30/07/2025
El fenómeno natural que solo puede verse unos minutos al día y transforma una playa brasileña en un escenario bíblico

Fuente: telam
Miles de turistas viajan a Barra Grande para intentar cruzar a pie el mar, pero solo quienes planifican su visita logran presenciar el espectáculo del Camino de Moisés
>En la costa noreste de Brasil, un fenómeno natural permite a los visitantes experimentar la sensación de caminar sobre el mar, evocando el célebre relato bíblico de Moisés y el Mar Rojo. El Camino de Moisés, un banco de arena de un kilómetro que emerge durante la marea baja en la Playa de Barra Grande, se ha convertido en uno de los atractivos turísticos más singulares de la región. Sin embargo, la experiencia depende de un momento preciso y efímero: quienes no planifican su visita con atención pueden perderse este espectáculo natural.
El Camino de Moisés consiste en una franja de arena que aparece solo cuando la marea alcanza su punto más bajo, permitiendo a los visitantes caminar literalmente en medio del mar. Esta particularidad ha consolidado al lugar como uno de los destinos más buscados del turismo en Brasil, especialmente entre quienes buscan experiencias fuera de lo común y fotografías impactantes. La semejanza con el pasaje bíblico en el que Moisés divide las aguas para que los hebreos crucen el Mar Rojo ha dado nombre al fenómeno y refuerza su atractivo simbólico.La Playa de Barra Grande, donde ocurre este fenómeno, se encuentra a seis kilómetros al norte del centro de Maragogi, en el estado de Alagoas, cerca del límite con Pernambuco. El acceso es libre y gratuito, sin necesidad de excursiones organizadas ni pago de entradas, lo que facilita la llegada de viajeros independientes. La experiencia de recorrer el Camino de Moisés solo es posible durante un breve intervalo cada día, cuando la marea baja expone el banco de arena.La clave para disfrutar del Camino de Moisés radica en la precisión. Según una tabla de mareas que cubre hasta finales de 2025, lo mejor para ver el Camino de Moisés es que las mareas estén lo más bajo posible. En 0.1 y 0.2 se llega a disfrutar, y esto ocurre solo algunos días al mes.La experiencia depende estrictamente del momento en que la marea alcanza su punto más bajo. Si la visita se realiza fuera de ese intervalo, el banco de arena permanece sumergido y la oportunidad se pierde.Para maximizar las posibilidades de disfrutar se recomienda dedicar un día completo y llegar por tierra, ya que las excursiones embarcadas suelen priorizar la visita a las piscinas naturales y no siempre coinciden con el horario óptimo de la marea baja.
El acceso a Barra Grande puede realizarse en automóvil particular, vans locales o aplicaciones de transporte. Los buggies también son una alternativa, aunque suelen tener recorridos preestablecidos que conviene acordar previamente con el conductor. La recomendación principal es consultar las tablas de mareas y planificar la llegada para el momento exacto en que la marea esté en su punto más bajo.Durante la marea baja, la Playa de Barra Grande se transforma en un animado espacio comercial al aire libre. El banco de arena se llena de mesas, sombrillas y hamacas para fotografías, mientras embarcaciones ofrecen bebidas y comida. Además, vendedores ambulantes comercializan accesorios como protectores para celulares, gafas de sol y sombreros, creando un ambiente festivo y colorido.El Camino de Moisés no es el único atractivo de la región. Maragogi, conocida como “el Caribe brasileño”, es célebre por sus piscinas naturales y aguas de tonos esmeralda y turquesa, donde los arrecifes de coral permiten practicar snorkel y buceo a pocos kilómetros de la costa. Las excursiones embarcadas suelen priorizar la visita a estas piscinas, lo que explica que muchos turistas lleguen tarde al Camino de Moisés y se pierdan el espectáculo de las aguas abiertas.
El nombre Camino de Moisés remite directamente al episodio bíblico en el que, tras años de esclavitud y las diez plagas, el faraón de Egipto permite la salida de los hebreos, pero luego se arrepiente y los persigue. Según la narración, Moisés, con la intervención divina, divide las aguas del Mar Rojo, permitiendo el paso de los israelitas y cerrando el mar sobre el ejército egipcio. Esta referencia simbólica refuerza el atractivo del fenómeno natural, que cada año atrae a miles de visitantes en busca de una experiencia que, aunque efímera, resulta inolvidable para quienes logran presenciarla en el momento justo.
Fuente: telam
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