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09/08/2025

La Tierra se derrite: una misión científica al Ártico fue a buscar nieve y se encontró con flores

Fuente: telam

Una expedición científica al archipiélago Svalbard, situado en el mar Glacial Ártico, al norte de Noruega, alarmó a los expertos en pleno invierno boreal por hallar tundra y lagos en lugar de un paisaje congelado y temperaturas bajo cero. Expertos explican los efectos del calentamiento global

>El Lo que encontraron no solo trastocó sus planes de investigación, sino que puso en evidencia la velocidad y magnitud del cambio climático en la región.

“Svalbard se ubica en la vanguardia de la crisis climática, con un calentamiento de seis a siete veces superior al promedio global. Las temperaturas invernales allí aumentan casi el doble de lo que crecen las medias anuales, rompiendo el patrón histórico de inviernos intensamente fríos”, describen los científicos del equipo que Estar en charcos de agua en la entrada del glaciar, o en la tundra desnuda y verde, fue impactante y surrealista”, relató James A. Bradley, profesor de Ciencias Ambientales en la Universidad Queen Mary de Londres y uno de los investigadores presentes.

En cuestión de días, la espesa capa de nieve que cubría el paisaje desapareció. Los científicos, equipados para el frío extremo con gruesas capas térmicas, guantes y gruesas camperas de plumones aislantes, terminaron trabajando bajo la lluvia y con las manos descubiertas en pleno glaciar.

Este cambio abrupto no fue solo un inconveniente logístico; alteró de forma directa los objetivos del viaje. Laura Molares Moncayo, doctora en ciencias y coautora del estudio, explicó que el plan original era recolectar nieve fresca para establecer una línea de base representativa de los procesos invernales.

“Durante un período de dos semanas, solo pudimos recolectar nieve fresca una vez, ya que la mayor parte de la precipitación cayó en forma de lluvia”, señaló la experta estudiante de doctorado en Queen Mary y el Museo de Historia Natural, y coautora del estudio.

La falta de nevadas en pleno invierno, sumada a temperaturas superiores a 0 °C, no solo dificulta el trabajo científico, sino que transforma el entorno físico y la dinámica de los ecosistemas locales.

Los investigadores observaron lagos temporales formados por agua de deshielo sobre suelo congelado, extensas áreas sin capa nival y un aumento repentino de actividad biológica. Bradley describió cómo el equipo que había preparado parecía una reliquia de otro clima, un símbolo involuntario de cómo la realidad está superando las proyecciones.

Como tal, en los últimos 40 años, los eventos de lluvia sobre nieve han aumentado significativamente, y se proyecta que la lluvia se convierta en la forma dominante de precipitación en el Ártico para fines de este siglo”, describieron los científicos.

Y describieron que este año, las temperaturas del aire en invierno en el Ártico estuvieron entre las más cálidas jamás registrada. En Ny-Ålesund, el asentamiento permanente más septentrional del mundo, situado en el noroeste de Svalbard y aproximadamente a 1200 km del Polo Norte, la temperatura media del aire en febrero de 2025 fue de -3,3 °C, considerablemente más alta que la media de 1961-2001 para esta época del año de -15 °C, y alcanzó un máximo de 4,7 °C.

Estos eventos se insertan en un patrón que ya no es raro, sino recurrente: el calentamiento invernal en el Ártico está dejando de ser la excepción para convertirse en una característica estable de un sistema climático profundamente alterado.

En diálogo con Infobae, Diego Araneo, investigador en ciencias de la atmósfera del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), del Conicet en Mendoza, explicó: “Efectivamente, las regiones adyacentes al polo norte son las que registran las mayores tendencias de calentamiento desde hace décadas y las que los modelos de previsión climática señalan con mayores anomalías positivas de temperatura”.

