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30/07/2025

La primera pareja de marplatenses con síndrome de Down que selló su amor en el altar: “La voy a cuidar hasta el fin del mundo”

Fuente: telam

Después de más de tres décadas juntos, Rita Huergo y Martín Ramos cumplieron un sueño: casarse por civil y por iglesia. La historia de un vínculo profundo que venció prejuicios y barreras legales

>“Sí, acepto y la llevo al fin del mundo”. Con esa promesa y la palma de la mano sobre el corazón, Martín Ramos (41) selló su compromiso con Rita Huergo (41) en el Registro Civil de avenida Independencia y Castelli en Mar del Plata. Fue el 6 de junio a las 12. Ese día, la ciudad vivió por primera vez un matrimonio entre dos adultos con síndrome de Down. Al día siguiente, la pareja formalizó su unión en la Iglesia Santa Rita, después de años de espera.

Su historia de amor comenzó en 1992, cuando se conocieron en la escuela especial “El Portal del Sol”. Para Martín fue un flechazo: “Cuando la vi entrar por la puerta, me enamoré”, describe sobre aquella primera imagen de Rita cuando apenas tenían 8 años. Ella lo mira y se ríe. “Él usaba un corte taza”, cuenta.

Aunque viven juntos desde hace casi una década, la propuesta formal de matrimonio llegó recién hace dos años, por iniciativa de Martín. Se la hizo el 10 de agosto de 2023, el día en que celebró su cumpleaños número 40. Para Rita fue un sueño cumplido: “Siempre había querido casarme”, asegura.

Desde entonces, empezaron a ahorrar para poder costear la boda y la fiesta. La luna de miel —una semana en Miramar— fue un regalo, igual que el vestido de novia. Pero no fue cualquier vestido: “Me lo regaló Roberto Piazza”, dice Rita. Rafael Huergo —su hermano, que trabaja como chofer— hizo de intermediario con el diseñador. “Lo conocí en 2018, cuando llevé a un modisto que trabajaba con él. Le conté que ella quería casarse y que le gustaban mucho sus diseños. Cuando Roberto se enteró, me llamó y me dijo: ‘Le voy a regalar un vestido de colección a tu hermana’. Y así fue”, relata.

El casamiento, con misa incluida, llegó después de varias idas y vueltas. Según cuenta Rafael, su hermana y su cuñado habían intentado casarse en 2017. Aunque no hubo negativas explícitas, sí se enfrentaron a exigencias que no suelen aplicarse a parejas sin discapacidad.

“Querían evaluar su convivencia, tanto en el plano sentimental como sexual. La jueza que me atendió en ese momento incluso me preguntó si yo creía que era conveniente que se casaran, porque era una responsabilidad muy grande y podían separarse al poco tiempo”, resume. Decidieron esperar. “En enero de este año volvimos a intentarlo y esta vez fue distinto. El trato fue otro y se evaluó la situación con otra mirada”, agrega Rafael.

Según María Esther Abraham, presidenta de la Asociación de Síndrome de Down de Mar del Plata (ASDEMAR), la principal traba histórica estuvo en el antiguo sistema legal, que imponía la figura de “curatela”, por la cual las decisiones clave tenían que ser tomadas por representantes y no por la propia persona con discapacidad. Esta figura fue reemplazada en 2015 por el régimen de “Salvaguarda de apoyo”, que pone el foco en la autonomía y el acompañamiento, pero sin limitar los derechos civiles.

Este dato fue luego confirmado por el Municipio de General Pueyrredón: se trata del primer matrimonio registrado entre dos personas con síndrome de Down en “La Feliz”.

Según la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA), no existen estadísticas oficiales sobre parejas con síndrome de Down que estén casadas. “Es muy difícil hablar de cifras porque no hay datos disponibles. Somos los olvidados”, explicó a este medio Liliana Núñez, referente de la entidad y madre de un joven con síndrome de Down.

Un año después, “Se estima que en la Argentina viven entre 30.000 y 40.000 personas con síndrome de Down. Pero es solo una especulación, porque no hay datos que lo confirmen. Tampoco sabemos cuántas parejas se han casado. Para nosotros, los primeros fueron Antes de ingresar al Municipio, Rita trabajó en un local de comidas rápidas, hizo teatro, natación, pádel y folclore. Pero su gran pasión siempre fue el patinaje artístico, disciplina en la que se consagró medallista de oro, representando a Mar del Plata y a la Argentina en distintas competencias. Martín, por su parte, practicó hockey, taekwondo y patín. También es DJ y un gran amante de la música.

“Son una pareja hermosa —dice el hermano de Rita—. El amor que sienten es puro. Estoy muy orgulloso de mi hermana y de mis padres. Rita tuvo muchas dificultades al comienzo: no podía caminar, la operaron del corazón a los cinco años, pero salió adelante con esfuerzo, apoyo y amor. Y ahora vive este momento increíble, junto a un compañero que la ama de verdad”.

*Más información de ASDRA en

Fuente: telam

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