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26/07/2025

Qué son los relojes proteómicos y cómo muestran que el envejecimiento se acelera a los 50 años

Fuente: telam

Un estudio publicado en Cell analizó proteínas de 13 tejidos humanos a lo largo de cinco décadas y concluyó que el envejecimiento no ocurre de manera pareja en todo el cuerpo. Por qué algunos órganos muestran signos de desgaste antes que otros

>Las proteínas cuentan historias. No solo sobre la salud o las enfermedades, sino también sobre el tiempo. Un nuevo Un equipo de investigadores liderado por Guanghui Liu, del Instituto de Zoología de la Academia China de Ciencias, analizó 516 muestras de 13 tejidos humanos recolectadas de 76 personas de entre 14 y 68 años, todas de ascendencia china y fallecidas por lesión cerebral accidental.

Los tejidos representaban ocho sistemas del cuerpo, incluyendo el cardiovascular, el inmunitario y el digestivo

La investigación se centró en cómo cambia la composición proteica en cada tejido con el paso del tiempo. Al examinar estas transformaciones, el grupo elaboró un atlas proteómico dinámico que mostró un fenómeno revelador: existe una disociación generalizada entre lo que se transcribe en el ARN (el transcriptoma) y lo que realmente se produce como proteínas (el proteoma).

Esta desconexión crece con los años y se acompaña de una pérdida de proteostasis, es decir, del equilibrio en la producción, plegado y eliminación de proteínas. En particular, observaron la acumulación de amiloide, un tipo de proteína vinculada a enfermedades degenerativas.

Imaginemos que nuestro cuerpo es como una orquesta enorme donde cada instrumento representa un órgano y las proteínas son las notas que cada uno toca. A lo largo de los años, esa música cambia: algunos instrumentos empiezan a desafinar antes que otros y, alrededor de los 50 años, todo suena distinto, como si alguien hubiera cambiado la partitura de golpe.

Este grupo de científicos lo que hizo fue, estudiar cómo cambian esas “notas” (las proteínas) en distintos órganos del cuerpo humano y descubrió que no todos envejecen al mismo ritmo: algunos, como los vasos sanguíneos, se desgastan más rápido.

Pero eso no fue todo. El equipo identificó 48 proteínas asociadas a enfermedades que se expresan más con la edad y notó que ciertos órganos, como la glándula suprarrenal, muestran señales de envejecimiento temprano desde los 30 años.

Lo más relevante, sin embargo, fue el hallazgo de que los vasos sanguíneos aparecen como uno de los tejidos que envejecen más rápido. Este sistema, clave para el transporte de oxígeno y nutrientes, mostró ser particularmente susceptible al paso del tiempo. A partir de allí, los investigadores desarrollaron lo que llamaron “relojes proteómicos”, modelos específicos para cada órgano que permiten medir su edad biológica a partir del análisis de proteínas.

La idea de que el envejecimiento no sigue una línea recta no es nueva. Como dijo Maja Olecka, investigadora del Instituto Leibniz sobre el Envejecimiento – Instituto Fritz Lipmann en Alemania, quien no participó en el estudio: “Existen oleadas de cambios relacionados con la edad”. Sin embargo, aclaró que aún “es difícil llegar a una conclusión general sobre el momento de los puntos de inflexión”.

El trabajo completo, liderado por Yingjie Ding, Yuesheng Zuo, Bin Zhang, Jing Qu, Weiqi Zhang, Guang-Hui Liu y otros colegas afiliados a institutos como el Beijing Institute of Genomics y el Instituto de Zoología de la Academia China de Ciencias, estableció lo que sus autores consideran una base para comprender el envejecimiento humano desde un enfoque sistémico y molecular. En sus palabras, el análisis ofrece “una comprensión a nivel de sistemas del envejecimiento humano a través del lente de las proteínas”.

Los expertos explicaron que se necesitarán estudios adicionales en poblaciones más diversas y con mayor cantidad de muestras para confirmar si este patrón se sostiene y si, efectivamente, los 50 años marcan un antes y un después en el reloj interno del cuerpo humano.

Fuente: telam

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