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17/09/2025

Cronología de la reconstrucción del vestuario de Boca Juniors que llevó a cabo Miguel Ángel Russo

Fuente: telam

El entrenador arribó al club para cumplir su tercer ciclo con un claro mandato: depurar el plantel

>Juan Román Riquelme no se tomó a la ligera la designación del entrenador de Boca Juniors una vez que Fernando Gago fue cesanteado y consideró que no correspondía extender el interinato de Mariano Herrón de cara al Mundial de Clubes. Buscó experiencia, buscó confianza, buscó a un hombre que entendiera de qué se trataba el Mundo Boca y, por sobre todas las cosas, un tipo con espalda y cintura para manejar los egos de un vestuario con muchos caudillos que debía ser emprolijado.

En retrospectiva, el plan de Russo estuvo claro desde un inicio. Dar de baja a las voces que tenían peso puertas adentro y podían perjudicar al grupo. De movida, el técnico les dio vía libre a Cristian Lema y Esteban Rolón, quienes ni siquiera fueron incluidos en la lista de buena fe del Mundial de Clubes. El defensor, con contrato hasta fin de año, había sorteado algunas lesiones que lo alejaron de las canchas a fines de 2024 cuando todavía Gago era el DT. Al Colo, a quien Russo lo había solicitado cuando todavía estaba en el Ciclón, lo descartó por manejar mejores opciones en el Xeneize.

A la espera del arribo de Leandro Paredes, avisado de su inminente aparición, Russo se arregló con las opciones disponibles en el certamen en Estados Unidos y sumó a dos de los refuerzos que pidió: Malcom Braida y Marco Pellegrino. El primero, una alternativa conocida de su paso por el Ciclón. El segundo, un mensaje indirecto a uno de los referentes que más temprano que tarde terminaría despidiéndose: Marcos Rojo. Con el fichaje del ex Platense, Milan y Huracán, Russo le señaló la puerta de salida a Rojo, quien fue elogioso con Gago y admitió que había tenido una discusión acalorada con Herrón, reveló que antes del Mundial de Clubes encaró a Riquelme para preguntarle si había algún inconveniente con su presencia en el plantel y que la respuesta de Román fue negativa. En el interín, Russo fue designado como entrenador y al hoy defensor de Racing lo subieron al avión fundamentalmente porque Ayrton Costa todavía no había recibido la VISA para viajar a Estados Unidos. Con Pellegrino entre algodones por una lesión que arrastraba antes de firmar su contrato, Russo probó a Rojo en el equipo titular las prácticas previas al debut ante Benfica. Sin embargo, Costa finalmente voló a territorio norteamericano y el DT lo mandó a la cancha. Ahí todo explotó.

A la espera de un milagro para clasificarse a octavos de final y con todos los centrales zurdos entre algodones, Russo volvió a consultarle a Rojo si estaba para jugar. El futbolista contó su versión: >Antes del adiós definitivo, Rojo fue separado del plantel profesional junto a Lema, con quien mantenía una estrecha relación personal, y Marcelo Saracchi, castigado por la dirigencia después de su insistencia para abandonar el club en este mercado de pases. El lateral izquierdo quedó relegado y pasó a entrenarse de forma diferenciada con los otros dos. Ya no compartieron prácticas ni vestuario con sus compañeros. Rojo terminó en Avellaneda y blanqueó que ni siquiera llegó a despedirse de Juan Román Riquelme. El uruguayo, que estuvo a punto de pasar a préstamo a Independiente, terminó cedido en el Celtic de Escocia. El único que quedó marginado fue Lema, quien se marchará de la institución a fin de año.

Barinaga también dio cuenta de algo que quedó a la vista en cancha y al mismo tiempo en la ascendencia de grupo: el liderazgo que ejerció Leandro Paredes desde su arribo. “Vino con mentalidad de unión y fortalecer al grupo, algo que ayudó muchísimo. Esa parte era la que nos faltaba y él la incorporó. Te da consejos que a veces necesitás escuchar y, que te lo diga él, pega más fuerte. Si te lo dice es por algo. Le prestás atención. A mí me ayudó mucho. Cuando lo escuchás, te quedás con algo siempre”.

El campeón del mundo es lo que se dice un capitán sin cinta. El brazalete lo porta el criticado Edinson Cavani, de quien puertas adentro reafirman constantemente lo ejemplar de su trabajo. Pero el potencial capitán de Boca es Leandro Paredes, que llegó para hacerse dueño de la mitad de la cancha, el equipo y el vestuario siendo la voz cantante en el campo.

Fuente: telam

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