16/07/2025
A 77 años del primer secuestro aéreo: terminó en tragedia pero inició una nueva era en la seguridad en los aviones

Fuente: telam
Un vuelo de 1948 entre Macao y Hong Kong acabó trágicamente y transformó para siempre los controles y la percepción del riesgo en la industria civil
>El 16 de julio de 1948, el hidroavión Miss Macao despegó de las aguas de Macao rumbo a Wong Yu, un joven agricultor chino de 24 años, fue el único sobreviviente. Emergió de las aguas del En la década de 1940, tanto Macao como Hong Kong eran enclaves coloniales europeos: la primera bajo administración portuguesa y la segunda bajo dominio británico. Los viajes aéreos entre ambas ciudades se habían popularizado entre empresarios y turistas adinerados, quienes preferían el hidroavión Consolidated Modelo 28 Catalina, conocido como Miss Macao, para cruzar el Mar de China Meridional en apenas 20 minutos.
La Compañía de Transporte Aéreo de Macao, filial de la entonces joven Cathay Pacific, operaba dos hidroaviones Catalina. Dada la ausencia de un aeropuerto en Macao, despegaban directamente desde las aguas costeras. El servicio resultaba especialmente atractivo para quienes transportaban bienes valiosos, como oro, ya que Macao era el único mercado de oro abierto en el este de Asia en ese momento.
El 16 de julio de 1948, el Miss Macao partió con 27 personas a bordo: 24 pasajeros, dos pilotos —el estadounidense Dale Cramer y el australiano Ken McDuff, ambos exmilitares— y una azafata, Delca da Costa, ciudadana portuguesa de Macao y pareja de McDuff. Entre los pasajeros, cuatro hombres —incluido Wong Yu— habían urdido un plan para apoderarse del avión y asaltar a los viajeros.
Según la confesión posterior de Wong Yu, recogida por CNN y por el historiador Luis Andrade de Sa en su libro “La aviación en Macao: Cien años de aventuras”, los secuestradores vendieron todas sus pertenencias para costear los billetes, convencidos de que el botín justificaría el riesgo. Poco después del despegue, los cuatro pusieron en marcha su plan: uno de ellos, Chiu Tok, quien había tomado lecciones de vuelo en Manila, irrumpió en la cabina y exigió el control del avión.La resistencia de la tripulación y de algunos pasajeros frustró el asalto. Mientras un pasajero forcejeaba con uno de los secuestradores, se disparó un arma. McDuff intentó golpear a Chiu Tok con una barra de hierro. Los secuestradores dispararon a ambos pilotos, y el cuerpo de Cramer cayó sobre la palanca de control, lo que precipitó el hidroavión al mar. El China Mail, periódico de Hong Kong, calificó el incidente como “sin precedentes en la historia de la aviación”.Wong Yu fue rescatado por un pescador y trasladado al hospital de Macao, donde afirmó ser un pasajero más y sostuvo que el avión había explotado en pleno vuelo. Sin embargo, las autoridades y la prensa pronto detectaron inconsistencias en su relato, especialmente después de que intentara escapar del hospital. La recuperación de restos del Miss Macao, perforados por impactos de bala, desmintió su versión.
El caso de Wong Yu se complicó por cuestiones de jurisdicción. Las autoridades portuguesas de Macao argumentaron que, al ser el avión propiedad de una empresa británica, el juicio debía celebrarse en Hong Kong. Las autoridades británicas, por su parte, sostuvieron que, al ser los secuestradores ciudadanos chinos, el caso no les correspondía.
Finalmente, en 1951, Wong fue deportado a China continental, donde murió poco después, a los 27 años, sin haber sido juzgado por robo, asesinato ni piratería.En su momento, el secuestro del Miss Macao fue visto como un caso aislado. La industria de la aviación comercial, aun en sus primeros años, temía que una cobertura excesiva del incidente ahuyentara a los pasajeros. La palabra “secuestro” ni siquiera se aplicaba aún a este tipo de delitos; la prensa lo denominó “piratería aérea“.A pesar de la gravedad del incidente, la industria no adoptó medidas inmediatas. Cuando Estados Unidos creó la Administración Federal de Aviación en 1958, la legislación no contemplaba la prevención del secuestro aéreo. Sin embargo, el crecimiento de los viajes aéreos y el malestar social de las décadas siguientes cambiaron el panorama.
Entre 1968 y 1972, las aerolíneas enfrentaron lo que Brendan I. Koerner denominó la “época dorada de los secuestros“. Según CNN, durante ese período se registraba un secuestro cada cinco días y medio. Algunos incidentes replicaron el modelo del Miss Macao: un grupo tomaba el avión, lo desviaba, robaba a los pasajeros y exigía rescate. Otros secuestros respondían a motivaciones políticas, como el caso del vuelo 426 de El Al en 1968, cuando militantes palestinos desviaron el avión a Argelia y retuvieron a 40 israelíes durante 40 días.La gravedad de la situación llevó a la adopción de medidas regulatorias. En 1970, se firmó en La Haya el Convenio de las Naciones Unidas para la represión del apoderamiento ilícito de aeronaves, que calificó los secuestros como “un asunto de grave preocupación” y subrayó el peligro que representaban para la seguridad y la confianza en la aviación civil.
En Estados Unidos, el presidente Richard Nixon nombró en 1971 al teniente general Benjamin O. Davis Jr. como el primer “zar antisecuestro” del país. Aunque la industria temía que los controles estrictos disuadieran a los pasajeros, en 1973 se introdujeron los detectores de metales obligatorios y la revisión por rayos X de todo el equipaje.
Fuente: telam
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