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06/09/2025

Es argentino, fabricó más de mil autos de carrera, hizo los de la serie de Senna y con 87 años sigue trabajando: “Soy un patriota”

Fuente: telam

Tulio Crespi armó su propio monoposto y ganó en su primera carrera. De un hobby con amigos a sorprender en Europa y ser uno de los constructores más importantes del país. Una vida dedicada al automovilismo

>A sus 87 años, Tulio Crespi sigue metiendo mano a las herramientas y trabajando en su fábrica de autos ubicada en Balcarce, la tierra de Juan Manuel Fangio. El mismo lugar de donde salieron más de 1.000 monopostos según afirma el constructor que es una leyenda viva del automovilismo argentino. Por su capacidad podría haberse instalado en Europa y competirle mano a mano a las grandes marcas, como hace medio siglo cuando su Todo comenzó el día que construyó su propio auto de carrera y, si bien despuntó el vicio como piloto, encontró su lugar debajo de los autos. Su pasión lo llevó a construir. “Yo tendría veinte años, compro un NSU, un autito que en aquella época corría Esos inicios fueron todo a pulmón y cuenta que “fui un tipo que siempre miré, acompañaba a mi viejo a las obras, enderezaba clavos. Mi viejo tenía una empresa de construcción y yo le engrasaba las máquinas. También, me gustaba mucho la aviación y miraba los aviones. Copiar es llenar la computadora, que es la cabeza. A los 15 años ya me había hecho el carrito de rulemanes. Tenía dirección, frenos y lo usaba en la placita Serrano, ahí en Palermo”. Los monopostos fueron su especialidad y destaca que “en esa época no había ningún Fórmula, no había nada, no existían las rótulas, no existían las llantas de aluminio, no existían los frenos a disco, no existían en el país y en el mundo tampoco”.

Mientras se consolidó como constructor de autos de Fórmula, llegó el hito del Salón de París de 1975, con la célebre Tulia. Subió dos ejemplares en un Hércules, se fue a Francia a ver qué podía pasar y fue la gran atracción de la muestra ante las marcas más grandes del mundo. “Yo tenía un tapicero que trabajaba en la Fuerza Aérea y él me hace el contacto con un Comandante. Ellos transportaban en un Hércules turbinas de Aerolíneas Argentinas a Inglaterra. Llevamos los dos autos con las turbinas ahí adentro. Ya en la exposición, las Tulia estaban al lado de los Lotus y los De Tomaso. Estaban todas las fábricas automotrices y yo me preguntaba ‘¿qué hago yo ahí?’”, relata. “Renault presentaba como novedad un 4L. Al segundo día me quería volver, pero la Tulieta sorprendió a todos. Un día apareció el propio Enzo Ferrari y me dio tres manchones para un F1MA que estábamos haciendo para Rafaela, para Carlos Marincovich. Los manchones eran como las crucetas para ruedas traseras. Nosotros usábamos manchones de goma y la F1 tenía unos grandotes. Fangio también me dio una gran mano y el día que apareció pusieron alfombra roja como si fuese una estrella de Hollywood. Era una mezcla de Messi y Maradona juntos. Su presencia atrajo gente y a medida que corrieron los días el público comenzó a acercarse y nos preguntaron de dónde veníamos y cuánto salían los autos”.

Si figura creció y por medio de Fangio dejó su taller en el barrio porteño de la Chacarita y se instaló en Balcarce a comienzos de los años ochenta. Fue luego de una decepción, pero con su espíritu trabajador y de lucha se rehizo. “Cuando vuelvo de París me llaman de Renault y querían que lleve la Tulieta porque querían que fuese el Alpine 2 de Renault. Fangio se entera y me dice, ‘¿por qué no ponés la fábrica en Balcarce?’ Ahí apareció Martínez de Hoz que promovió traer cosas de afuera y ahí cambió el presidente de Renault y el proyecto quedó en la nada. Pero seguí con lo de la fábrica y pude terminarla a los ponchazos. Gracias a Dios me instalé en Balcarce que es un lugar hermoso y tranquilo”.

