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20/08/2025

La trascendencia de Hugo Pratt, el genio italiano-porteño creador de ‘Corto Maltés’

Fuente: telam

Se cumplen 30 años de la muerte del autor que vivió dos décadas en Buenos Aires y que revolucionó la narrativa gráfica con su famoso personaje errante, parte de una obra que trasciende culturas y generaciones

>“Pratt nunca fue en busca del éxito, solo le interesaba contar sus historias porque él era realmente la historia”. Con esta frase, el ilustrador Milo Manara sintetizó la esencia de Hugo Pratt, el creador de Corto Maltés, al cumplirse 30 años de su muerte. La declaración, recogida por el Corriere del Véneto, no solo revela la personalidad del artista, sino que también ilumina el impacto de su obra: un legado que trascendió el cómic para instalarse en la alta literatura y en la cultura popular global.

La relación entre autor y personaje es tan estrecha que la cronología de Corto parece un espejo de la biografía de Hugo Pratt. Nacido en Rimini -la misma ciudad costera de Federico Fellini- en 1927, pero criado en Venecia, creció en un entorno familiar de orígenes múltiples: abuelo inglés, abuela turca, madre judía sefardí emigrada de España. Esta diversidad cultural marcó su visión del mundo y su obra. A los 10 años, viajó a África con su familia, donde su padre, oficial del ejército colonial italiano en Abisinia (actual Etiopía), fue capturado por los británicos y nunca regresó. Antes de morir, le dejó a su hijo un ejemplar de La isla del tesoro de Stevenson con una dedicatoria: “Verás que un día tú también encontrarás tu isla del tesoro”.

Durante casi dos décadas en Argentina, Pratt vivió una etapa de intensa creatividad. Produjo historietas como Ray Kilt, El Sargento Kirk, La Legión Extranjera, Ernie Pike, Lord Crack, Wheeling, Capitán Cormorant, Ann y Dan, Ticonderoga, y se consolidó como un dibujante de referencia. Además de su labor como docente en la Escuela Panamericana de Arte de Buenos Aires, exploró otras facetas: expuso pinturas, actuó en fotonovelas, cazó jabalíes y pumas, cantó en trenes y tocó en locales nocturnos para subsistir. Aunque en ese periodo no abordó temáticas argentinas en sus cómics, absorbió la cultura local, que más tarde se reflejaría en obras como Y todo a media luz y El Gaucho.

El regreso de Hugo Pratt a Italia en 1963 marcó el inicio de su consagración internacional. En 1967, junto al editor Florenzo Ivaldi, lanzó la revista Sgt. Kirk, donde debutó la historia La balada del mar salado y, con ella, el personaje de Corto Maltés. El éxito fue inmediato y rotundo: la publicación se convirtió en un fenómeno mundial, y Corto pasó a ser un héroe de masas, con millones de ejemplares vendidos. La notoriedad llevó a Pratt a París, donde publicó en la revista PIF y consolidó su estatus como uno de los grandes del cómic europeo.

Durante más de 25 años, Hugo Pratt llevó a Corto Maltés por los rincones más remotos del planeta, hasta la última aventura en Mü, la ciudad perdida. La creatividad de Pratt no se limitó al cómic: su estilo inconfundible dejó huella en la publicidad —desde coches de Fórmula 1 hasta mochilas de la marca Invicta—, en carteles de películas y en portadas de discos de artistas como Paolo Conte, Sergio Endrigo, Kadja Nin, Lio y Sylvie Courvoiseur.

La muerte de Hugo Pratt en Lausana (Suiza), el 20 de agosto en 1995, no significó el final de Corto Maltés. Aunque Manara confesó que nunca aceptó la invitación para continuar las historias del personaje —“Ciertamente nunca dibujaré a Corto Maltés”—, la saga siguió viva gracias a los autores españoles Juan Díaz Canales (guion) y Rubén Pellejero (dibujo), responsables de los álbumes Bajo el sol de medianoche, Equatoria y El día de Tarowean.

[Fotos e ilustraciones: Palazzo delle Papesse;CONG S.A.]

Fuente: telam

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