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20/09/2025

Thomas Greven, politólogo alemán: “El cortafuegos contra la extrema derecha en Europa ya se ha roto”

Fuente: telam

El referente internacional en análisis de la ultraderecha participa en la Conferencia de la Alianza Progresista de las Américas en Buenos Aires. En diálogo con Infobae comparte su visión sobre el auge global de los movimientos radicales y la posibilidad de revertir su avance

>El politólogo alemán Thomas Greven, referencia internacional en el análisis de la extrema derecha, participa estos días en la Conferencia de la Alianza Progresista de las Américas con una advertencia contundente: los movimientos radicales han cambiado de estrategia y ya no buscan destruir el sistema desde fuera, sino conquistarlo desde dentro. Profesor de ciencias políticas en la Universidad Libre de Berlín y especialista en política estadounidense, co-organiza desde 2002 una red transatlántica para combatir la derecha radical.

La entrevista se produce tras las elecciones locales en Renania del Norte-Westfalia, el estado más poblado de Alemania, donde —¿Cuál es su interpretación de los resultados electorales del domingo en Alemania, donde la AfD triplicó sus votos en Renania del Norte-Westfalia?

—Los resultados no son una sorpresa. El éxito de la Afd es de esperarse porque es parte de una tendencia más amplia en Alemania, pero también a nivel europeo y, en muchos aspectos, global. Vi algunas cosas notables aunque no sorprendentes. Los socialdemócratas están en problemas en algunos de sus bastiones urbanos tradicionales, especialmente en ciudades que sufren económicamente, incluso cuando tienen un alto porcentaje de personas con trasfondo migratorio. En estos tradicionales bastiones socialdemócratas urbanos, la AfD tuvo un desempeño bastante bueno. El éxito de la AfD está poniendo especialmente en problemas a los socialdemócratas, pero también a los demócratas cristianos en las zonas rurales. La AfD gana prácticamente en todas partes, excepto en las áreas urbanas exitosas y económicamente prósperas con alto porcentaje de graduados universitarios.

—En muchos aspectos, los conservadores tradicionales han traído este problema sobre sí mismos. Están jugando con fuego porque a menudo han respondido a la presión de la derecha radical emulando su retórica y copiando algunas de sus políticas. Si haces eso, las personas que ya están hartas del sistema terminarán votando por el original en lugar de la copia. Sin embargo, el hecho de que la derecha radical tenga éxito con estos temas, como la inmigración, debería decirte que efectivamente hay un problema. Suficientes personas están tan descontentas con el statu quo que están dispuestas a votar extremo. Cuando Merz dice “Vamos a hacer grandes reformas”, me temo que no podrá cumplir de manera tan grandiosa como para frenar el avance contra la derecha radical. El dilema es profundo porque temas complejos —como la migración— no siempre admiten soluciones rápidas o simples, pero parte del electorado busca respuestas claras.

—¿Ve el riesgo de que la extrema derecha capture las instituciones europeas?

—Parece paradójico que los nacionalistas cooperen internacionalmente.

—Es contraintuitivo, pero si los nacionalistas trabajan juntos para deshacerse de un sistema que es anti-soberano en sus ojos y establecer un sistema que brinde más espacio para la soberanía, entonces tiene sentido. Es un movimiento político. Lo que pasa cuando tienen éxito es que va a ser un mundo de conflicto, un mundo de fronteras más cerradas porque las instituciones para resolver conflictos pacíficamente habrán sido desmanteladas.

—En mi opinión son al menos cuatro movimientos que se desarrollan en muchos contextos democráticos. Primero, un movimiento contra el cambio demográfico por parte de las poblaciones nativas. Segundo, un movimiento contra el secularismo y la diversidad cultural por parte de los tradicionalistas. El tercero es un movimiento obrero desde la derecha, donde la competencia económica ante el comercio, la automatización y la migración juega el papel más grande. El cuarto es un movimiento de hombres, especialmente jóvenes, que están resistiendo el creciente estatus de las mujeres y las minorías. Desafortunadamente, hay un elemento que une estos movimientos, y es la falta de educación. Todos ellos movilizan en su mayoría personas que no tienen títulos universitarios o de educación superior.

—¿Qué papel juega Elon Musk en estos movimientos?

—¿Cuál es su visión sobre el asesinato de Charlie Kirk?

—Un día antes del asesinato, ya advertí que habría violencia en EEUU, especialmente desde sectores radicales. Aún no está claro quién fue el autor, aunque muchos lo vinculan con la izquierda. Lo cierto es que esto alimentará una espiral de represión. El caso Kirk —sea quien sea el autor— será instrumentalizado. Incluso si no fue un extremista de izquierdas, el clima de polarización seguirá creciendo. Ambos extremos se retroalimentan, y eso puede derivar en más violencia política.

—No tengo la respuesta. El problema más grande es que los movimientos progresistas están a la defensiva, defendiendo el statu quo. Los desafiadores del statu quo pueden oler el éxito, sienten que están cerca de ganar y eso los motiva. Sus ideas pueden ser simplistas y no viables, pero a menudo tienen razón. La democracia liberal pluralista tiene defectos; la globalización tiene defectos, etcétera.. Pero la consecuencia última de que la derecha radical tome el poder no es un mundo mejor, es la autocracia y más conflicto. No vas a despertar en un mundo donde tienes más voz como ciudadano. Terminarás en un mundo dirigido por gente rica y el disenso te llevará a la cárcel.

—¿Es inevitable este auge de la extrema derecha?

Fuente: telam

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