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02/08/2025

Miriam Domínguez: “Felicitaciones, tienen un hijo trans, nos dijo la psiquiatra, sin siquiera conocer a nuestra hija”

Fuente: telam

Es la coordinadora de Manada (Madres de Adolescentes con Disforia de Género). Aunque su caso está resuelto, sigue en esta lucha por reformar la Ley de Identidad de Género y sobre todo poner fin a la “romantización del mundo trans” irresponsablemente promovida, sobre todo entre menores de edad, por escuelas, terapeutas, comunicadores y autoridades

>Hace dos años, A esta noticia shock, las familias debían luego sumarle el descubrimiento de que la Ley de Identidad de Género promulgada en 2012 los priva de herramientas para enfrentar este problema, porque impone el respeto a la autopercepción de género, incluso en el caso de un menor de edad. En concreto, se acepta el diagnóstico de un adolescente o preadolescente cuando éste declara haber nacido en el cuerpo equivocado.

Basada en una ideología que niega hasta el sexo biológico, ha sido adoptada por médicos, psiquiatras y docentes. Estos últimos, adoctrinados por una línea que baja de los ministerios. Eso explica una frase tan delirante como “felicitaciones, tienen un hijo trans”.

En febrero pasado, La expresión “disforia acelerada” alude al hecho de que se tata de adolescentes que, repentinamente, declaran ser del sexo opuesto, sin haber manifestado con anterioridad ninguna incomodidad con su cuerpo. No se sabe con exactitud el porcentaje, porque no hay estadísticas oficiales, pero en una gran cantidad de casos, esta disforia desaparece en pocos años, por lo que tomar medidas invasivas e irreversibles es doblemente irresponsable.

Esta es la lucha que Miriam Domínguez no ha abandonado, a pesar de que su hija ya dejó atrás esa etapa “oscura”, porque se siente comprometida con esta causa, y no solo por las familias de Manada, sino también por muchas personas que, luego de completar la transición, ahora quieren dar marcha atrás y reconciliarse con su cuerpo y su sexo biológico y en ese camino arduo y a veces imposible, están totalmente desamparadas, porque el sistema que alienta las transiciones de género, no tolera el arrepentimiento que pone en evidencia la superficialidad e imprudencia con la cual se encaran estas disforias, cuando no la mala praxis.

— Sos una de las fundadoras de Manada (Madres de Niñas/os y Adolescentes con Disforia de Género Acelerada), su coordinadora y su cara más visible. ¿Cómo llegaste a esta pelea?

— Tu hija dice “soy un varón”. ¿Cómo reaccionaron ustedes?

— Era rarísimo, porque ella era una nena fanática de las princesas de Disney. Hasta para ir al supermercado se vestía de princesa. Y de golpe en la secundaria empiezan situaciones de bullying, de acoso, y empezó a dudar de sí misma, a tener la autoestima baja. Llega la pandemia. que hizo que mi hija, como el resto, rompiera con todas sus estructuras y su cotidianeidad y estuviera permanentemente en la computadora, en las redes sociales. Ahí empezó el cambio actitudinal. Ya no era esa nena tan alegre, divertida, jocosa. Empezó a estar un poquito más sombría. Estaba muy angustiada y no sabía por qué. Con el tiempo nos dimos cuenta que había estado entrando en ciertos foros donde le sugerían que toda esa angustia se debía a que era trans. Y empezó a tener contacto con chicas de distintos lugares que se decían trans y a creer que todo lo que le pasaba era porque…

— Claro, porque además estaba atravesando la pubertad, todo ese cambio físico que en general nunca es agradable. La pubertad siempre trajo dudas y conflictos. Pero eso es algo natural, inherente a esa etapa de la vida. No es algo que deba revertirse. Entonces, lo primero que hicimos fue buscar ayuda profesional. Contacto a una psiquiatra y la fuimos a ver mi marido y yo en la primera consulta para despejar todas estas dudas y en 40 minutos, por lo que nosotros le referimos, porque no había conocido a mi hija, recuerdo sus palabras: “Felicitaciones, tienen un hijo trans”.

— ¿Felicitaciones?

— La extorsión afectiva.

