02/09/2025
404 kilómetros en diez días: la propuesta de un candidato a concejal que planea recorrer todo Mar del Plata a pie

Fuente: telam
El empresario se postula para concejal de La Feliz por la lista 1003 del partido vecinal Construyendo Porvenir. Ya sumó 231 kilómetros y su objetivo es llegar a 404
>Marcelo González se propone caminar cada una de las cuadras de Mar del Plata en diez días, decidido a reconstruir a pie lo que otros prometen desde escritorios. El gesto audaz del candidato a concejal, casi quijotesco, se da en tiempos donde la política suele preferir el trayecto corto de la campaña digital y el mensaje pulido a la intemperie de la calle.
El candidato ajusta los cordones de sus zapatillas en la esquina del bar Tío Curzio, sobre la playa Varese y respira el aire de la costa. Lo acompaña un grupo pequeño. La consigna es simple y monumental. González caminará 404 kilómetros durante diez días y no dormirá dos veces en el mismo lugar.
La hoja de ruta serpentea desde Camet hasta Colinas de Peralta Ramos, bordea fábricas adormecidas en la Ruta 88 y recala en plazas que son, en sí mismas, crónicas del desvelo barrial. El empresario y candidato asume que caminar es una forma de inventario. “A mí me dijeron que tenía que caminar la ciudad y escuchar a los vecinos, así que voy a recorrer a pie cada cuadra de Mar del Plata”, anuncia antes de que el primer rayo de sol cale los huesos de la costa.“Volver a poner el cuerpo en la política, caminar donde está la gente y reconstruir desde abajo”, sostiene González con un énfasis que no admite muchas réplicas. Y cada noche, como si recreara una antigua tradición republicana perdida, dormirá en la casa de un vecino, en la cama ofrecida con la calidez y desorden propios de un hogar auténtico, sin antesala ni hoja de protocolo.González calcula, según el detalle del cronograma, que deberá recorrer un promedio de 40 kilómetros diarios para completar el desafío. En Las Dalias, Fany —referente social y madre— abrió su casa sin exigencias.
Una sopa paraguaya humeante sobre la mesa y pan recién horneado recibieron a los caminantes. González sonrió con complicidad y agradecimiento: “Fany, ¿cómo hace uno para no rendirse?“. ”Tengo cuatro hijos y ningún lujo. Pero tengo vecinos que no me dejan caer >Las risas cubrieron, apenas, la resignación de saber que la fuerza barrial reemplaza antiguos respaldos que la ciudad ya no garantiza. Por la tarde, el itinerario lo condujo hasta la plaza de Constitución, donde un partido de básquet improvisado se convierte en símbolo de la campaña. No hay cámaras de TV, apenas celulares que transmiten en vivo para las redes sociales. La tarde se apagó entre mates y charlas. Un hombre le preguntó, sin rodeos, por opciones laborales. González bajó la mirada unos segundos y replica: “No hay soluciones mágicas. Hay trabajo y compromiso. Y se empieza así, con una charla, con un reclamo. Yo no tengo milagros, pero si camino la ciudad es porque todavía creo que el esfuerzo puede mover las cosas”. El vecino asintió.Cada noche, la hospitalidad se transformó en ritual. El equipo de campaña habilitó un canal de WhatsApp para que los vecinos ofrecieran alojamiento. Las invitaciones llegaron de a docenas, algunas acompañadas de historias mínimas: “Soy Juan, tengo mi taller sobre la Avenida Luro, puedo recibirlos”; “La abuela Eusebia tiene una cama libre en Libertad”; “En nuestro comedor siempre hay sopa caliente”.“Dormir en casas de vecinos es una manera de conocer sus realidades sin filtros”, afirmó antes de apagar la luz que parpadeaba sobre el fogón. El peso de la reconstrucción. En el corazón simbólico de la campaña, la topadora cobra un valor distinto al que suele concederle la política. Lejos de amenaza, se convirtió en promesa de reconstrucción: levantar en vez de arrasar, allanar el camino y empujar lo frenado. González no esquivó el símbolo; lo exhibió y lo explica: “La topadora no viene a arrasar, viene a levantar lo que está caído —aclara, una y otra vez—. Es una herramienta de trabajo, no de destrozo. Así como el teatro Tronador volvió a florecer, queremos que Mar del Plata también lo haga >El teatro Tronador, que el mismo González compró y restauró, hoy alberga de manera gratuita la escuela de música y ballet. Esa transformación —del abandono al escenario— se instala como metáfora del plan para la ciudad. “Así como renovamos el Tronador, vamos a darle vida a Mar del Plata desde adentro”, repite durante las cenas con los vecinos.Durante el trayecto, cámaras y celulares registraron cada tramo. Las redes sociales de Construyendo Porvenir se alimentan con imágenes, videos y testimonios enviados a diario.
“Esta ciudad me adoptó y me dio todo. Ahora quiero devolverle lo que recibí, caminando cada cuadra, escuchando cada voz y construyendo juntos el porvenir que merecemos”, escribe González en uno de los posteos más compartidos.La suma de kilómetros incluyó a cada paso una charla, un inventario de necesidades: desde el puerto hasta Lomas del Golf, de Serena a Nuevo Golf, la lista de reclamos crece pero también, a ratos, la complicidad. González también escuchó reclamos concretos: “Lo que más me dicen es que no hay seguridad, que los chicos no tienen clases, que el transporte no alcanza, que no hay médicos en los barrios. Y que falta trabajo. Todo eso lo estoy anotando”, enumera.
Los cinco ejes de su campaña —educación, trabajo, salud, cultura y seguridad— aparecen en cada conversación. “No vine a prometer nada, hablo con hechos concretos. Yo también vendí arriba de los colectivos, sé lo que es esforzarse y salir adelante. El Estado somos todos, y todos tenemos una cuota de responsabilidad en esta realidad”, afirmó.
Fuente: telam
Compartir
Comentarios
Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!