con el tiempo, la iniciativa obtuvo aceptación institucional, impulsada por eventos como el Primer Congreso Internacional de Estudiantes Americanos, realizado en Montevideo entre el 26 de enero y el 2 de febrero de 1908. Allí se acordó ratificar el 21 de septiembre como el Día del Estudiante para varios países de Sudamérica.La tradición se fortaleció especialmente después de 1910, cuando el festejo adquirió una dimensión masiva en Argentina y países vecinos. Al crecer la popularidad de la primavera como símbolo de juventud y renovación, las celebraciones en Buenos Aires asociaron el cambio de estación con las aspiraciones de los estudiantes y establecieron una conexión que se mantuvo vigente con el paso de los años.El equinoccio de primavera ocurre entre el 21 y el 23 de septiembre en el hemisferio sur. Esto marca de manera oficial el inicio de la estación y, desde hace al menos 75 años, motiva la convocatoria de grandes multitudes. Según datos del archivo de Billiken, en décadas pasadas las plazas de Buenos Aires recibían a miles de jóvenes; juntos participaban de picnic, juegos y paseos en carrozas adornadas con flores. Los espacios verdes y las principales avenidas de la ciudad reunían a los concurrentes, que se sumaban a desfiles y espectáculos realizados al aire libre.Con el correr de los años, la cantidad de personas asistentes mutó. Antiguamente las multitudes eran muy numerosas, mientras que en tiempos recientes la afluencia resulta más moderada, aunque la esencia de la celebración persiste. Incluso cuando las formas cambian, la fecha mantiene su lugar en el calendario estudiantil y social. Familias, amigos y estudiantes aún eligen los parques para compartir actividades y disfrutar del ambiente festivo.Las manifestaciones sociales alrededor del Día de la Primavera y el Día del Estudiante reflejan cambios culturales y urbanos en la ciudad. En el siglo XX, las actividades en la vía pública implicaban intervenciones artísticas, espectáculos musicales y concursos. Actualmente, aunque la convocatoria en los espacios verdes disminuyó, la jornada se utiliza para reuniones más pequeñas o celebraciones familiares, pero conserva la función de encuentro y recreación.La relevancia de la fecha reside no solo en la cantidad de participantes, sino también en la capacidad de la sociedad para transformar una tradición en parte estable del calendario argentino. Cada año, el 21 de septiembre representa una ocasión de encuentro, expresión y pertenencia para miles de personas. El vínculo entre las celebraciones estudiantiles y el inicio de la primavera se sostendrá por la memoria y el entusiasmo de quienes eligen mantener viva la costumbre.
Fuente: telam
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