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10/09/2025

El desesperado pedido para salvar al primer santuario interespecie del país donde conviven más de 850 animales: “Temo por el futuro”

Fuente: telam

“Ya no puedo sola y temo por el futuro del Santuario”, dice Gabriela Bezeric, presidenta y fundadora del espacio ubicado en el oeste de Buenos Aires donde conviven toros, vacas, caballos, carpinchos, perros, gatos y gallinas, entre otras especies

>Pasaron más de 30 años de trabajo y Gabriela Bezeric se siente cansada. No de cuidar de sus animales, sino de verse sola en esta epopeya diaria. Dedicó las últimas décadas de su vida a un sueño imposible: salvar la vida de cientos de animales del abandono, del maltrato y del descarte, para darles una segunda oportunidad en un lugar seguro, digno y libre de explotación. Así nació El Paraíso de los Animales, un santuario único en su tipo, que hoy alberga a más de 850 animales entre caballos, vacas, chanchos, cabras, ovejas, gallinas y otros sobrevivientes del sistema de producción intensiva.

Con 72 años y una vida entera entregada al rescate y cuidado de animales, Gabriela enfrenta una realidad difícil: “Ya no puedo sola y temo por el futuro del Santuario”, lamenta. La logística diaria es abrumadora. Se necesitan cinco millones de pesos mensuales solo para alimentar a todos los animales. A eso se suman gastos veterinarios, mantenimiento, infraestructura, atención permanente y de las pocas personas que trabajan allí. Desde siempre, la ayuda recibida es gracias a las donaciones y el trabajo de los voluntarios.

El Paraíso de los Animales no es un refugio común. Es un espacio de recuperación y sanación para seres que vivieron el infierno: vacas descartadas de la industria lechera, caballos explotados hasta el agotamiento en la tracción a sangre, cerdos rescatados de criaderos industriales, aves deformadas por las condiciones de cría. En el Santuario encuentran algo que jamás conocieron: libertad, tierra, afecto, aire y respeto.

Gabriela llama a cada uno por su nombre y ellos lo reconocen (y reconocen su voz). Ella sabe sus historias, interpreta sus miradas. Son su familia. Pero hoy necesita un poco más de ayuda para garantizar que ese paraíso no muera con ella. “Siempre esperanzada de que exista alguien que quiera seguir ayudando a salvar vidas... Los santuarios o refugios somos la única esperanza para los rescatados. Si realmente querés ayudar a los animales de granja, hay que apostar a los santuarios, ya que es el único lugar donde podemos ponerlos a salvo”, afirma.

Este santuario encarna un modelo alternativo de convivencia, compasión y justicia con los más vulnerables. Y detrás de cada rescate hay una historia que merece continuar.

El Paraíso de los Animales no solo es el hogar de más de 850 animales rescatados. También es el primer santuario interespecies de la Argentina, con una historia que comenzó mucho antes de que existiera una palabra para nombrar lo que hacían.

La necesidad de más espacio las llevó a mudarse a San Miguel, pero en los años de la Circular 1050 —aquella medida económica que dejó a miles de familias sin vivienda— perdieron la propiedad. A pesar del golpe económico y emocional, nunca abandonaron a los animales. Con una hipoteca a cuestas, compraron el predio actual, en General Rodríguez (no se brinda dirección para preservar a los habitantes), donde continuaron con las campañas de adopción, hasta que una dolorosa realidad las obligó a cambiar de enfoque: muchos de los animales adoptados volvían a ser abandonados. Desde entonces, tomaron una decisión definitiva: cada animal que entrara al Santuario se quedaría allí hasta el final de su vida.

El punto de inflexión en la vida de las hermanas y del lugar fue Coco, un caballo maltratado por la tracción a sangre, que llegó al ya santuario tras una vida de abuso extremo. La brutal paliza final que recibió le dejó secuelas irreversibles. Coco no sobrevivió. Pero su historia marcó un antes y un después: Gabriela prometió que ningún animal víctima de la explotación humana quedaría desamparado nunca más. Desde entonces, el Santuario abrió sus puertas también a vacas, más caballos, chanchos, cabras, aves, ovejas y todo ser que necesitara refugio, sin distinción de especie.

En 1995, El Paraíso se constituyó formalmente como asociación civil. Desde entonces, el Santuario se dedica al rescate, rehabilitación y bienestar animal de forma ininterrumpida, a pesar de las múltiples dificultades económicas y la falta de apoyo institucional. “Sobrevivimos con mínimas donaciones y mucho esfuerzo”, explica Gabriela.

Sin embargo, siguen sin poder acceder a los beneficios fiscales que tienen otras organizaciones. Por “trabas burocráticas y por ser una asociación de protección animal —no ambiental ni humana—”, no pueden inscribirse en el régimen que permite que las donaciones sean deducidas del Impuesto a las Ganancias. Esto limita enormemente su posibilidad de financiamiento.

*Para colaborar con El Paraíso: Banco Francés, CBU 0170191920000000753199 / Alias: DONA.PARAISO.ANIMAL / Mercado pago: CVU: 0000003100057971797194 / Alias: elparaiso.org / Paypal: https://Paypal.me/elparaisoanimal [email protected] / Web: https://elparaisoanimal.org / Instagram: @elparaisoanimaloficial, Facebook: https://www.facebook.com/paraisodelosanimales; e-mail: [email protected]

Fuente: telam

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