Si bien la Fórmula Renault dejó de existir con su denominación histórica, hoy los monoplazas de Crespi siguen corriendo en diversas categorías promocionales como la Fórmula 3 Metropolitana, la Fórmula Renault Plus, la Fórmula Nacional, entre otras. Desde hace unos años, cuando la Asociación Corredores Turismo Carretera (ACTC) “rescató” los coches de Crespi que habían perdido su lugar en la Fórmula Renault, la F3 Metropolitana mantiene el espíritu de la extinta categoría nacional que en algún momento también se llamó Fórmula Junior y luego Fórmula 4. “La Fórmula 3 Metropolitana tiene casi 40 autos para largar. Eso no pasa en cualquier otra categoría de ese tipo en el mundo. Por eso los italianos se ponen locos cuando escuchan que largan tantos acá”, subraya.

Tulio, además, hizo monoplazas para la Fórmula 2 Nacional, la F1 Mecánica Argentina, la Fórmula 2 Codasur y la Fórmula 3 Sudamericana. Sobre por qué el monoposto perdió su lugar en nuestro país, responde que “no sé qué pasó… Se hicieron autos caros, no sé... Pero recuerdo que en las revistas había tres o cuatro páginas sobre los monopostos o eran nota de tapa en CORSA. Pero, hoy, sí, el monoposto perdió eso”.

Afirma que fabricó “más de 1.000 autos de carrera en 62 años” y que “todos los autos que armamos ganaron en todas las categorías”. Hoy se lo puede ver en su fábrica metiendo mano y trabajando como un operario más. Sobre cuál es el secreto para seguir adelante a su edad, sostiene que “vivo la vida. Trabajar y hacer lo que a uno le gusta hacer. En mi vida me la pasé laburando. Fangio decía ‘nunca te creas el mejor, sino hay que tratar de ser el mejor’. Así que bueno, por eso estoy trabajando para ver si llego a ser el mejor (risas)”.

Volvió a trascender a nivel mundial con los autos que hizo para la serie de Senna en Netflix, que son réplicas exactas. Ese desafío tuvo el valor agregado de haberlo hecho con sus hijos. “Junté a toda mi familia y mis hijos fueron claves: Luciano (ex piloto) vino desde Suiza ya que estaba con el equipo Jenzer de Fórmula 3. También Matías, que estaba en Brasil y Sandro se sumó después de la pandemia. El día que vino el productor a la fábrica lloró en la puerta porque se encontró con semejante fábrica. Los autos los comenzamos a diseñar gracias a la tecnología y con fotos fuimos haciendo los moldes. Después se lijaron, masillaron y usando la teoría de los chasis míos armamos lo de estos coches de F1 y les pusimos la carrocería. Recuerdo que cuando los íbamos armando temíamos alguna diferencia de 5 o 6 centímetros sobre los originales, pero los fuimos corrigiendo. Cuando le terminaron poniéndole cinco cámaras arriba del auto ahí confirmamos que la diferencia debía ser cero”.

Ama al país y sentencia que “yo soy patriota argentino. Pero no solo por el automovilismo, si no por mi país que es lo más grande que hay. No quiero que nadie me hable mal de mi país. Eso es lo mismo que reniegues de tu casa. Si vos renegás, andate, alquilá un departamento, andá a vivir a otro lado, pero no te quedes en tu casa. No podés renegar contra tus padres, contra San Martín, contra todos los que lucharon para que tengas tu casa. Andá y juntá la plata afuera y volvé, pero no al revés, de hacer la plata acá e invertirla afuera. Odio cuando dicen que este es un país bananero”.

Crespi un argentino de pura cepa. A lo largo de su vida se convirtió en un emprendedor motorizado por su pasión por los autos de carrera. Este fin de semana uno de sus coches que reproduce a un McLaren MP/5 de Ayrton Senna será una de las atracciones en el Minardi Day, que es un evento en homenaje al extinto equipo de Fórmula 1 en el Autódromo Enzo y Dino Ferrari de Imola. Allí estará Tulio, quien 50 años después de aquel Salón de París volverá a tener el reconocimiento internacional.

Fuente: telam

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