Y añadió: “Lo que hoy se observa en el Ártico es lo que se preveía desde hace muchos años en base a escenarios de emisión de gases de efecto invernadero como los actuales. También los estudios han alertado sobre umbrales o puntos de no retorno, que son niveles de calentamiento que sí son alcanzados y sobrepasados, será imposible que el sistema climático retorne a las condiciones previas, debido a que entraría en un nuevo régimen de equilibrio, es decir, no podría volverse a los climas que conocíamos aún si las emisiones se anularan por completo”.

Adrián Silva Busso, doctor en geología e investigador especializado en Hidrogeología aclaró a Infobae que hay dos enfoques en esta noticia. “Por un lado el del calentamiento global con una vinculación antrópica, y por el otro el de la variabilidad climática, que es un fenómeno conocido a través de la historia geológica. Yo soy de los que están persuadidos de que el calentamiento global no solo se debe a causas antrópicas y creo que hay una variabilidad climática que va pasando por ciclos a veces un poco más cálidos y a veces un poco más fríos. Y pienso que la intervención del hombre en ese calentamiento o enfriamiento, si fuera el caso, no me queda claramente definida ni claramente demostrada”, sostuvo Silva Busso.

En principio no asumo la premisa fundamental que la Tierra se calienta por culpa de los seres humanos. Hay evidencia geológica de que la Tierra ha estado en periodos de mayor temperatura, más benignos, como se suele decir, y que los seres humanos prácticamente no tenían manera de interactuar climáticamente”, agregó.

El episodio de Svalbard no es un caso aislado, sino parte de un panorama global de pérdida acelerada de hielo. En cinco de los últimos seis años, los glaciares del planeta experimentaron el retroceso más rápido desde que existen registros. Entre 2022 y 2024 se produjo la El profesor Michael Zemp, director del WGMS, resumió la magnitud de la pérdida con una imagen impactante: “Esto equivale a un enorme bloque de hielo del tamaño de Alemania con un grosor de 25 metros”. Desde 1975, los glaciares —excluyendo Groenlandia y la Antártida— han perdido más de 9 billones de toneladas de masa. En muchas regiones, esta desaparición significa la reducción drástica de una fuente vital de agua dulce, de la que dependen cientos de millones de personas durante las estaciones secas.

La desigualdad en la velocidad del retroceso es notable. En Europa Central, algunos glaciares han perdido hasta el 40 % de su hielo desde el año 2000. El proyecto Glacier Mass Balance Intercomparison Exercise (GlaMBIE) calculó que en las últimas dos décadas el planeta perdió 6.542 billones de toneladas de masa glaciar, un volumen suficiente para abastecer durante tres décadas a toda la población mundial con tres litros de agua por persona al día.

Mientras tanto, el hielo marino del Ártico registró en 2024 su peor acumulación invernal en 47 años de observaciones. El máximo de marzo, que marca el final del crecimiento estacional, se situó en 14,33 millones de kilómetros cuadrados, unos 80.000 kilómetros cuadrados por debajo del récord anterior de 2017. “El aumento de las temperaturas es lo que está provocando la pérdida de hielo”, afirmó Walt Meier, especialista en datos sobre hielo. “El hielo marino, en particular, es muy sensible... 31 grados es para patinar sobre hielo y 33 grados es para nadar”, agregó.

Pero el problema no se limita a las especies polares. La reducción de la diferencia de temperatura y presión entre el Ártico y latitudes medias debilita la corriente en chorro, una barrera natural que regula el clima. Su alteración provoca que los sistemas meteorológicos se desplacen de forma irregular o se estanquen, generando tormentas más intensas o periodos inusuales de frío en zonas alejadas del Polo Norte.

Desde 1979, el Ártico perdió más de dos millones de kilómetros cuadrados de hielo invernal, un área comparable al tamaño de Pakistán. La temporada estival es particularmente crítica: las aguas libres de hielo absorben más calor, lo que alimenta un ciclo de calentamiento que prolonga y agrava el deshielo en los años siguientes.

El Ártico, el gran termómetro del planeta, está marcando una temperatura que ningún otro lugar puede ignorar.

Fuente: telam

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