20/09/2025
Ortega y Murillo intensifican la purga en el sandinismo: ex guerrilleros aliados ahora son perseguidos por el régimen nicaragüense

Fuente: telam
La pareja que gobierna el país ha estado deteniendo a antiguos aliados, en un aparente intento de preservar a su familia en el poder
>Lucharon codo a codo con Daniel Ortega en la década de 1970, cuando los sandinistas eran rebeldes que intentaban derrocar una brutal dictadura que había gobernado Nicaragua durante más de cuatro décadas.
Pero ahora muchos de estos leales colaboradores, gente de confianza y cercana a Ortega durante décadas, están acusados de delitos, y en la cárcel o bajo arresto domiciliario.
En un país ya conocido por las detenciones arbitrarias generalizadas y la falta de libertades políticas, las detenciones de antiguos partidarios sandinistas suponen una notable escalada de la ofensiva contra cualquiera que pudiera desafiar la autoridad de la pareja gobernante.
En el último año, Murillo ha aumentado su autoridad mediante cambios constitucionales considerados en general como una toma de poder, una nueva fuerza paramilitar leal al gobierno y el desmantelamiento total del poder judicial, que otorgó a la presidencia más control sobre los tribunales.
Los expertos creen que Murillo está intentando eliminar a cualquier posible rival y allanar el camino para convertirse eventualmente en la única dirigente autoritaria de Nicaragua.Bayardo Arce, quien fuera guerrillero revolucionario y luego asesor económico, era el último de los nueve comandantes sandinistas originales que gobernaron en la década de 1980 que seguía al lado de Ortega. Lo hizo durante más de 50 años, incluso cuando muchos otros dirigentes sandinistas abandonaban el partido, acusando a su dirección de corrupción y autoritarismo. Muchos han sido detenidos o forzados al exilio.
Hoy, incluso el último hombre en pie ha caído.Su sorpresiva detención este verano, según los expertos, demostró que nadie en Nicaragua es inmune al afán de la pareja presidencial por reforzar su ya férreo control del poder.
Su caída, dijeron, se produjo seguramente por orden de Murillo. Tras años de fungir como una primera dama implacablemente trabajadora, se convirtió en vicepresidenta en 2017, y a principios de este año asumió el cargo recién creado de “copresidenta”.Murillo no respondió a una solicitud de comentarios.
Néstor Moncada Lau, asesor de seguridad nacional, a quien se consideraba uno de los principales responsables de la violenta represión de las protestas en 2018, está recluido en la penitenciaría nacional desde el 16 de agosto, tras ser interrogado en torno a una confiscación de propiedades, según Confidencial, periódico nicaragüense que opera desde Costa Rica.En mayo, un general de brigada retirado, Álvaro Baltodano Cantarero, fue condenado a 20 años de prisión por traición a la patria y se ordenó la confiscación de sus bienes. Henry Ruiz, quien al igual que Arce fue uno de los nueve comandantes sandinistas originales, fue puesto bajo arresto domiciliario en marzo. No se dieron a conocer los cargos.Se dijo que Lenin Cerna, ex coronel quien fue jefe de la temida agencia de seguridad del Estado en la década de 1980, había sido detenido, pero anteriormente ya habían surgido rumores sobre su detención y resultaron ser falsos, según informaron los medios de comunicación nicaragüenses.
La campaña parece dirigida a cualquier ex guerrillero respetado por los dirigentes de las fuerzas armadas y por otros miembros veteranos del partido, dijeron los expertos.
“Podría haber un grupo en el ejército que se uniera en torno a él”, dijo. “Nadie se va a aliar con ella”.
Murillo y Ortega se conocieron en la década de 1970, cuando los rebeldes sandinistas libraban una rebelión armada contra los Somoza, una dictadura dinástica de derecha que gobernó Nicaragua durante más de 40 años.
Aun así, cuando Ortega volvió al poder en 2007, ella se convirtió en el verdadero poder detrás de su presidencia. Trabajaba horas interminables y se implicaba en todo tipo de minucias —como servir de vocera del gobierno y repartir títulos de propiedad a los pobres—, lo que provocó fricciones con los veteranos dirigentes del partido leales a Ortega.
“Ella sabe que no tiene la fortaleza política que tiene Daniel para sostenerse en el poder”, dijo Dora María Téllez, ex ministra de Salud sandinista que rompió con el partido hace décadas, fue encarcelada en 2021 y ahora vive exiliada en España.
Se considera que uno de los hijos de la pareja, Laureano, está siendo preparado para suceder a sus padres. Es cantante de ópera, ha sido asesor en inversiones internacionales y desempeña un papel clave en las relaciones del país con China, Rusia e Irán.
Los expertos afirman que la obsesión de Murillo por quién podría suceder a su marido coincide con los rumores que circulan sobre el deterioro de la salud de Ortega. En los últimos meses se le ha visto decaído en sus escasas apariciones públicas, dijo Téllez.
Murillo ha intentado ganar adeptos entre los miembros más jóvenes del partido gobernante, conocido formalmente como Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
© The New York Times 2025.
Fuente: telam
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