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09/09/2025

La historia jamás contada del histórico gol de Pipino Cuevas a Racing que le permitió a River consagrarse campeón: el rol clave de su madre

Fuente: telam

El ex delantero paraguayo recordó sus días en el Monumental. Su compleja adaptación, la importancia de la música para conquistar al plantel y el giro que dio su vida luego del grito ante la Academia en el Clausura del 2002

>Ella estaba segura del diamante que había cobijado durante los últimos 18 años. No se trataba simplemente de su hijo, sino del futbolista que la hacía emocionar cada vez que se presentaba en Tembetary. Por esa razón, no lo dudó. Tomó sus llaves, agarró la cartera y encaró hacia el Monumental con la intención de tener un encuentro con el que por ese entonces se desempeñaba como presidente de River Plate.

Soy Nidia Concepción Amarilla de Cuevas, casada, con tres hijos y vengo a hablar con el presidente de River— dijo con autoridad.

No me estás entendiendo. Yo necesito hablar con el presidente; y si no me atiende hoy, no tengo ningún problema en quedarme a dormir aquí— insistió la invasora desconocida.

Doctor, disculpe que lo moleste; pero aquí hay una señora paraguaya que quiere hablar con usted. Le expliqué que necesita pedir una audiencia, pero no quiere entrar en razón— le comentó la secretaria a Davicce.

Tras recibir la negativa del máximo responsable del Millonario, la madre de Pipino aguardó con perseverancia y paciencia sentada en la sala de espera. Pasaron más de cinco horas hasta que el directivo se volvió a comunicar con su secretaria.

Sí; dice que si no lo atiende, no piensa retirarse— le respondió la empleada.

Bueno; estoy yendo para allá. Cuando llegue, decile que pase a mi oficina. No sé qué buscará— resolvió Davicce antes de terminar la breve llamada.

Si algo de surrealismo le faltaba a la escena, era la musicalización en vivo del hit que popularizó Julio Iglesias, interpretada con la tonada guaraní.

Para esas alturas, Alfredo Davicce ya se mostraba resignado por la jornada atípica que había atravesado y atinó a responder con un aplauso.

¡Vengo a pedirle que compre a mi hijo! ¡Y tiene que ser ahora!— respondió la mujer, sin ocultar su potente carácter.

¿Y quién es su hijo?— le retrucó el dirigente, todavía atónito por lo que estaba sucediendo.

Fue entonces cuando Davicce interrumpió el diálogo para llamar a Ramón Díaz, quien dirigía a River en esos años. Fue otra conversación breve, que le permitió evadir cualquier presunta estafa que podría surgir de aquel encuentro con la desconocida paraguaya.

Ramón, ¿cómo estás? ¿Sabés algo de un chico de Paraguay llamado Cuevas?— le consultó el presidente al DT.

Tras una afectuosa despedida, Alfredo Davicce terminó la llamada y se dirigió hacia la persona que tenía frente a sus ojos. “Señora, vamos a hacer negocios. Su hijo es muy interesante”, le soltó...

La principal razón por la que Pipino Cuevas llegó a River fue por la insistencia de su madre. Sin embargo, sus inicios en el Millonario no fueron los deseados. “No tengo el mejor recuerdo de la primera vez que llegué al Monumental, porque Ramón Díaz me pidió que diera unas palabras de bienvenida y sentí mucho temor. Con mi tonada paraguaya, me sentí un poco incómodo, porque varios compañeros se empezaron a reír de mí“, reveló el extremo oriundo de Asunción en diálogo con Infobae.

Señores, me quiero presentar ante todos ustedes. Soy un humilde servidor de todos mis hermanos argentinos y les quiero dedicar esta hermosa samba >Yo quisiera olvidarte, me es imposible mi bien, mi bien. Tu imagen me persigue, tuya es mi vida mi amor también...

“Al comienzo nadie me hablaba y se reían de mi tonada paraguaya. Uno era un poco timorato y me costaba expresarme, porque eran mis primeras experiencias en el exterior. Después fui aprendiendo y logré comunicarme con más elocuencia y más claridad; pero con la guitarra me metí en el bolsillo a todos mis compañeros”, recordó.

Nelson Cuevas vistió la camiseta de La Banda durante seis años. En el transcurso de su estancia, logró cinco títulos domésticos; pero uno de los episodios que quedaron registrados en la memoria de los hinchas, fue su histórico gol a Racing que sirvió para conquistar el Clausura del 2002.

¿Por que no jugás el domingo?— era la pregunta frecuente que le hacía su madre a Pipino.

No entiendo por qué no te pone. Un día de estos voy a ir a verlo al Monumental— siempre le decía la mamá, cansada de ver al delantero fuera de la convocatoria del entrenador.

En aquella época, algunos entrenamientos se desarrollaban en el club. Y cuando el personal de seguridad observó llegar a la señora (ya la conocían por su temperamento), la dejaron pasar porque creían que se trataba de una visita hacia el futbolista.

Entre risas y humoradas, los cronistas televisivos que estaban en vivo cubriendo los trabajos del Millonario comenzaron a entrevistarla. Y Nidia se dirigió a las cámaras para enviarle su mensaje al entrenador: “¡Ramón! ¡Ponga a mi hijo! Hágame caso, que no lo va a defraudar“...

El clásico fue duro. Racing mantenía la base del campeón del 2001 y quería amargarle el título a River. Además, Gimnasia era el otro candidato y la amistad entre el Lobo y la Academia aportaba una dosis de morbo en el encuentro.

“Yo soy un bendecido. Debe ser porque soy muy creyente. Cuando me paré en la barrera, le pedí a Dios que la pelota rebotara contra uno de nosotros; y cuando vi que me escuchó, empecé a correr porque sabía de lo que era capaz”, recordó el autor de la conquista.

Ese gol fue inédito. Pasa muy pocas veces en el fútbol. Las oportunidades hay que esperarlas y a mí ese gol me cambió la carrera. A partir de ese gol, pude ganar mucho dinero en mi carrera, porque después me transfirieron a China, tuve la chance de ir al Mundial y me gané la camioneta que Ramón había sorteado en el plantel. Fue un episodio que me catapultó para el éxito”, analizó el paraguayo para este medio.

Recientemente, Pipino Cuevas volvió al Monumental para afrontar el partido de Leyendas contra el Barcelona y, para su sorpresa, en las tribunas había chicos de 8 o 10 años que le gritaban “¡Por Dios hacelo Cuevas! ¡Hacelo y me muero!“, en referencia al recordado relato de Costa Febre. “Hay gente que me reconoce sin haberme visto jugar. Eso me hace sentir vivo”, sostuvo.

Fuente: telam

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