— Eso. Creo que no hay nada más cruel que se le pueda decir a una mamá. Y hoy en día sé que no hay nada más falso. Pero en ese momento no lo sabía. Intentamos entonces como familia, en base a esto que ella dijo, seguir la corriente y avalar. Era peor. Mi hija cada día se sumía más en la angustia. Estaba cada vez más oscura. Hasta que llegaron las autolesiones. Fue el límite. Ahí dijimos por acá no es, este no es el camino. Empezamos otra búsqueda. Y en esa otra búsqueda, aparece Amanda de España y se conforma acá un pequeño grupo de madres. Había un patrón, nuestras hijas consumían las mismas redes, los mismos dibujos de animé, de manga. Son dibujos que parecen muy naif, pero cuando empezás a mirar te das cuenta de que detrás hay un mundo muy oscuro, muy perverso, con una exacerbación sexual muy grande.

— Cuando contamos nuestras historias de vida en Infobae, éramos unas diez en el grupo. Pero cuando salió la nota, empezaron a llegar infinidad de mensajes de familias, todas atravesadas por lo mismo y empezamos a ver que hasta había nenas muy chiquitas. Diez, once años. Y no era solamente en Argentina, entonces empezamos a estudiar las políticas y las leyes de otros países. Cuando leímos nuestra ley (de Identidad de Género), nos preguntamos ¿en qué momento sucedió esto? Bueno, al día de hoy, ya pasaron más de 700 familias por Manada.

— Setecientas en un par de años.

— Además está la presión del entorno. La ley actual es extremadamente permisiva, no pone prácticamente ningún reparo a la expresión de deseo de la persona, aunque sea menor de edad. Y después está el colegio, los psicólogos, todos tienen el mandato de respetar la voluntad del chico.

— ¿Hablamos de una denuncia penal?

— Para quitarle la guarda.

— Cuando hablabas del grupo que formaron, hablabas en femenino, chicas, nenas. Casi siempre son chicas que dicen sentirse varones. Si, como dicen los promotores de la transición adolescente, hay más casos porque “ahora se puede hablar”, el porcentaje debería ser parejo. Habría tantos varones como chicas trans. Pero no es así. Es una epidemia social adolescente femenina.

— O sea que muchas veces esta supuesta condición trans se dispara por un malestar ante el desarrollo sexual en la pubertad…

— ... del sentido común

— Aclaremos que la transición social es la aceptación por el conjunto del nuevo nombre, una Alicia ahora se llama Juan, y luego, eventualmente un nuevo DNI. Pero después viene la intervención sobre el cuerpo. Frenar la pubertad, hormonar y, finalmente, la cirugía, que implica infertilidad, castración… Cosas de las que se habla con demasiada liviandad. Y los padres y madres que se enfrentan a esto descubren que el Estado, a través de la Ley, se les ha metido en la casa y les dice lo que tienen que hacer.

— ¿Cuál es la realidad de una transición?

— En Inglaterra.

— Hablamos de un informe encargado por el Gobierno del Reino Unido a una comisión independiente. No se hizo en una semana. Durante cuatro años estudiaron cómo se estaban tratando los casos de disforia en menores, en base a qué estudios científicos se aplicaban bloqueadores y hormonas, etc. Ese informe es lo que acá un par de médicos argentinos que se dedican a este negocio, ellos mismos dicen que es un “negocio”, desestiman por “ideológico”.

— Por el informe Cass suspendieron los tratamientos en menores. Un menor no puede entender las implicancias de estos tratamientos. Para eso están los adultos, para transmitir experiencia.

— No se tomaron decisiones…

— Es absurdo, por decirlo suavemente, pensar que una niña de 12 puede comprender las consecuencias de estas decisiones.

— ¿El Estado lleva una estadística de estos casos?

— ¿Cómo trabaja Manada?

— Una dificultad es que los padres no se pueden oponer abiertamente, porque exponen a los hijos, pero además contradecirlos es un riesgo, sumado al entorno social que muchas veces los descalifica y niega que exista la falsa disforia.

— Es como un plus en la vida, una suerte de heroísmo.

— Ustedes han batallado mucho por el cambio de la Ley de Identidad de Género, esencialmente para proteger a los menores. Hay presentados algunos proyectos que quizás se debatan en la Cámara. ¿Qué cambios reclaman?

— La asistencia a los destransicionadores también.

— Son testigos molestos.

— Por último, ¿por qué seguís en Manada?

— ¿Te referís a personas que están destransicionando?

— El colectivo LGBT…

[FOTOS: Gustavo Gavotti]

Fuente: telam

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