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10/07/2025

Lula usa las amenazas de Donald Trump como arma electoral para 2026

Fuente: telam

Esto ocurre mientras Brasil enfrenta una economía en desaceleración, perspectivas fiscales frágiles, baja aprobación y el riesgo de otra venta masiva de divisas tras la fuerte caída del real provocada por las noticias del miércoles

>Brasil pasó meses volando bajo el radar mientras Donald Trump trastocaba el comercio mundial. Ahora que está en el punto de mira, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva podría beneficiarse de la atención.

Es una decisión que coloca a Brasil en una senda de escalada con su segundo socio comercial. Esto ocurre mientras Lula enfrenta una economía en desaceleración, perspectivas fiscales frágiles, baja aprobación y el riesgo de otra venta masiva de divisas tras la fuerte caída del real provocada por las noticias del miércoles.

A diferencia de los demás destinatarios de las cartas de Trump sobre los aranceles, Lula podría no tener más remedio que resistir.

El desafío es que la justificación es política, basada en el juicio del expresidente Bolsonaro y las redes sociales”, afirmó Christopher Garman, director general de la consultora de riesgo político Eurasia Group. “Se trata de cuestiones no negociables”.

A esto se suma la enemistad que ha surgido entre ambos. Y menos aún cuando Lula se prepara para presentarse a un cuarto mandato en 2026.

El líder brasileño oficiaba como anfitrión de la cumbre del bloque BRICS en Río de Janeiro cuando, durante el fin de semana, Trump amenazó a los miembros con aranceles adicionales por sus “políticas antiamericanas”. El grupo había publicado una declaración en la que criticaba los impuestos que distorsionan el comercio y los ataques aéreos contra Irán, dos claros golpes a Trump, aunque no mencionaban ni a él ni a EEUU por su nombre.

Lula respondió el lunes calificando las amenazas de “irresponsables”. Trump también salió en defensa de Bolsonaro, el predecesor de Lula, que enfrenta un juicio por intentar dar un golpe de Estado tras su derrota electoral en 2022. Lula respondió que Trump debería dejar de entrometerse en los asuntos internos de Brasil.

Pero el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa también criticó las amenazas arancelarias de Trump, y este mantuvo el mismo impuesto del 30% sobre el país que había propuesto inicialmente en abril. Brasil, que se enfrentaba a un impuesto mínimo del 10% tras el anuncio de los llamados aranceles recíprocos, se enfrenta ahora a un aumento del 50%, a pesar de su déficit en el comercio de bienes con EEUU.

Todo esto deja claro que el conflicto tiene más que ver con las quejas políticas de Trump que con razones comerciales. Los aliados de Trump llevan mucho tiempo enfurecidos con el Tribunal Supremo de Brasil, tanto por el caso contra Bolsonaro como por sus esfuerzos para acabar con las llamadas noticias falsas, tachándolo de amenaza para la libertad de expresión. Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente, ha pasado meses en EEUU presionando a la administración para que tome medidas.

El caso es independiente del gobierno de Lula, por lo que el presidente izquierdista no tiene poder para influir en los procedimientos del Tribunal Supremo. En cambio, las afirmaciones de Trump parecían diseñadas para empujar a Lula a una postura combativa, y el líder brasileño no tardó en dejar claro que eso era lo que pensaba hacer.

Tras el anuncio, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil convocó al encargado de negocios de EEUU por segunda vez en pocas horas y aprovechó la reunión para devolver la carta de Trump, calificándola de ofensiva, según un funcionario con conocimiento de la situación.

Lula, cuya carrera política comenzó en el movimiento obrero durante la dictadura militar brasileña, también vio un posible beneficio político. Con su aprobación estancada por debajo del 50% desde hace meses, Lula ahora puede argumentar —según los funcionarios— que Trump busca interferir en la política interna, descarrilar la economía y tratar a Brasil como un patio trasero de EEUU.

Sus aliados no tardaron en reaccionar. “Lula quiere cobrar impuestos a los superricos”, decía un meme compartido por destacados legisladores de izquierda, en referencia a la lucha que el presidente mantiene con el Congreso. “Bolsonaro quiere cobrar impuestos a Brasil”.

La derecha aún está decidiendo cómo reaccionar ante Trump. Eduardo Bolsonaro elogió la amenaza arancelaria, pero un grupo de agroindustriales, tradicionales partidarios de Bolsonaro, abogó por “cautela, diplomacia aguda y una presencia activa en la mesa de negociaciones”.

La estrategia de Lula tiene sus riesgos. La promesa de represalias, basada en una ley de reciprocidad económica adoptada tras el anuncio de Trump, podría provocar una escalada similar a la que hubo entre EEUU y China. En ese caso, los gravámenes se incrementaron progresivamente hasta que ambas partes negociaron una distensión.

Eso debiera incentivar las negociaciones. El vicepresidente Geraldo Alckmin dijo antes del anuncio que Brasil tenía la intención de seguir haciéndolo. Pero el gobierno de Lula no había logrado mucho en sus esfuerzos por evitar los aranceles de Trump al acero, y puede resultar aún más difícil complacerlo en materia de impuestos más generales.

“Respeten a Brasil”, defiende el gobierno en una campaña de relaciones públicas lanzada en la madrugada del jueves. El presidente “afirma la soberanía nacional” y Brasil no recibirá lecciones de nadie, afirma.

(Bloomberg)

Fuente: telam

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